El 20% de casos de enfermedad inflamatoria intestinal siguen una terapia biológica

Los especialistas recuerdan que el cambio a medicamento biosimilar no debe estar sujeto a criterios económicos y que el paciente debe formar parte de la decisión con el clínico.

CS
7 junio 2016 | 13:58 h
El 20% de casos de enfermedad inflamatoria intestinal siguen una terapia biológica
El 20% de casos de enfermedad inflamatoria intestinal siguen una terapia biológica
Los medicamentos biológicos han supuesto una revolución en el tratamiento de los pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales más graves, como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. En la actualidad, la experiencia acumulada por los especialistas de Aparato Digestivo, así como la existencia de estudios científicos en series de pacientes tratados cada vez más extensas, permite confirmar que biológicos y biosimilares son una opción terapéutica segura y eficiente. Sin embargo, la sustitución de un medicamento biológico por un biosimilar, dado que no son idénticos, se debe hacer bajo la prescripción del médico especialista y con el acuerdo del paciente para asegurar trazabilidad del tratamiento a favor de su seguridad.

Esta enfermedad engloba a otras como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn
Estas y otras consideraciones, como la inminente aparición de biosimilares de segunda generación que definen un nuevo escenario para las terapias biológicas, serán debatidas en el seno de la próxima Semana de las Enfermedades Digestivas (SED) que se celebra del 17 al 19 de junio en Santiago de Compostela, organizada por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). Los medicamentos biológicos y biosimilares en este ámbito sanitario se emplean para tratar a pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, una patología crónica que engloba, entre otras, la colitis ulcerosa y que afecta al intestino grueso y al colon, y la enfermedad de Crohn, que cursa con inflamación en cualquier área del tracto intestinal. Se trata de una enfermedad crónica que implica medicación de por vida y que afecta principalmente a personas jóvenes entre los 15 y los 30 años.

Las terapias biológicas son eficaces para el tratamiento de los casos graves y persistentes y permiten a los pacientes recuperar, en buena medida, su calidad de vida; minimizando los síntomas y reduciendo el número de hospitalizaciones e incluso el número de casos que deben desembocar en una intervención quirúrgica. Disminuyen también las bajas laborales y escolares, permitiendo al paciente recuperar una cierta normalidad en su vida cotidiana. “Hasta la llegada de los tratamientos biológicos contábamos con muy pocas alternativas terapéuticas para un grupo de pacientes graves jóvenes y con una enfermedad crónica que compromete seriamente su calidad de vida, especialmente para los que sufren Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn, enfermedades para los que estos medicamentos han supuesto una auténtica revolución terapéutica”, explica el Dr. Barreiro, que añade: “los biosimilares son una opción válida y los especialistas de la SEPD apuestan por su uso ya que, además, su menor coste repercute en la sostenibilidad del sistema sanitario”.

"El fármaco original y su biosimilar poseen una caracterización similar, por lo que la prescripción como primera opción de uno u otro no es un problema"
Los medicamentos biológicos se fabrican mediante, o a partir, de organismos vivos utilizando biotecnología. Cuando un medicamento biológico pierde la patente, se permite la producción de biosimilares. Los biosimilares contienen una versión del principio activo del biológico, pero nunca son idénticos porque cada fabricante puede utilizar células distintas en el proceso y pueden existir pequeñas variaciones en otros procesos físicos y mecánicos de la producción. Sin embargo, la experiencia acumulada en los últimos años así como la existencia cada vez mayor de series extensas de pacientes tratados permiten a los expertos considerar que los biosimilares son igual de eficaces que el fármaco original y tiene un perfil de seguridad parecido. "El fármaco original y su biosimilar poseen una caracterización estructural y funcional similar, por lo que la prescripción como primera opción de tratamiento de uno u otro no es un problema", explica el doctor Joaquín Hinojosa, especialista en Aparato Digestivo y experto de la SEPD.

Sin embargo, los medicamentos biológicos y biosimilares no son idénticos y, por lo tanto, no son intercambiables. La sustitución de uno por otro debe ser controlada y debe quedar en manos exclusivamente del especialista. “Al tratarse de medicamentos diferentes, los clínicos debemos controlar qué producto estamos prescribiendo a nuestros pacientes en cada momento, ya que no podemos sustituir aleatoriamente uno por otro. Debemos, en todo momento, controlar la trazabilidad del fármaco empleado en previsión de posibles reacciones adversas y siempre a favor de la seguridad del paciente” explica Hinojosa. De esta forma, es más fácil observar las reacciones de sensibilidad, la aparición de infecciones oportunistas o la pérdida de eficacia del fármaco. En este sentido, la decisión de cambiar un fármaco por otro no debe estar sujeta a motivos económicos, ya que éstos son medicamentos caros, si no que la sustitución de un fármaco en un paciente con tratamiento estable debe ser una decisión compartida entre clínico y paciente.


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