Dispositivos portátiles en mayores: "Podrían predecir un infarto con seis meses de antelación"

Los investigadores encuentran que los dispositivos portátiles detectan alteraciones circadianas asociadas con el deterioro relacionado con la edad

Relojes inteligentes en adultos mayores. (Foto: Freepik)
Relojes inteligentes en adultos mayores. (Foto: Freepik)
29 noviembre 2023 | 00:00 h

La tecnología y la salud son dos disciplinas que están trabajando conjuntamente desde hace mucho tiempo permitiendo avances en materia de detección, tratamiento y abordaje de patologías médicas en los pacientes. Gracias a ello, se han optimizado los recursos que tienen los profesionales sanitarios y, además, se ha facilitado el empoderamiento de los pacientes. Los principales avances hasta el momento han sido: la ganancia de tiempo (acortando tiempos de espera y diagnosticando de una manera eficaz y rápida) y la mejora del confort del paciente.

Según un nuevo estudio del Brigham and Women’s Hospital, afiliado a Harvard, que ha sido publicado en la revista “Nature Communications”, los dispositivos portátiles que miden los patrones diarios de los ritmos cardíacos tanto de actividad como descanso, conocidos popularmente como relojes inteligentes, pueden también predecir los riesgos para la salud relacionados con la fragilidad seis años antes de que ocurra un incidente. En otras palabras, un reloj inteligente podría predecir un infarto seis meses antes de que ocurra.

Cai: "Los dispositivos portátiles podrían representar una herramienta importante para el control de la salud a largo plazo en adultos mayores"

El progresivo envejecimiento y aumento de la longevidad en la población es una realidad. La fragilidad, a su vez, es una condición común en las poblaciones de mayor edad que aumenta su vulnerabilidad a resultados de salud adversos. La fragilidad en España, tiene una prevalencia estimada del 18% en las personas de 65 años o más, siendo del 12% a nivel comunitario y de un 45% en atención sanitaria. Se trata de una prioridad de salud pública por su elevada prevalencia y en previsible ascenso, ya que es un factor asociado a la edad. Con todo, gracias a las tecnologías cada vez es más prevenible, detectable y tratable.

Las alteraciones en los patrones diarios de descanso y actividad se han relacionado previamente con enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. La investigación también han demostrado que el envejecimiento cambia los ritmos circadianos de actividad y descanso. 

METODOLOGÍA DEL ESTUDIO

El autor principal del estudio, Ruixue Cai, candidato doctoral en la División de Trastornos Circadianos y del Sueño, afirma que su estudio “demuestra que los dispositivos portátiles podrían representar una herramienta importante para el control de la salud a largo plazo en adultos mayores. La fragilidad puede reducir la calidad de vida y detectarla tempranamente o predecir quién está en riesgo podría ayudarnos a intervenir para promover un envejecimiento saludable".

Para la realización del estudio se reclutó, como parte del Proyecto Rush Memory and Aging, a 1.022 adultos con una edad media de 81 años. Tras ello los investigadores analizaron continuamente datos de actividad y descanso desde los dispositivos portátiles. Se analizaron además medidas tales como la amplitud, la estabilidad y la variabilidad de los ritmos. Tras un periodo de seguimiento de más de seis años y medio (aproximadamente), los resultados señalaron que 357 participantes habían desarrollado fragilidad, y lo patrones de reducción de descanso se asociaron con una mayor incidencia de este acontecimiento. Además, descubrieron también que los síntomas como disminución de fuerza de agarre, la reducción de índice de masa corporal y el aumento de la fatiga favorecían a la aparición de la fragilidad.

"La tecnología portátil proporciona un enfoque holístico para detectar indicadores comunes de enfermedad"

Los hallazgos fueron independientes de características como la edad, el sexo, la duración del sueño, la fragmentación del sueño y la disfunción cardiovascular. Por último, los investigadores señalaron que las alteraciones circadianas se habían asociado previamente con trastornos del sueño, alteraciones del metabolismo y la pérdida neuronal, lo que sugería una suposición entre los mecanismos detrás de la fragilidad y el deterioro cognitivo.

Peng Li, de la División de Trastornos Circadianos y del Sueño de Brigham y el Departamento de Anestesia, Cuidados Críticos y Medicina del Dolor del Hospital General de Massachusetts afirmaba: "La tecnología portátil proporciona un enfoque holístico para detectar indicadores comunes de enfermedad. La combinación de datos circadianos de actividad en reposo con otras medidas clínicas podría ayudar con la identificación e intervención tempranas en poblaciones susceptibles".

Cabe a destacar que el estudio realizado se limitó a una población mayor, principalmente con una edad media de más de 80 años. Además, los patrones de actividad y de descanso pudieron verse afectados por las variaciones estacionales, que tienen una gran repercusión en la actividad de las personas mayores, así como las condiciones ambientales. También es cierto que los dispositivos portátiles en ocasiones pueden fallar y confundir o malinterpretar algunos ciclos de sueño y vigilia. Por ello, los investigadores recuerdan la necesidad de practicar estudios en un futuro próximo con mejores evaluaciones del sueño para comprender verdaderamente el vínculo causal entre las alteraciones circadianas y la fragilidad.

En conclusión, la llegada de los smartwatch o dispositivos portátiles con fines médicos es un fenómeno reciente, pero que presenta un importante potencial de desarrollo futuro. Las ventajas asociadas a estos aparatos se relacionan con la facilidad del paciente para, por sí mismo, poder llevar un control exhaustivo de su estado y posteriormente facilitar esa información a su médico. Todo apunta a que estos dispositivos nos capacitarán para llevar un mejor control de nuestra salud.

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