¿Cómo integrar las ‘nuevas’ profesiones en sanidad? El modelo público-privado, el gran aliado

El coordinador de la Plataforma de dinamización en innovación de las capacidades industriales del SNS (ITEMAS), Lluís Blanch, aboga por acelerar la integración de nuevas profesiones en el ámbito sanitario.

Profesionales sanitarios usando técnicas de realidad virtual (Foto: Freepik)
Profesionales sanitarios usando técnicas de realidad virtual (Foto: Freepik)

Cada vez con más frecuencia la atención sanitaria requiere fórmulas más allá del conocimiento sanitario habitual, el que ofrece un médico, una enfermera o un celador. En la actualidad, son también necesarias profesiones expertas en el campo de otrasdisciplinas, como las ciencias ómicas, la transformación digital, la analítica de datos o la criptoseguridad.

El auge de la medicina personalizada de precisión y la irrupción de las nuevas tecnologías ha llevado al sector sanitario a tener una mayor dependencia de nuevasprofesiones para el desarrollo de proyectos de innovación en el que estén involucrados dispositivos como los biomarcadores, diferentes software, la realidad aumentada y virtual o la inteligencia artificial.

La mayor incertidumbre que surge ante estas novedades laborales es saber cómo se integran en el universo sanitario, con un marco regulatorio "adecuado, con transparencia y útil"

Hablamos, por ejemplo, de expertos en ciencias de la computación, ingenieros de telecomunicaciones, data scientist y analytics, software engineering o neuropsicólogos. Todas ellas, y muchas más, son hoy en día imprescindibles en los hospitales, tanto que así lo identifican no pocas voces del espacio sanitario e incluso ya lo llevan a espacios de debate.

Es el caso de la Plataforma de dinamización e innovación de las capacidades industriales del SNS (ITEMAS), entidad dependiente del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) que en sus jornadas anuales de 2022 ha incluido una mesa sobre estas “nuevas profesiones”. Y de ello habla para SaluDigital el coordinador de esta plataforma y directorde investigación e innovación en la Corporación Sanitaria Parc Taulí, Lluís Blanch.

ENTENDIMIENTO PÚBLICO-PRIVADO, INEVITABLE

La primera reflexión de Blanch es que precisamente “no son nuevas” sino que son profesiones que “ya existen” pero que “tendrán más presencia en los hospitales” debido al mayor volumen de proyectos de innovación que obedecerán a las necesidades de los pacientes, a sus problemas y a las soluciones.

En todo caso, la mayor incertidumbre que surge ante estas novedades laborales es saber cómo se integran en el universo sanitario. Ante esta duda, el coordinador de la plataforma Itemas aboga por iniciar un “debate” para ver cómo hacerlo “en un marco regulatorio adecuado, con transparencia y para que sea útil para los dos bandos”, refiriéndose a la necesidad de que estas ocupaciones sirvan “de puente” entre un hospital y una empresa.

En esta línea, este especialista en Medicina Intensiva menciona las “barreras” que afloran en uno y otro sector. Por un lado, cita que debido a que son profesiones “muy demandadas” en la actualidad, “en la sanidad pública no podemos competir en salarios con la parte privada”. No obstante, sí que defiende que la empresa está menos capacitada para “dar soluciones a las preguntas y necesidades que surgen alrededor de un paciente”.

Lluís Blanch (Itemas) sostiene que para que España cuente con un sistema de innovación ágil, el lenguaje regulatorio debe ser "común en los departamentos jurídicos de todos los hospitales"

De esta forma, Lluís Blanch aboga por explorar “nuevos modelos de colaboración público-privada”, pensando en dar solución a los pacientes que requieren de nuevos avances, en lograr que se aceleren estos cambios para que España sea un país competitivo y para que haya posibilidades reales de que estas innovaciones “lleguen a todos los pacientes y a la sociedad en general”.

Y aunque esta reflexión no está más que iniciándose en el seno del sector, este experto plantea una propuesta. “Para el mí, el modelo pasa por un entendimiento mutuo, de colaboración absolutamente transversal entre un profesional sanitario y otras profesiones”, explica. Por ello, defiende más una integración de otra ocupación en el sector sanitario que una especialización de un médico o un enfermero en la innovación que se trate, más allá de los conocimientos básicos.

DAR EL SALTO, AHORA O NUNCA

Aunque el auge de estos avances invita a pensar en que estamos ante un punto de inflexión, lo cierto es que a nivel asistencial ya pueden encontrarse ejemplos de este tipo de colaboraciones laborales. En el propio Consorci del Parc Taulí, del que Blanch es director de investigación e innovación, ya tienen en plantilla a “más de 30 ingenieros, dando soporte tanto a tareas asistenciales como a ocupaciones como el tratamiento de imagen, de señales o un laboratorio 3D”.

En estos casos, a nivel regulatorio ya se están aplicando normativas como la nueva Ley de Ciencia o la de incompatibilidades. Sin embargo, Lluís Blanch sostiene que para que España cuente con un sistema de innovación ágil, toda esta legislación tiene que convertirse en “rutina” de forma que este lenguaje se convierta en “común en los departamentos jurídicos de todos los hospitales”.

Y es que, a pesar de que nuestro país se encuentre “muy bien” situado en el ránking internacional a nivel asistencial, debido a la “calidad de los servicios sanitarios y las prestaciones”, cuando se habla de transferencia “bajamos bastantes puestos”, dando paso a países como EE.UU., Corea del Sur, Dinamarca o Suecia. “Ellos tienen una mayor agilidad en tres patas: académica, administrativa y de colaboración público-privada”, defiende. Por ello, anima a “tomar ejemplo” de países con más recorrido donde se patente “no por patentar, sino para que desarrollen productos que generen valor, puestos de trabajo y retornen en el país”.

MOTIVACIÓN, COLABORACIÓN DE ÉLITE Y UNIVERSAL

Antes de que estos progresos se consoliden en la práctica, el coordinador del Itemas comparte su modelo “ideal” de funcionamiento de un hospital dentro de 30 años. “Me imagino un hospital con profesionales motivados, con las condiciones adecuadas, bien remunerados y la posibilidad de que progresen. Si además existe una colaboración con universidades de élite para una investigación de calidad donde todo lo que se investigue pueda ser industrializado, sería ideal. Y, desde luego, con una sanidad que sea universal para todo el mundo”, concluye.

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