Personas cuidadoras: de los reconocimientos formalizados hasta lo que queda por hacer

Aunque la pandemia evidenció más las carencias de estos servicios, en la actualidad la situación de los cuidadores está descuidada a los ojos de la sociedad.

Persona cuidadora con una mujer de edad avanzada (Foto: Freepik)
Persona cuidadora con una mujer de edad avanzada (Foto: Freepik)
Blanca Mas
5 noviembre 2022 | 00:00 h

Detrás de un paciente siempre, o así debería ser, hay un cuidador. Una persona que se encarga de cubrir las necesidades de estas personas. En Europa hay aproximadamente 52 millones de personas que necesitan a una persona cuidadora, siendo en su mayoría mujeres. La realidad, es que el número de personas que podría necesitar cuidados de larga duración en la Unión Europea es de 30,8 millones de personas y se espera que esta cifra se sumen más de 7 millones de personas, hasta alcanzar los 38,1 millones para 2050.

Aunque la pandemia evidenció más las carencias de estos servicios, en la actualidad la situación de los cuidadores está descuidada a los ojos de los ciudadanos y de las instituciones públicas. “No se tiene reconocimiento del cuidador en esta sociedad. Sabemos que hoy en día trabajan en una situación precaria, en la que muchos de ellos siguen sin contrato y sin derechos como persona trabajadora, algo que cruza la línea de la explotación”, explica Sara, fundadora y presidenta de Cuidando de Ti- Asociación de Cuidadores SB.

Las organizaciones nacionales ya establecen sus propios documentos de autoayuda para ellos: Manual para el cuidador de pacientes con demencia, del Imserso; Cómo cuidarse mientras usted cuida, para los enfermos de cáncer y publicado por la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) y la Guía para familiares de enfermos de alzhéimer, por ejemplo.

“Si el cuidador está bien, cuidará mejor y la persona cuidada estará mucho mejor”

Asimismo, existen entidades que acompañan y dan soporte a las familias y a los cuidadores formales y no formales de personas dependientes con la intención de evitar la sobrecarga del cuidador, como ocurre con la organización que preside Sara. “Una cuidadora en su día a día se puede enfrentarse a infinidad de tareas físicas, psicológicas y emocionales, porque resulta una actividad que carga mucho. Estamos proporcionando unos cuidados y un acompañamiento a una persona que necesita de ti para poder continuar con sus actividades de la vida diaria”, añade.

En este contexto, cada 5 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Personas Cuidadoras con el objetivo de concienciar acerca del importante papel que tiene la figura del cuidador, sea del ámbito que sea: público o privado; domiciliario; sociosanitario; especialista; dirigido a discapacidades y dependencias (sobre todo de larga duración, crónicas o degenerativas).

Ante estos problemas y con tal de mejorar la situación de los cuidadores, el Parlamento Europeo presentó la Estrategia Europea de Cuidados. Este documento, es una muestra de la falta de reconocimiento que existe en esta profesión frente a la sociedad actual. Es más, para abordar estas cuestiones, la Comisión propone acciones concretas para ayudar a los Estados miembros a aumentar el acceso a servicios asistenciales asequibles y de alta calidad, mejorando al mismo tiempo las condiciones de trabajo y la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los cuidadores.

 “Invertir en cuidados es importante para atraer y retener talento en el sector asistencial, que a menudo se caracteriza por condiciones de trabajo difíciles y salarios bajos, así como para hacer frente a la escasez de mano de obra y aprovechar el potencial económico y de creación de empleo del sector”, explican en el documento.

UN RESPIRO PARA LOS CUIDADORES NO PROFESIONALES

En España hay alrededor de 2 millones de personas dependientes, personas que necesitan a alguien que realice su higiene diaria y alimentación, el control de la medicación, la estimulación e incluso alguien que les ofrezca apoyo emocional. Sin embargo, aunque la última actualización de las leyes en beneficio de estas personas se hayan actualizado hace relativamente poco (en diciembre del pasado año), aun queda mucho camino por recorrer, sobre todo para los cuidadores no profesionales.

En 2007 se regulaba la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales de las personas en situación de dependencia. Esto significó dar un gran paso, ya que hasta ese momento los cuidadores que, por ejemplo eran familiares o amigos, no eran valorados como tal. Asimismo, se permitía a la persona cuidadora a reducir su jornada de trabajo y la correspondiente retribución. En este momento, es cuando empezó a contemplarse que cuidar a un conocido suponía una carga, porque “muchas veces se siente impotencia por no poder hacer más por la persona que están cuidando y sienten culpabilidad por no saber cómo hacerlo mejor”, explica Sara.

“Muchas veces se siente impotencia por no poder hacer más por la persona que están cuidando y sienten culpabilidad por no saber cómo hacerlo mejor”

Desde 2013 ha sido el cuidador el que ha tenido que hacerse cargo en exclusividad de sus cotizaciones si quería seguir manteniendo su relación con la Seguridad Social. Seis años más tarde, se establecía un convenio especial con la Seguridad Social sin tener que pagar estas cotizaciones.  Seguidamente, en noviembre de 2021, se renovaba la ley de 2007 y se  actualizaba la base anual prevista para la base de cotización de los Convenios especiales, pudiéndose también a aquellos Convenios que estuvieran ya suscritos con anterioridad a la fecha de entrada en vigor de la modificación del precepto.

En definitiva, cuidar a una persona es una actividad cíclica, en la que siempre se ha dicho que hay que adaptarse a la persona que se está cuidando. A medida que han pasado los años se ha ido revalorizando el papel de los cuidadores, sobre todo los informales, pero tal y como aseguran desde las organizaciones, todavía quedan muchos derechos que aprobar. En concreto, aun hay que situar a esta profesión donde se merece, tanto emocionalmente como laboralmente. Tal y como defiende Sara, “si el cuidador está bien, cuidará mejor y la persona cuidada estará mucho mejor”.

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