La esquizofrenia afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, de los que 400.000 son españoles
Dos de las enfermedades mentales más comunes a nivel mundial son la esquizofrenia y el trastorno bipolar, sólo superadas por la depresión. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esquizofrenia afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, de los que 400.000 son españoles, mientras que el trastorno bipolar lo sufren más de 60 millones, lo que supone más de un millón de españoles. De hecho, se estima que 9 de cada 10 pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar sufren episodios de agitación y que los sufrirán a lo largo de toda su vida. No obstante, muchos de los aspectos de ambos trastornos continúan siendo aún desconocidos por la mayoría de la población. LA AGITACIÓN DE LOS PACIENTES
A pesar de tener gran importancia a nivel clínico y suponer un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes que la sufren, sigue siendo una gran desconocida a la hora de tratarla. Este síndrome multifactoria aumenta en intensidad y en el número de síntomas progresivamente. Un paciente con un grado leve de agitación presenta síntomas que actualmente suelen pasar desapercibidos, como son el malhumor, la intranquilidad o una mayor preocupación. En una fase moderada, aumenta el nerviosismo y la tensión, el paciente parece asustado, adopta una postura de desconfianza y puede llegar a ser verbalmente agresivo. Finalmente, en la escala de intensidad más elevada, el paciente actúa de forma agresiva, violenta y se siente confuso y perdido. En momentos de agitación intensa es cuando el paciente tiende a acudir a urgencias y es sedado o incluso recluido pudiendo perder su voluntad y su dignidad.
Los expertos destacan la importancia de humanizar el tratamiento de la agitación con terapias menos invasivas, que mantengan la voluntad del paciente y que le hagan partícipe de su enfermedad
Por ello, los expertos firmantes del informe destacan la importancia de humanizar el tratamiento de la agitación con terapias menos invasivas, que mantengan la voluntad del paciente y que le hagan partícipe de su enfermedad. “Ha de ser en un grado de agitación moderado cuando se debe tratar al paciente con métodos no invasivos para conseguir regular la intensidad de estos episodios. Hoy en día, existen tratamientos avalados científicamente que calman rápidamente a los pacientes con episodios de agitación moderada, evitando que lleguen a perder el control de sí mismos. Pero para ello, resulta fundamental un diagnóstico precoz y la participación del paciente o de su cuidador, que son los primeros que deben percibir los cambios de conducta”, explica el jefe de servicio de Psiquiatría y Psicologia del Hospital Clinico de Barcelona, y subdirector científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), el doctor Eduard Vieta.Porque salud necesitamos todos...ConSalud.es