Fertilidad y reproducción asistida, rechazo de los ginecólogos a la mercantilización del sector

Distintas visiones del sector de la reproducción asistida en España analizan la apertura de establecimientos comerciales que ofrecen servicios de reproducción asistida a pie de calle y en centros comerciales.

Profesional sanitaria trabajando en un laboratorio de reproducción asistida. (Foto. QuironSalud)
18 mayo 2021 | 00:00 h

Las clínicas de reproducción asistida se están abriendo en modelo de franquicias como si de un centro odontológico o estético se tratase. Con un amplio equipo de marketing detrás y priorizando el desarrollo comercial, el sector de la fertilidad estaría tendiendo hacia la mercantilización de la maternidad, cómo así señalan distintos profesionales tanto de la sanidad pública como la privada.

Uno de ellos es el doctor Gosálvez, que es director desde 2007 de la Unidad de Reproducción Asistida de los centros Quirónsalud de Madrid. Dirige un equipo multidisciplinar formado por ginecólogos, embriólogos, coordinadores y ayudantes en consulta. Se trata de una de las unidades de referencia a nivel  nacional y su atención se caracteriza por un abordaje multidisciplinar y personalizado de cada caso, con especial cuidado y atención al paciente.

Antonio Gosálvez Vega, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Quirónsalud San José, resalta la transformación que ha habido el sector de la reproducción asistida en nuestro país. "Los primeros tratamientos de reproducción asistida en España comenzaron en los años 80. En ese momento, ni siquiera había el conocimiento de esta ciencia, por eso se incorporó como pequeñas unidades dentro de grandes hospitales. El Instituto Dexeus de Barcelona y el Hospital Doce de Octubre fueron los pioneros en medicina privada y pública", subraya este ginecólogo.

Poco a poco, se comenzaron a abrir pequeñas clínicas privadas donde se ofrecían estos servicios que estuvieron en auge durante los 80 y 90, porque en aquel momento las técnicas eran muy mecánicas, se compraban las máquinas y solo se dependía de un operador. A partir de los 90 se inició un desarrollo tecnológico que, tal y como apunta el doctor Gosálvez, hizo imposible que los centros pequeños subsistiesen. "El número de tratamientos al año que hay que hacer para poder contar con la última tecnología debe ser muy grande y eso lleva a que se evolucione en el sector, de centros pequeños a clínicas más grandes", argumenta.

"Los fondos de inversión se han fijado en la salud y la reproducción asistida está encaminándose hacia un modelo en donde la cantidad acaba siendo más importante que la calidad"

Gosálvez Vega señala que otro factor que ha afectado al sector de la reproducción asistida ha sido el cambio del modelo económico. "Los fondos de inversión se han fijado en la salud y al igual que ocurre con las clínicas oftalmológicas o las odontológicas, la reproducción asistida está encaminándose hacia un modelo en donde la cantidad acaba siendo más importante que la calidad", sostiene.

El doctor Martí Mascaró, ginecólogo y jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia y de la unidad de Fertilidad y Reproducción Asistida del hospital Son Llàtzer de Mallorca, coincide con su compañero de profesión, respecto a la posibilidad de que el sector de la reproducción asistida se esté mercantilizando.

"Es un sector que no para de crecer y en España disponemos de una Ley de Reproducción Humana Asistida que permite realizar algunos tipos de tratamiento que no están permitidos en otros países de nuestro entorno con el aumento de la demanda para la realización de estas técnicas", asegura Mascaró, miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (Sego).

UNA CUESTIÓN DE CALIDAD Y NO DE MARKETING

Los especialistas en reproducción asistida remarcan que se trata de un proceso necesariamente individualizado. ¿Esto se estaría perdiendo con la aparición constante de clínicas y franquicias?

Para el doctor Gosálvez, sí. "Hemos pasado de centros que ofrecían calidad a cada vez más clínicas con un gran marketing pero con menor calidad real. Por ejemplo, ya existe un modelo de intermediación en la que unos potentes equipos financieros y de marketing han abierto pseudoclinicas de reproducción a pie de calle, en centros comerciales y grandes superficies, donde un comercial convence a las personas para financiar tratamientos -incluso antes de haber sido valorados por un especialista- subcontratando los procesos con otras clínicas en dificultades económicas a un precio tan bajo que impide la calidad", explica.

"Potentes equipos financieros y de marketing han abierto pseudoclinicas de reproducción donde un comercial convence a las personas para financiar tratamientos -incluso antes de haber sido valorados por un especialista- subcontratando los procesos con otras clínicas a un precio muy bajo"

La realidad es que coexisten muchos modelos diferentes: hay centros que abogan por el marketing y otros que están centrados verdaderamente en la alta calidad en los resultados clínicos.

"Hay que poner el bienestar del paciente por encima del propio y no hacer marketing con las cuestiones médicas. Tenemos que vivir de la curación del paciente, no de su enfermedad. La medicina no se puede regir solo por la ley de oferta y demanda", advierte el director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Quirónsalud San José.

Las clínicas deben, anualmente, comunicar sus resultados a la Sociedad Española de Fertilidad, datos que son auditados y públicos. "El nivel de calidad y los resultados obtenidos por los centros españoles creo que es bastante alto, tanto a nivel de sanidad pública como privada. Las clínicas privadas tienen la ventaja de la no limitación tan protocolizada de los hospitales públicos, como por ejemplo en el caso de una paciente de más de 40 años, o que ya tengan un hijo, en estos casos sí pueden iniciar la técnica de reproducción, indicándole sus posibilidades de éxito y es la paciente o pareja la que va a decidir si realiza el tratamiento en función de las tasas de éxito", comenta el doctor Martí Mascaró.

 

Luis Martínez Navarro, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), defiende que no existe una mercantilización del sector. "La medicina privada surge para cubrir los grandes huecos que desgraciadamente deja la sanidad pública. La medicina reproductiva no es universal, hay una brecha enorme que es muy difícil de acortar por un tema de presupuestos. Ahora, además, la brecha se ha hecho más grande con la COVID-19. ¿En qué hospital público pueden continuar con sus servicios de fertilidad, si ni siquiera pueden cumplir con sus cirugías programadas?", indica.

"La reproducción asistida cumple, por ley, con un estándares muy superiores a la reproducción natural"

En esta línea, también defiende que los profesionales que se dedican a la reproducción asistida en España han de reportar al Ministerio de Sanidad cada una de las técnicas que aplican con su resultado. Con toda esta información, se realiza cada año un informe estadístico de carácter público al que pueden acceder especialistas y pacientes, para explotar los datos según su necesidad, que bien puede ser un estudio de la fertilidad o una valoración para elegir la clínica según sus resultados.

"La reproducción asistida cumple, por ley, con un estándares muy superiores a la reproducción natural. Por poner un ejemplo, alguien que se somete a una fecundación in vitro con donación de gametos, conoce perfectamente la compatibilidad genética de sus gametos con los del donante. Esto no sucede en la reproducción natural. Cada proceso lleva implícito muchísima ciencia y tecnología, que garantice la seguridad que exige la ley y la comunidad científica", concluye Martínez Navarro.

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