Desarrollan una píldora que vibra para combatir la obesidad

Tragar el dispositivo antes de una comida engaña al cerebro creando una sensación de saciedad. El dispositivo ya ha sido probado en animales y es todo un éxito.

Mujer tragando una cápsula (Foto. Freepik)
Mujer tragando una cápsula (Foto. Freepik)
31 diciembre 2023 | 00:00 h
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Shriya Srinivasan PhD '20, ex estudiante de posgrado y posdoctorado del MIT, ahora es profesor asistente de bioingeniería en la Universidad de Harvard y es el autor principal de este estudio. Junto a otros investigadores del MIT han desarrollado esta cápsula que puede suponer una revolución para combatir la obesidad de manera no invasiva y a un bajo coste.

Y es que, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a la obesidad como “la pandemia del siglo XXI”. Un fenómeno que esta previsto que aumente significativamente los casos de diabetes y otras enfermedades asociadas de cara a los próximos años. Entre algunas de las patologías relacionadas se encuentran las enfermedades cardiovasculares, problemas de fertilidad o alteraciones locomotoras.

CÓMO FUNCIONA

En formato de píldora, los investigadores del MIT crearon este dispositivo que simula la sensación de saciedad. Aprovechando este efecto, usaron una cápsula ingerible que vibra dentro del estómago.

Dichas vibraciones activan los mismos receptores de estiramiento que toman lugar cuando el estómago está lleno. Lo que se traduce en, crear una sensación -falsa- de saciedad.

LA PASTILLA

Como postdoctorado en el Instituto Koch para la Investigación Integrativa del Cáncer del MIT, Srinivasan trabajó en estrecha colaboración con el laboratorio de Traverso, que ayudaron a diseñar el dispositivo oral. Los expertos en el desarrollo de fármacos orales y dispositivos electrónicos crearon la pastilla de tamaño multivitamínico con la función vibratoria.

Esta pequeña píldora funciona con una mini batería de óxido de plata, y viaja hasta el estómago. Con los fluidos gástricos ácidos se disuelve la membrana gelatinosa que recubre la cápsula, completando así, el circuito electrónico que activa su motor vibratorio.

EL EFECTO SACIEDAD

La comunicación entre el estómago y el cerebro es muy estrecha. Y es que, cuando ingerimos una comida abundante, el estómago se encarga de enviar señales al cerebro indicándole que eshora de dejar de comer, un efecto conocido como saciedad.

La pastilla puede reducir la cantidad de ingesta hasta en un 40% por comida

No obstante, un estómago lleno de líquido también puede provocar estos mensajes. De ahí, que en las dietas se recomiende ingerir un vaso de agua antes de comer.

Las células mecanorreceptoras son aquellas que detectan el proceso de distensión del estómago. También envían señales al cerebro a través del nervio vago, así es como el cerebro estimula la producción de la insulina y de hormonas como péptido C, Pyy y GLP-1.

Estas hormonas trabajan de manera conjunta para que las personas ingieran los alimentos y se sientan llenas. A la vez que disminuyen los niveles grelina, la hormona que promueve el hambre.

Srinivasan explica como se comenzó a interesar por el proceso de estiramiento de manera artificial con el objetivo de tratar la obesidad. A través de las vibraciones provocadas se podía controlar el mecanismo que de los mecanrreceptores que recubren el estómago.

PROBADO EN ANIMALES

Los investigadores testaron la cápsula con animales. Pudieron demostrar que una vez la píldora vibra, se activan los mecanorreceptores y envían -vía el nervio vago- la señal de saciedad al cerebro.

Es más, los investigadores observaron que los niveles hormonales fluctuaban durante las vibraciones.

Después, se comprobaron los efectos de la cápsula sobre el apetito de los animales. Concluyeron que el aumento de peso se veía retardado cuando se les trataba con la píldora. Pues, 20 minutos antes de comer se les ofrecía la píldora, resultando en una reducción del 40% de la ingesta.

NUEVO HORIZONTE

Actualmente, la píldora vibra durante 30 minutos después de llegar al estómago, pero los investigadores plantean la posibilidad de encontrar formas de adaptación para que permanezca en el estómago por periodos más largos de tiempo.

Además, se estudia la posibilidad de que se pueda apagar y encender, mientras que se controla de manera inalámbrica. Y es que, las pastillas permanecieron hasta cinco días en el tracto digestivo hasta que fueron expulsadas.

El estudio también presume de no haber encontrado efectos secundarios negativos para el tracto digestivo, como pueden ser signos de obstrucción o perforación.

UN TRATAMIENTO ALTERNATIVO PARA LA OBESIDAD

La futura implementación de esta píldora podría posicionarse como una alternativa a los enfoques actuales para tratar la obesidad. Pues, muchas veces, la dieta y el ejercicio no son suficiente.

Además, este enfoque promueve los procedimientos poco invasivos, de manera que se podrían evitar las intervenciones como los balones gástricos. De igual manera, medicamentos como los agonistas del GLP-1 inyectables se evitarían.

POCO COSTOSO

Un avance, que no solo prescindiría de tratamientos muy invasivos, sino que reduciría el coste de tratamiento. Pues, algunos fármacos como el mencionado anteriormente puede ser muy inasequible para algunos bolsillos.

Como Srinivasan apunta, las cápsulas del MIT pueden fabricarse a costes más asequibles que muchos tratamientos que combaten la obesidad: "Me encantaría ver cómo esto transformaría la atención y la terapia para las personas en entornos de salud globales que tal vez no tengan acceso a algunas de las opciones más sofisticadas o costosas que están disponibles en la actualidad" confiesa Srinivasan.

Ahora mismo, los investigadores exploran maneras de ampliar la fabricación, un hecho que podría permitir los ensayos en humanos. Estos estudios son imprescindibles para determinar la seguridad del dispositivo, así como averiguar el mejor momento para ingerirla y la frecuencia necesaria para administrarla.

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