Para el control de los síntomas y avance en su calidad de vida, las personas afectadas necesitan un abordaje integral que se complemente con terapias rehabilitadoras específicas como es el caso de la psicología, a las que habitualmente se puede acceder a través de las asociaciones de pacientes. Concretamente, según el Informe CASA, un 7% de los afectados acuden a terapias individuales o grupales.
Además, según afirman otros estudios, el 25% de los cuidadores de estos pacientes emplean más de 70 horas semanales en la atención de los afectados por la enfermedad, modifican sus hábitos y sufren pérdidas económicas (un 25% de ellos reduce o abandona su jornada laboral). Como consecuencia de ello, padecen estrés emocional (85,5%), fatiga (72,1%), ansiedad, depresiones, problemas de concentración y memoria, tristeza y cambios de humor.
Entre las necesidades primordiales que el cuidador experimenta y que han sido recogidas por Comprometidos, está la orientación psicológica. “Las terapias son una herramienta fundamental para entender la situación, ya que enseñan a aceptar la enfermedad y proporcionan pautas e información en esos momentos de incertidumbre”, explica Ana López, psicóloga de la Asociación de Párkinson Valencia. Además, añade, entre esas pautas “destaca la concienciación a los cuidadores de la necesidad de hablar y compartir lo que les sucede para poder tratarlo y disponer de un espacio para ellos mismos en lo que relajarse y descansar”.
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