"Si algo ha de tener el sistema sanitario es la capacidad para no descansar nunca, porque las enfermedades no cogen vacaciones y los tratamientos de los pacientes tampoco"
Prácticamente todos los sindicatos sanitarios ya han protestado por la situación de “precariedad laboral” que viven durante el verano, dada la falta de sustituciones contempladas por las autonomías. Para entender la magnitud que está alcanzando la situación, basta con el ejemplo de la enfermera de Málaga que renunció a su contrato tras pasar una noche a cargo de 36 pacientes, o del propio jefe de Urgencias del Hospital Carlos Haya, en la misma provincia, que ha dimitido ante los reiterados recortes en su servicio.Los recortes llegan al nivel hospitalario pero también al de Atención Primaria, puesto que la tónica de que un facultativocubra el cupo de los compañeros que se van de vacaciones, es ya común en muchos centros de salud, como critican los sindicatos.
Pero el problema, por otra parte, no es sólo laboral, puesto que las previsiones contemplan, además de una disminución del personal durante el verano, una importante reducción de recursos hospitalarios. Sin ir más lejos, el sindicato Satse calcula el cierre de hasta 11.000 camas en los hospitales españoles durante estas fechas.
Si algo ha de tener el sistema sanitario es la capacidad para no descansar nunca, porque las enfermedades no cogen vacaciones y los tratamientos de los pacientes tampoco pueden paralizarse o disminuir su intensidad durante todo un verano. Va siendo hora, por tanto, de que muchas administraciones comiencen a sacar menos pecho a la hora de presentar sus planes sanitarios para el verano y tengan algo más en cuenta el clamor de los profesionales, que al fin y al cabo son los han de mantener la calidad del sistema.
Ángel Espínola
Redactor en Consalud.es
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