Educar en salud

CS
Educar, adiestrar, enseñar, es crear cauces de libertad. En salud también. Posibilitar que las personas conozcan cómo funcionan sus mentes y sus cuerpos con relación a su entorno, físico y social es dotarles de los medios para tomar las riendas de sus propias vidas y de su destino. Esa tarea no es nueva, ni solo materia de sanitarios, es social y transcultural. Enseñar a pensar, esperar y ayunar como metas formaba parte del ideal del príncipe Siddhartha.

"Educar en salud incluye instruir a la ciudadanía en los hábitos saludables de vida a la hora de nutrirse, hacer ejercicio, trabajar, descansar e incluso gozar"
A mi juicio incluye instruir a la ciudadanía en los hábitos saludables de vida a la hora de nutrirse, hacer ejercicio, trabajar, descansar, incluso gozar y, si pese a todo, se enferma, educar en salud, y que cada cual cuide de su salud y la mantenga. Superada la esfera privada e individual entra en acción la res pública con estructuras, planes y programas, y finalmente la actuación puntual y reparadora, pero si finalmente no se puede reparar, minimizar daños y secuelas. Por último, acompañar en el último alivio.

En este ámbito de la medicina preventiva podemos incluir el diagnóstico precoz como gran herramienta, pues muchas enfermedades en su fase inicial son abordables siempre y cuando se detecten a tiempo y para ello es necesaria una educación que permita reconocer los indicios para su interpretación por los especialistas adecuados.


La educación en salud también permite una mayor accesibilidad por parte del paciente al conocimiento pormenorizado de su enfermedad y al manejo incluso de la misma cuando está alejado del personal médico y en el confort de su propio hogar donde, en solitario, ha de gestionar su propia patología y convivir con ella razonablemente, bien sea por la discapacidad que genera en cuanto a movimientos o por la subordinación al consumo minucioso de fármacos, dónde ya no existe tanto control, ni rigor médico, y todo queda al albur de las decisiones del paciente sobre su propio cuerpo.

Pero claro en todo proceso educativo hay un maestro y un discípulo, un profesor y un alumno quien enseña y quien aprende. Del mismo modo que no existe comunicación si no hay receptor o el mensaje es confuso o el medio distorsiona su contenido es imposible la educación si no hay alguien al otro lado que interiorice el consejo y que lo aprehenda, sí, con “h” intercalada, que lo englobe y haga suyo es lo importante.

Bien es ciertoque el contenidoa veces no es del todo claro y rotundo que debería ser, enfangándose por un lenguaje retorcido. También puede darse que los medios encargados de transmitirlo sufran interferencias y lo que parecía una recomendación sencilla y rotunda se intérprete como un chascarrillo de taberna o una banalidad de puro sensata.

En esta era de las redes sociales, es imprescindible la comunicación con los pacientes y especialmente una comunicación humana, cercana, de proximidad, que involucre todavía más a médicos con pacientes y viceversa
En esta era de las redes sociales, es imprescindible la comunicación con los pacientes y especialmente una comunicación humana, cercana, de proximidad, que involucre todavía más a médicos con pacientes y viceversa. Si unos no se explican bien y los otros no entienden bien el mensaje, difícilmente puede tejerse ese milagro que es la comunicación, que podría ser plenamente terapéutica.

Pero sinceramente creo que el deber y la obligación de enseñar la salud o los hábitos, las costumbres, más saludables no solo debe de recaer en los profesionales sanitarios. Como decíamos semanas atrás cuando hablamos de los consumos juveniles de alcohol, la educación corresponde a muchos estamentos, empezando por el familiar y siguiendo por el formativo y más tarde el laboral. Y en verdad el tema genérico de la salud no iba a ser una excepción.

Contemplemos que, en nuestra civilización, ya adoptamos muchos hábitos saludables per se, pero en comunidades menos desarrolladas la ausencia de agua corriente impide el aseo cotidiano, lo que genera no pocas transmisiones de enfermedades que, a la postre, se saldan con un número elevado de víctimas, cuando bastaría lavarse las manos o el aseo corporal para evitarlas. En cada cultura por supuesto es necesario adoptar unas medidas diferentes, pero hay que enseñarlas. ¡¡¡CUIDÉMONOS Y CUIDEMOS DE LOS DEMAS!!!


Alfonso Vidal
Jefe Unidad del Dolor Hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón


Porque salud necesitamos todos... ConSalud.es
Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído