La salud planetaria es un concepto que muestra las bases de una atención sanitaria sostenible y respetuosa con el medio ambiente, beneficiosa para los animales, los entornos y los humanos. Un principio que es el eje del documento de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) ‘¿Qué hacer y no hacer en Salud Planetaria?’, en el que entre sus recomendaciones llaman a “no prescribir inhaladores PMDI si existe una alternativa mejor”.
Como indican las doctoras de Atención Primaria Anna Fernández Ortiz y María del Campo Giménez en el documento, todos los fármacos tienen un impacto en el medioambiente: con la huella de carbono de la producción, el almacenaje, el empaquetado el transporte y la gestión de residuos. No obstante, “los inhaladores tienen otro factor añadido: el propelente de los sistemas presurizados pMDI (pressurized Metered Dose Inhaler), los gases idrofluorocarbonos (HFC), con un efecto invernadero más potente que el CO2”.
Los pMDI contienen gases hidrofluorocarbonos (HFC) con un efecto invernadero muy potente: entre 1.480 y 2.900 mayor que el dióxido de carbono (CO2)
Actualmente, en España, hay 15 millones de unidades de inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI, por sus siglas en inglés pressurized metered dose inhaler) dirigidas a pacientes con asma o con EPOC. Los gases que los pMDI contienen tienen un efecto invernadero muy potente: entre 1.480 y 2.900 mayor que el dióxido de carbono (CO2).
Estos inhaladores son los más usados y solo un dispositivo tiene una huella de carbono de 28 kg, misma cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que produce el tubo de escape de un coche que se traslada 282 km. A su vez, entre los fármacos beta-agonistas de acción corta, una aplicación de salbutamol en dispositivo pMDI equivale a 60,4 g CO2eq; teniendo en cuenta que se pueden utilizar hasta 8 aplicaciones diarias, equivaldría a 176,37 kg CO2eq anuales, que es lo mismo que produce un viaje en coche de 978,5 km.
Según recoge la plataforma Green Inhaler, cambiar el tipo de inhaladores podría reducir la huella de carbono tanto como volverse vegetariano. Las especialistas en Medicina de Familia estiman que un cambio de un sistema pMDI a uno de polvo seco (DPI) y de niebla fina (SMI) reduciría la huella de carbono de un 95-98% por inhalador.
DISPOSITIVO DE POLVO SECO Y NIEBLA FINA
Como recoge el informe ‘¿Qué hacer y no hacer en Salud Planetaria?’, la prescripción del tipo de dispositivos siempre ha de realizarse teniendo en cuenta las características del paciente y sus preferencias en cuanto al tipo del inhalador. Con todo, si la situación del paciente lo permite, “se recomienda prescribir DPI y SMI, con una huella de carbono menor (hasta 18 veces, en el caso de los DPI). Estos dispositivos son igual de efectivos y coste-efectivos que los pMDI”, recoge el documento.
“Se recomienda prescribir DPI y SMI, con una huella de carbono menor (hasta 18 veces, en el caso de los DPI). Estos dispositivos son igual de efectivos y coste-efectivos que los pMDI”,
Asimismo, además ser costo-efectivos, diferentes estudios han demostrado que los inhaladores de polvo seco o de niebla fina producen una huella de carbono de 10 a 30 veces más reducida.
En el caso en el que no sea posible contar con una alternativa a los pMDI, las expertas recuerdan que el tratamiento se debe hacer con la dosis óptima, con el menor número de dispositivos, usando preferiblemente dispositivos recargables, y optimizando el tratamiento: los dispositivos pMDI suelen ser medicación de rescate y un uso excesivo puede significar un mal control de la patología.