El pasado mes de mayo, Cabrera fue reelegido por tercera vez consecutiva al frente de la federación sindical de Sanidad, por lo que estará en el cargo al menos otros cuatro años más. La experiencia que ha acumulado a lo largo de todo este período le permiten predecir qué obstáculos se encontrarán los profesionales sanitarios en los próximos años y cuáles se acabarán solucionando a corto o medio plazo.
En declaraciones a Consalud.es, Antonio Cabrera explica cuáles son los principales retos para el nuevo “curso” político y sindical, tras las vacaciones de verano.
¿Qué aspectos tienen pendiente actualmente los profesionales sanitarios y en cuáles de ellos va a poner más énfasis su sindicato en los próximos meses?
Como prioridades en el sector público tenemos la recuperación de derechos laborales, porque los empleados públicos hemos sufrido muchos recortes durante la crisis, con pérdidas retributivas y un empeoramiento de las condiciones de trabajo. Por ello vamos a exigir que en los próximos presupuestos se incluyan aspectos como la recuperación de la jornada laboral de 35 horas semanales, un aumento de los salarios y una mayor acción social.
"Con la OPE excepcional no se perderá más empleo público, pero nosotros queremos recuperar también el empleo perdido en el período de crisis, que situamos en torno a 28.000 en el sector sanitario"
Otra parte prioritaria para nosotros es todo lo que tiene que ver con la creación de empleo. Queremos que se culmine el proceso de Oferta Pública de Empleo (OPE) excepcional que se ha puesto en marcha, que se concreten las plazas de forma inmediata y que estén las ofertas de cada autonomía ya en la calle.Con ello no se perderá más empleo público. Pero nosotros no queremos sólo eso, sino también recuperar el empleo perdido en el período de crisis, que situamos en torno a 28.000 en el sector sanitario. Y para eso vamos a exigir que se elimine la tasa de reposición, porque es la única fórmula que nos permitiría recuperarlo.
Cataluña, de momento, no ha querido participar en este OPE, y vuestro sindicato defiende que esto generará una fuga de médicos en la autonomía, ¿en qué se basan?
El riesgo de que se vayan los médicos existe, porque si ellos no ofertan las plazas suficientes y en otras autonomías sí, habrá obviamente una fuga de médicos, enfermeros y de todos los sectores. Ellos no han querido sumarse al proceso en ningún momento, dicen que no tiene nada que ver con ellos.
Si esto acaba generando que la gente se vaya a otras autonomías, supondría un duro revés para la sanidad catalana. Porque además, si traen a extranjeros, estos tendrán que saber catalán, por lo que la complejidad existe. No entendemos por ello que no se quieran sumar a un proceso en el que tienen competencias para ofertar las plazas que decidan de forma autónoma, sólo que coordinado a nivel estatal.
¿Ve un talante más negociador en el actual Ministerio de Sanidad respecto a los anteriores?
En ocho años de crisis es la primera vez que el Ministerio de Sanidad se ha sentado a negociar con los sindicatos. Hemos llegado a acuerdos en algunas cosas y en otras no, pero al menos ha habido un proceso de negociación, que es lo que hemos reivindicado siempre. Ahora espero que cuando se negocien los presupuestos para 2018 no sólo haya un compromiso de negociación, sino una voluntad política para garantizar la recuperación de esos derechos que se nos han arrebatado en el período de crisis.
El sindicato también suele reivindicar mucho la brecha salarial existente entre hombres y mujeres en el sector sanitario, ¿tienen pensado llevar a cabo acciones para dar más visibilidad a este problema?
"En la sanidad pública no vemos desigualdad salarial entre hombres y mujeres, porque los sueldos están fijados, pero sí hay desigualdad en el acceso a puestos directivos"
Discriminación salarial como tal no hay en la sanidad pública porque los sueldos están fijados, y son los mismos para hombres y mujeres. Sin embargo, sí hemos detectado, y por ello estamos trabajando en un plan de igualdad, que a la hora del acceso a plazas de dirección en los centros de trabajosuele haber poca presencia de mujeres. Es normal que, por ejemplo, las mujeres sean mayoría en un servicio hospitalario, pero el jefe de servicio sea hombre. En estos casos sí vemos un trato desigual en la sanidad pública, porque ello conduce a su vez a las diferencias salariales que se registran en el cómputo anual. Ello, unido a que el hombre suele hacer más guardias que la mujer, provoca la brecha salarial.
¿Cree que hay demasiados temas sanitarios que se acaban judicializando y que muchos derechos se consiguen a base de sentencias judiciales y no de negociación?
Muchísimas cosas las conseguimos a través de los juzgados porque con la crisis se tomaron medidas que estaban claramente fuera de la legalidad. Y cuando ganas cuarenta demandas seguidas al final la medida se convierte en norma. Pero esto no es más que una consecuencia de que no haya habido proceso de negociación en muchos años.