La Administración Pública somete a Enfermería a una "injusticia histórica" privándola del nivel A1

Los profesionales de Enfermería, a la hora de acceder a una plaza de la Administración Pública, lo hacen a través del subgrupo de clasificación A2. Sin embargo, profesionales con el idéntico nivel formativo escalan hasta el nivel A1.

Enfermeras desarrollando sus funciones sanitarias (Foto: Comunidad Valenciana)
Enfermeras desarrollando sus funciones sanitarias (Foto: Comunidad Valenciana)

La formación en Enfermeríaes, desde 2008, un grado universitario de cuatro años, tiempo durante quienes optan por esta profesión cursan 240 créditos ECTS (por sus siglas en inglés European Credit Transfer and Accumulation System), una cifra idéntica a la que se necesita para la superación satisfactoria de otras vertientes del conocimiento como Derecho, Psicología, Economía o Biología.

No obstante, la diferencia sustancial reside en que los profesionales de Enfermería, a la hora de acceder a una plaza de la Administración Pública, lo hacen a través del subgrupo de clasificación A2. Tal y como dispone el Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público. en su artículo 76, es condición común del grupo A "estar en posesión del título universitario de grado".

"Las reticencidas de la Administración Pública implica consecuencias a nivel de desarrollo profesional y de salario que reciben impidiendo, por ejemplo, el acceso a determinados puestos dentro del ámbito sanitario"

La diferencia entre los subgrupos A1 y A2 reside, según la norma jurídica, en "el nivel de responsabilidad de las funciones a desempeñar y de las características de las pruebas de acceso". Una situación anómala, dado que los citados abogados, psicólogos, economistas o biólogos sí que acceden a Función Pública mediante el grupo A1.

A juicio del Consejo General de Enfermería (CGE), esta situación es una "injusticia histórica" que pone sobre la mesa una "evidente discriminación hacia una profesión mayoritariamente de mujeres". "El nivel profesional viene determinado por la titulación, la misma que la de profesiones que sí están dentro del A1, y el nivel de responsabilidad, que en las enfermeras está fuera de toda duda, pues qué mayor responsabilidad es cuidar de la salud de la población o la de una vida humana que está en sus manos", advierten desde la corporación que preside Florentino Pérez Raya.

Las consecuencias de esta decisión son evidentes y tienen su reflejo en distintas parcelas de la vida de las enfermeras y enfermeros españoles. "Las reticencidas de la Administración Pública implica consecuencias a nivel de desarrollo profesional y de salario que reciben impidiendo, por ejemplo, el acceso a determinados puestos dentro del ámbito sanitario", lamentan.

Ejemplos de la responsabilidad de los profesionales de Enfermería son múltiples: "Los cuidados, la prevención de las complicaciones y la administración de tratamientos y medicamentos son esenciales para la supervivencia y la mejora de la salud de sus pacientes". "¿Qué mayor responsabilidad hay?", reflexiona Pérez Raya.

"No lo vamos a tolerar ni un minuto más: no pedimos más que lo que es justo y lo que tienen otras carreras con la misma responsabilidad"

Es preciso recordar que, hasta el año 2008, las enfermeras tenían un título de diplomatura universitaria, una situación "muy injusta" porque, según desgrana el presidente del CGE, "el número de horas totales que pasábamos en la universidad en tres años, sumando clases y prácticas, superaba al de muchos licenciados en cinco, como es el caso de Derecho".

Cerca de 15 años después, y toda vez que la sociedad reconoce la excelencia y profesionalidad de este colectivo, "la Administración Pública vive de espaldas a la realidad y nos considera profesionales de segunda". "No lo vamos a tolerar ni un minuto más: no pedimos más que lo que es justo y lo que tienen otras carreras con la misma responsabilidad", sentencia Florento Pérez Raya.

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