Identificado el primer marcador genético de la gravedad de la esclerosis múltiple

La revista Nature ha publicado este miércoles el hallazgo, que abre la puerta al desarrollode nuevas terapias frente a la discapacidad que genera la enfermedad

Sara Llufriu, Albert Saiz y Yolanda Blanco, investigadores del Clínic IDIBAPS que han participado en el estudio. (Foto: Clínic de Barcelona)
Sara Llufriu, Albert Saiz y Yolanda Blanco, investigadores del Clínic IDIBAPS que han participado en el estudio. (Foto: Clínic de Barcelona)
CS
28 junio 2023 | 17:30 h

El macroestudio, publicado hoy en la revista Nature y en el que han participado más de 22.000 personas con esclerosis múltiple, ha permitido a los investigadores identificar  la primera variante genética asociada con una progresión más rápida de la enfermedad, que, como indican desde el Clínic, puede privar a los pacientes de su movilidad e independencia con el tiempo. 

Precisamente, este trabajo es el resultado de una gran colaboración internacional de más de 70 instituciones de todo el mundo, dirigida por investigadores de la UCSF (EE. UU.) y la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Han participado Yolanda BlancoSara Llufriu y Albert Saiz, de la Unidad de Neuroimmunología-Esclerosis Múltiple del hospital Clínic Barcelona y del grupo Patogénesis de las enfermedades neuronales autoinmunes del IDIBAPS, y Xavier MontalbanManuel ComabellaSunny Malhotra Luciana Midaglia del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat)

"Heredar esta variante genética de ambos padres acelera el tiempo de necesidad de una ayuda para caminar en casi cuatro años", apunta Sergio Baranzini, profesor de neurología en UCSF y coautor principal del estudio. Por su parte, el profesor Stephen Sawcer, profesor de la Universidad de Cambridge y el otro coautor principal del estudio, explica que comprender cómo la variante ejerce sus efectos sobre la gravedad de la EM allanará el camino para una nueva generación de tratamientos que puedan prevenir la progresión de la enfermedad.

Después de examinar más de siete millones de variantes genéticas, los científicos encontraron una variante que estaba asociada con una progresión más rápida de la enfermedad. La variante se encuentra entre dos genes sin conexión previa con la EM, llamados DYSF y ZNF638

Tal y como explican desde el Clínic de Barcelona, para llevar a cabo el estudio se unieron dos grandes consorcios de investigación de EM: el Consorcio Internacional de Genética de la Esclerosis Múltiple (IMSGC) y el Consorcio de EM Múltiple (MultipleMS). Esto permitió a los investigadores de EM de todo el mundo reunir los recursos necesarios para comenzar a identificar los factores genéticos que influyen en el pronóstico de la EM. 

Estudios anteriores habían demostrado que la susceptibilidad o el riesgo de la EM se debe en gran parte a la disfunción del sistema inmunitario, y parte de esta disfunción se puede tratar, lo que ralentiza la enfermedad. Pero “estos factores de riesgo no explican por qué, diez años después del diagnóstico, algunos pacientes con EM están en sillas de ruedas, mientras otros continúan corriendo maratones”, explican los investigadores. 

Los dos consorcios combinaron datos de más de 12.000 personas con EM para completar un estudio de asociación del genoma completo (GWAS), que utiliza estadísticas para vincular de forma cuidadosa las variantes genéticas con características particulares. En este caso, los rasgos de interés estaban relacionados con la gravedad de la EM, incluidos los años que pasaron para cada persona desde el momento del diagnóstico hasta llegar a cierto nivel de discapacidad. 

Después de examinar más de siete millones de variantes genéticas, los científicos encontraron una variante que estaba asociada con una progresión más rápida de la enfermedad. La variante se encuentra entre dos genes sin conexión previa con la EM, llamados DYSF y ZNF638. El primero está involucrado en la reparación de las células dañadas y el segundo ayuda a controlar las infecciones virales. La proximidad de la variante a estos genes sugiere que pueden estar involucrados en la progresión de la enfermedad. 

Estos genes normalmente están activos dentro del cerebro y la médula espinal, en lugar del sistema inmunológico. Los resultados del estudio sugieren que la resiliencia y la reparación en el sistema nervioso determinan el curso de la progresión de la EM. “Aunque parece obvio que la resiliencia de su cerebro a las lesiones determinaría la gravedad de una enfermedad como la EM, este nuevo estudio nos ha señalado los procesos clave que subyacen a esta resiliencia”, apuntan los investigadores. 

De este modos, "los hallazgos proporcionan las primeras pistas para abordar el componente del sistema nervioso de la EM", concluyen desde el centro barcelonés. 

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