“Por su base celular y humoral, el intestino debería ser considerado el undécimo órgano del cuerpo humano”

Ramón Cisterna, presidente de la Asociación Microbiología y Salud (AMYS)

Paco Cordero - Redactor
13 noviembre 2016 | 23:59 h
“Por su base celular y humoral, el intestino debería ser considerado el undécimo órgano del cuerpo humano”
“Por su base celular y humoral, el intestino debería ser considerado el undécimo órgano del cuerpo humano”
Sus conocimientos sobre la Microbiología y los procesos de evolución de los microorganismos del ser humano le han llevado a Ramón Cisterna a presidir la Asociación Microbiología y Salud (AMYS). En declaraciones a ConSalud.es, el también catedrático de Microbiología e Inmunología por la Universidad del País Vasco y jefe de este área en el Hospital Universitario de Basurto (Bilbao), ha analizado las potencialidades actuales y futuras de la microbiota intestinal.

Sabiendo que la microbiología es un área muy amplia que repercute a muchos ámbitos, centrándonos en el sanitario, ¿cuáles están siendo los retos actuales más importantes?

En realidad estamos ahora en esa dualidad de comprobar cómo microorganismos, por una parte pueden ser patógenos y provocar daños e incluso la muerte de la persona infectada y, por otra parte, la probabilidad de que existan microorganismos que tienen un perfil de beneficio para la salud. Ahora al microbiólogo se le abre esta doble perspectiva.

"La microbiología y la tecnología deben ir de la mano para poder sacar el provecho máximo, desde el punto de vista del diagnóstico, el terapéutico y en cuanto al conocimiento de los ecosistemas"
Por otra parte, también hay que tener en cuenta que hay un vínculo de unión entre las dos caras de esa moneda y ese vínculo lo representa los antimicrobianos. Éstos están diseñados para ejercer su potencial terapéutico frente a bacterias patógenas pero también pueden afectar a las bacterias probablemente beneficiosas para la salud. Aquí encontramos un aspecto muy interesante vinculado, por una parte, con el uso precavido de los antimicrobianos, con la limitación de los efectos sobre la microbiota intestinal y la posibilidad de mejorar el panorama de la resistencia a los antimicrobianos.

Y en estos retos presentes, ¿qué papel juega o está jugando la tecnología?

La microbiología en estos momentos, e igual que otras ramas en las ciencias de la salud, tiene que contar con una tecnología muy avanzada. Estamos hablando ya de metagenómica, no de una secuenciación simple o lineal. Hablamos de disponer de programas bioinformáticos que nos ayuden a descifrar la realidad de esa información, que si no es con la aplicación de un programa bioinformático para decirnos exactamente qué y cómo lo estamos viendo, es imposible descifrarla. De esta manera, la microbiología y la tecnología deben ir de la mano para poder sacar el provecho máximo. Y no solo desde el punto de vista del diagnóstico y terapéutico sino también en cuanto al conocimiento de los ecosistemas, cual es su participación en los procesos de salud y enfermedad, etc.

En algunas declaraciones suyas, junto con la de otros profesionales, se podía leer que la microbiota ha sido ignorada hasta ahora. ¿Por qué ha ocurrido así? Y ¿cuál es el motivo de que haya despertado ahora tanto interés?

Ha sido ignorada porque sólo nos fijábamos en aquellos microorganismos que producían daño al huésped. Lo que queríamos era tratar de diagnosticar lo antes posible, y seguimos interesados en esa línea, para ofertar la mejor opción terapéutica. Eso ha permitido que el otro perfil no haya representado ningún reto desde el punto de vista diagnostico o terapéutico.

"Desde el punto de vista inmunológico, no seríamos absolutamente nada sin el papel que desempeña nuestro intestino"
Es ahora cuando se ha visto que hay una competencia de ecosistemas determinados que van evolucionando conforme la vida del sujeto va creciendo y eso puede verse modificado por actitudes habituales de la vida de un individuo, a favor o en contra de la aparición de determinados tipos de enfermedades. Al mismo tiempo se ha comprobado que hay comunidades microbianas que favorecen ambientes muy favorables de los ecosistemas para tratar de proteger al individuo frente a retos como cuadros de tipo inmunológicos, como las alergias, cuadros degenerativos, metabólicos, etc.

Y ¿es posible que se haya pasado de ser ignorada a que sobre la microbiata haya un exceso de información?

Exacto. En estos momentos, por lo novedoso de la situación y de la información, hay un cúmulo de distintos tipos de evidencias, muchas de ellas no contrastadas, en las que aparecen vinculadas estas dos posibilidades, la aparición de determinados tipos de microorganismos con el desarrollo de algunas de estas enfermedades que hemos comentado y, por otra parte, algunos microorganismos posicionados muy favorablemente para proteger al individuo frente a esas mismas enfermedades.

Entonces, cuando se habla del papel clave que desempeña la microbiota, ¿de qué hablamos exactamente?

Aún necesitamos mucha información sobre cuál es el papel de esa complejidad microbiana que genera esas posibilidades de salud o de enfermedad. Obviamente, esa información vendrá de la mano de la tecnología y de la metagenómica, porque si no hasta ahora lo que nos estamos encontrando es la presencia de determinados tipos de microorganismos que se cultivan. Pero la gran mayoría de los microorganismos que están presentes en un ecosistema como es el intestino, no son cultivables. Con lo cual, ahí hay un sesgo importante que habrá que aclarar en un futuro.

Sin embargo, sí que se considera que va a tener un papel determinante. De hecho, se habla de que representa un órgano más del cuerpo humano.

Sin duda. Por su base celular y una base humoral del sistema inmunológico tremendamente compleja y realmente importante, el intestino debería ser considero el undécimo órgano del cuerpo humano. Es la mucosa más extendida del organismo. Desde el punto de vista inmunológico, de defensa, no seríamos absolutamente nada sin el papel que desempeña nuestro intestino. Si no interviniera, quedaría una falla importante en los mecanismos de defensa. Necesitamos esa estructura del organismo basada en la inmunología.

Por otra parte, también el propio intestino tiene una comunidad microbiana tan importante o más que la propia estructura celular de un sujeto. Por lo tanto, ahí están las dos situaciones que vienen a recordar que el intestino debería ser el undécimo órgano de nuestro organismo.

Sabemos que con el paso de los años, el organismo se ha tenido que adaptar al medio y en esa adaptación, la alimentación ha jugado un papel clave. En ese proceso que nunca acaba, ¿van a aparecer nuevas intolerancias?

La influencia de la dieta en la microbiota es uno de los temas más interesantes que se están explorando. Parece que está claro que cuando uno observa cómo es la microbiota en sujetos que siguen una dieta estrictamente occidental y cómo es la dieta de las personas que mantienen sus características nutricionales tal y como la recibieron de sus antepasados, como pueden ser determinadas comunidades africanas, pues se puede ver la gran diferencia que hay ahí. Hay una gran diversidad, en cuanto a la microbiata, en las comunidades africanas, mientras que en las dietas que se siguen estrictamente occidentales, esa biodiversidad está desapareciendo. Por ello, aumenta la posibilidad de aparecer intolerancias, fenómenos alérgicos, fenómenos relacionados con algunos procesos inflamatorios o metabólicos.

Y ¿cómo se va a tener que ir solucionando? ¿Qué opinión tiene de los alimentos prebióticos?

Los alimentos prebióticos hay que revisarlos profundamente. No es todo lo que se esperaba de ellos, según vamos avanzando en su conocimiento. Por ello, hay que seguir investigando más y no dar por sentado lo que hemos conocido hasta ahora. Hay mucha variabilidad dentro de la actuación de los prebióticos y hay que mantenerlos en la reserva para conocerlos más en profundidad.

"El intestino cuenta con una comunidad microbiana tan importante o más que la propia estructura celular de un sujeto"
A parte de la alimentación, ¿existen otros factores que influyan tanto en el organismo para su evolución?

No. La alimentación y el estilo de vida son uno de los fenómenos que más condicionan las diferencias entre las personas.

En cuanto al papel de los fármacos, usted ha declarado que un uso excesivo de antibióticos puede provocar la resistencia de los microorganismos.

Así es, por eso se reclama un uso prudente de los antimicrobianos. Los antibióticos siguen siendo muy efectivos pero hay que saber exactamente cuándo y cómo utilizarlos, y solamente emplearlos en aquellas ocasiones en que sea estrictamente necesarias. Y con ello, conseguiremos evitar un efecto desagradable como puede ser la eliminación de parte de la microbiota por el efecto del antibiótico.

De cara al futuro, ¿qué estudios sobre la microbiota y los microorganismos van a tener más relevancia?

Creo que habrá que tener una confluencia entre lo que se observa desde el punto de vista de la clínica, con lo obtenido desde el punto de vista de la microbiología. Cuando estas nuevas tecnologías estén ya en nuestras manos, habrá mucho que decir y muchas conclusiones que sacar en esa relación que hay entre microbiata y la aparición de determinadas enfermedades o la protección frente a las mismas.

Y en el apartado personal, ¿alguna investigación que se esté desarrollando en el Hospital Universitario de Basurto?

Tenemos varios grupos de investigación, que vamos a estar interconectados. Uno de ellos es el de Neurología, y en el que probablemente iremos de la mano en muchos aspectos relacionados con este tema. Asimismo, AMYS también quiere tomar parte en este futuro que se abre de una forma inmediata a la información por parte de la microbiología.




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