Los estudiantes de Medicina mostraron mayor consciencia que los de Enfermería sobre la inevitabilidad de una parte importante de los eventos adversos con los pacientes
De esta forma, y tras someterse a un test validado científicamente, los estudiantes de Enfermería lograron una mayor puntuación en cuanto a las competencias para hablar con los pacientes con la finalidad de evitar un error clínico o evento adverso, y demostraron una actitud más proactiva para identificar los posibles riesgos para los pacientes en la atención sanitaria. Además, según concluye el estudio, estos alumnos consiguieron mejores puntuaciones a la hora de mostrar una mayor compresión del factor humano como origen de los errores y sabían mejor cómo actuar ante los mismos que los estudiantes de Medicina.
Frente a ello, los futuros facultativos sí que lograron más aciertos a la hora de ser conscientes de la inevitabilidad de una parte importante de los eventos adversos y de la importancia que tiene la actualización de los protocolos para evitarlos.
No obstante, de todos los alumnos encuestados sólo un 1% de los mismos logró una máxima puntuación a la hora de reconocer los principales ítems relacionados con la seguridad del paciente. Por ello, los autores del estudio concluyen que “la formación en seguridad del paciente es mejorable tanto en Enfermería como en Medicina, aunque los estudiantes de Enfermería reciben más información”, sobre sus prácticas clínicas.
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