Transmisión del alzhéimer: “Nunca es contagioso y si se transmite sería excepcional”

Tras conocerse un estudio publicado en ‘Nature’ que afirma la transmisión de alzhéimer por hormona del crecimiento, ConSalud.es contacta con el neurólogo David Pérez para aclarar este punto

Profesional estudiando las imágenes de un cerebro con alzhéimer (Foto: Agencia Estatal de Investigación)
Profesional estudiando las imágenes de un cerebro con alzhéimer (Foto: Agencia Estatal de Investigación)

La transmisión de las enfermedades neurodegenerativas es una hipótesis muy controvertida. Pensar que el párkinson o el alzhéimer puede ser transmisible a través de una acción como puede ser un pinchazo, una relación sexual o por contacto con tejidos contaminados es una idea que puede sonar descabellada incluso investigar. Esta semana salía publicado en ‘Nature’ un estudio que intenta demostrar que la proteína beta-amiloide, relacionada con el alzhéimer, se transmitió a pacientes que recibieron un tratamiento con hormona de crecimiento.

Este análisis, del que se han hecho eco los medios de comunicación, tiene importante limitaciones, tal y como explica el Dr. David Pérez, miembro de la Sociedad Española de Neurología y especialista en alzhéimer a ConSalud.es. “Son pocos casos para lo frecuente del alzhéimer, son una muestra muy peculiar de niños y, en todo caso, en circunstancias extremadamente raras podría ser transmisibles de un humano a otro”.

Son pocos casos para lo frecuente del alzhéimer, son una muestra muy peculiar de niños y, en todo caso, en circunstancias extremadamente raras podría ser transmisibles de un humano a otro”.

¿Por qué se investiga la transmisibilidad de patologías neurodegenerativas? Lo cierto es que además de este estudio, apenas hay ensayos más allá de modelos animales, indica el experto. Todo ello para demostrar una hipótesis altamente controvertida que nace del descubrimiento que azotó a la comunidad científica, el de las encefalopatías espongiformes transmisibles o enfermedades priónicas, causadas por la acumulación de la proteína priónica patológica, de la que es más frecuente la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un raro trastorno neurodegenerativo que se presenta con un rápido y progresivo deterioro de la memoria, cambios de comportamiento, falta de coordinación y/o alteraciones visuales, como recoge un estudio publicado en la ‘Revista Científica de la Sociedad Española de Enfermería Neurología’.

En un 80-90% de los casos este tipo de enfermedad son esporádicos, como refleja el ‘Protocolo de vigilancia de las encefalopatías espongiformes transmisibles humanas’. Sin embargo, la variante ECJ (vECJ) se atribuye a exposición alimentaria por ingesta de carne de vacuno afectado por encefalopatía espongiforme bovina (EEB). “Se detectaron 80 casos de enfermedad priónica transmitida”, recuerda el neurólogo.

Sin embargo, aunque esta asociación está documentada y se ha de controlar que la carne de bovino que se ingiera no esté contaminada, esta transmisibilidad “no está comprobada al 100% con otros tipos de enfermedades neurodegenerativas”, insiste el experto. La hipótesis de que el beta-amiloide se comporta como un prión es, al menos, controvertida y discutida. Suponen que potencialmente puede “invadir” el cerebro y transformar proteínas normales en anómalas, pero no está demostrado con evidencia suficiente.

¿Y EL CASO DEL ALZHÉIMER?

El estudio publicado en ‘Nature’ buscaba precisamente hacer una similitud entre la proteína priónica patológica y la beta-amiloide, es decir, que la proteína causante del alzhéimer también se pudieran transmitir, en este caso a través de contacto con tejido de cadáver contaminada con beta-amiloide que viajaría al cerebro y produciría un cambio en la proteína precursora de amiloide generando una reacción en cadena. “Se realizó un seguimiento a más de 1.800 niños que en los años 70-80 que fueron tratados con hormona del crecimiento que se extrajo de cadáveres. De ahí cinco han presentado síntomas de alzhéimer, pero atípicos”, recuerda el Dr. Pérez.

"Solo se hayan detectado ocho casos de deterioro cognitivo de los cuales al menos cinco tenían datos de enfermedad de alzhéimer”

Los autores afirmaban que se trataba de la primera evidencia que confirma que el alzhéimer se puede transmitir de forma extraordinaria. “Recordemos que mientras con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que es muy poco frecuente, se detectaron 80 casos, en el caso de alzhéimer, que lo tiene hasta un tercio de la población mayor de 80 años, solo se hayan detectado ocho casos de deterioro cognitivo de los cuales al menos cinco tenían datos de enfermedad de alzhéimer”.

Además, los niños estudiados son casos muy peculiares de pacientes que habían pasado por diferentes cirugías y que tenían tumores cerebrales. “La mitad de la muestra recibieron radioterapia que se ha demostrado que puede generar amiloidosis y acúmulo de beta-amiloide a largo plazo”, explica el experto. Asimismo, recuerda, “no se pueden descartar otras hipótesis alternativas, la existencia de otros tipos de patógenos…”.

Los niños que recibieron esta hormona del crecimiento crecieron y presentaron una sintomatología que no termina de cuadrar con la manifestación típica del alzhéimer:aparición precoz con rápida progresión y síntomas cognitivos múltiples más allá de alteraciones de la memoria.

La hormona del crecimiento con la que se trata ahora a los pacientes que la precisan es pura, no de cadáver. También se esterilizan los materiales quirúrgicos y se tienen extremadas precauciones, principalmente si se trata de cirugías craneales y contacto con el material biológico. Por lo que, aunque podría existir una posibilidad de que se transmita la enfermedad de Alzheimer, esta es “extremadamente extraordinaria, y no termina de estar confirmada”, concluye el experto.

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