Determinadas alteraciones micro-nutricionales a nivel cerebral son las generadores del estrés, la fatiga, la ansiedad, la depresión, el insomnio, el bajo rendimiento intelectual o el síndrome vespertino de piernas inquietas. Así lo confirma la médico especialista en nutrición y micronutrición, Paloma Castaño, quien ha proporcionado protocolos adecuados para combatir estas alteraciones a más de 60 profesionales durante la novena conferencia del tercer curso de Atención Farmacéutica, organizado por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo (COF).
Un curso dedicado al análisis e intervención en Nutrición Cerebral. “Podemos cuidar el cerebro y potenciar que funcione al máximo nutriéndolo de macronutrientes o micronutrientes como vitaminas, proteínas y suplementos grasos, lo que a su vez implica que estaríamos previniendo la aparición de determinadas alteraciones que afectan a la vida de una persona en todos los niveles, físico, social y laboral” explica la doctora Castaños.
"Que el alimento sea tu medicina" es el principal lema de la doctora Castaños
De esta forma, la conferencia comenzó con el repaso de conceptos como neuronutrición y alimentos “cerebrales” en el que la ponente se detuvo en explicar cuestiones como epigenética y neuroprotección, necesidades nutricionales del cerebro (glúcidos, lípidos y proteínas) o cómo se realiza el proceso de neurotransmisión para posteriormente pasar a explicar los protocolos para abordar las diferentes alteraciones como el sueño, el jet lag, el estrés, el estrés crónico, la ansiedad, el insomnio, la depresión estacional o postparto, los bloqueos, la preparación de exámenes o la prevención de enfermedades neurogenerativas.
Para la formadora, “generalmente se piensa que con una alimentación normal estamos obteniendo todas las vitaminas y nutrientes necesarios, algo que muchos estudios han rebatido”. Por ello, Castaño defiende una adecuada nutrición para el cerebro, con el fin de que “no tengamos carencias que nos provoquen ansiedad, nerviosismo, compulsiones u otras alteraciones, es decir, lo que se llama nutrición cerebral”.