Inteligencia Artificial en la profesión médica: “Falta mejorar la cantidad y calidad de los datos”

María Isabel Moya García, vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial, señala algunos de los aspectos en los que la Inteligencia Artificial puede ayudar a los profesionales médicos y recuerda que todavía queda mucho camino por recorrer

María Isabel Moya (FOTO: Colegio Oficial de Médicos de Alicante)
María Isabel Moya (FOTO: Colegio Oficial de Médicos de Alicante)
Manuel Gamarra
7 diciembre 2023 | 00:00 h

La Inteligencia Artificial es, sin lugar a dudas, una de las tendencias tecnológicas más en boga -si no la que más- de la época actual. Sus posibilidades son enormes en multitud de campos, incluyendo, como no, el sanitario. Sin embargo, su desarrollo y, sobre todo, legislación, está todavía en pañales, por lo que es complicado aventurarse a establecer cuáles pueden ser a día de hoy las posibilidades de su aplicación asegurando al 100% la seguridad de los datos de los pacientes.

Así lo recuerda María Isabel Moya García, vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial, expresidenta del Colegio Oficial de Médicos de Alicante y experta en la materia, quien considera que lo primero que hay que hacer es mejorar la “cantidad y calidad” de los datos con los que trabaja la Inteligencia Artificial. “No olvidemos que el dato es la principal materia prima de la Inteligencia Artificial, y de momento no son muy globales”, apunta a ConSalud.es.

“Hay herramientas que han aprendido con datos que tienen sesgos, que corresponden a una determinada población o entorno que no tiene por qué ser reproducible en otro. Ese es el gran problema que tenemos, que sea beneficioso o dé resultados en salud no quiere decir que los dé en todos los entornos”, añade.

 “Nosotros, como médicos, estamos acostumbrados a utilizar la evidencia científica"

En segundo lugar, continúa, se debe consensuar la manera de certificar dichas herramientas de IA, “estableciendo qué criterios hay que estandarizar y se tienen que cumplir para no solo su comercialización, sino para que se incorpore a la cartera de servicios de un sistema nacional de salud”.  “La Inteligencia Artificial está catalogada también como un producto sanitario, pero no vale solo con la certificación C de la Unión Europea. Hay que regular que no salgan al mercado sin control ni sin que los profesionales médicos sepamos cómo supervisarla”, reivindica la experta.

En definitiva, para Moya García, todavía queda tiempo hasta que la herramienta sea suficientemente robusta, de uso cotidiano y se pueda aplicar a los pacientes más allá de algunas excepciones, como el diagnóstico por imagen, “que permite obtener las imágenes de resonancia magnética más rápido”

“Nosotros, como médicos, estamos acostumbrados a utilizar la evidencia científica. Hay cosas, como medicamentos, fármacos o procedimientos cuya eficacia está demostrada porque anteriormente han pasado una fase de ensayos clínicos. Y eso es lo que no tenemos con la Inteligencia Artificial, por eso de momento solo existen proyectos piloto”, insiste.

AYUDA EN TODOS LOS ÁMBITOS DEL PROCESO MÉDICO

Moya García destaca, eso sí, que la Inteligencia Artificial se puede utilizar “en todos los ámbitos del proceso médico”, ayudando así a diversos perfiles de estos profesionales “tanto en la prevención como en la predicción de enfermedades, diagnóstico y tratamiento”. “Está demostrado que, por el hecho de ser lo que es, nos puede eliminar las tareas repetitivas, ayudando a hacer las cosas más rápido”, asegura.

Así, los médicos de familia podrán manejar “múltiples datos de múltiples fuentes” para “anticiparse o clasificar a los pacientes en riesgo”: “Acceder a información no solo sobre la historia clínica, sino de cómo vive ese paciente, sus hábitos de vida, su perfil genético… para hacer una medicina más proactiva, que es de lo que se trata la Atención Primaria”.

“Permitirá acceder a información no solo sobre la historia clínica, sino de cómo vive ese paciente, sus hábitos de vida, su perfil genético..."

Todo ello deriva, a fin de cuentas, en un tratamiento más personalizado y eficaz de los pacientes, algo que ya se aplica en Oncología. “Los médicos analizan unas plataformas genéticas para saber si el paciente debe o no recibir quimioterapia, esto lo llevamos haciendo mucho tiempo. Pero es que ahora también se han analizado genes que están en relación con la eficacia de diversos fármacos”, subraya la doctora.

Por ejemplo, señala, las dosis que se administran actualmente en los medicamentos son siempre las mismas o, en todo caso, dependen del peso de cada paciente. “Pero hay pacientes a los que la misma dosis no les hace el mismo efecto. Y tú les subes la dosis, pero sigue sin hacer efecto. Eso tiene unas explicaciones, que muchas veces están relacionadas con la genética. Y eso nos lo ha permitido descubrir la Inteligencia Artificial”, sentencia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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