Mónica García asume el cargo de ministra de Sanidad, que por primera vez recae en un perfil no afiliado con el partido mayoritario que forma el Gobierno. Este cambio no solo representa una nueva cara en la gestión de la salud pública, sino que también plantea desafíos significativos en materia de industria farmacéutica. El perfil de García tiene un gran trasfondo claramente sanitario debido a su formación previa en este sector, pero también cuenta con una profunda experiencia política, habiendo sido hasta el momento la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid. Con esta doble vertiente, García se enfrenta al reto de liderar un Ministerio donde la política y la sanidad convergen de manera única, afrontando multitud de retos que afectan a todos los españoles.
LOS DESAFÍOS DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
Los efectos de la pandemia han transformado la forma en que interactuamos con la Sanidad. La nueva ministra se acaba de posicionar como la líder en el proceso de adaptación hacia la nueva era post-Covid-19. No son pocos los retos que enfrenta a diario el sector farmacéutico, desde la constante necesidad de innovación y transformación, hasta la reducción de los tiempos de espera en la financiación de nuevos medicamentos, afrontando problemas globales que preocupan al sector como la inflación o la equidad en el acceso de fármacos. Con su nuevo cargo, García no solo hereda la gestión de la salud en España, sino también la responsabilidad de abordar desafíos cruciales que enfrenta la industria farmacéutica en el país.
Una de las dificultades que afronta la industria y la población son las relacionadas con la cadena de suministro. A pesar de los esfuerzos en los últimos años, España ha presentado dificultades para afrontar la alta demanda en el suministro farmacológico, lo que puede resultar en la incapacidad de entregar los medicamentos a los puntos de venta o a los pacientes que los necesitan, y en una pérdida monetaria en las ganancias para la industria. De esta manera, Mónica García tendrá que establecer políticas para asegurar un suministro constante de medicamentos esenciales.
Una de las tareas de la nueva ministra será implementar políticas que amortigüen este impacto y mantengan la accesibilidad de los medicamentos
Otras de las preocupaciones que se debe abordar es en relación con la innovación del sector, que ha provocado una transformación significativa con el aumento en el desarrollo de terapias avanzadas, y la tecnología de vacunas de ARNm. Este cambio plantea nuevos desafíos en términos de fragmentación tecnológica, nuevas cadenas de suministro y ciclos de vida de productos únicos. A su vez, problemas tan preocupantes como la inflación descontrolada, que se posiciona como una de las principales preocupaciones globales en 2023, podría resultar en costos más altos y desafíos financieros prolongados para las empresas farmacéuticas. La tarea de la nueva ministra será implementar políticas que amortigüen este impacto y mantengan la accesibilidad de los medicamentos.
Además, García tiene la tarea crucial de avanzar hacia un sistema de salud sostenible y equitativo. Esto implica no solo abordar los desafíos inmediatosen la industria farmacéutica, sino también considerar aspectos más amplios, como la investigación científica de calidad, la prudencia en la práctica médica, la transparencia y el acceso a la información, la inversión pública en I+D+I y el desarrollo de nuevos modelos de financiación de medicamentos.
AFRONTAR LOS COMPROMISOS PASADOS
En el mes del septiembre, el Ministerio de Sanidad declaró que una de sus prioridades era asegurar las inversiones en la industria farmacéutica en nuestro país. El hasta ahora ministro José Miñones reivindicó durante el encuentro anual de la industria farmacéutica española su promesa de "crear un entorno favorable para las inversiones" en el sector.
Con esta inversión se busca abordar uno de los problemas más graves que afecta a todos y cada uno de los españoles, reducir los tiempos de espera para acceder a los medicamentos. Según el último informe, publicado este año de ‘Esperando acceder a terapias innovadoras’ (W.A.I.T. por sus siglas en inglés), afirma que en nuestro país el tiempo hasta la disponibilidad de medicamentos innovadores en España ha aumentado de media, de 517 a 629 días desde que recibe la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento.
Para abordar los retos que afronta desde hace años la industria del medicamento, será necesario que la nueva ministra tome en consideración los compromisos de José Miñones, quien tenía como objetivo finalizar el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica y presentarlo “en cuanto la situación lo permita".