Gran tamaño y carácter social: así son los perros de protección para víctimas de violencia de género

Gracias a los perros de protección, las mujeres víctimas de violencia de género se sienten libres para volver a salir a la calle y recuperar su vida

Exhibición de perros de protección para víctimas de violencia de género. (Foto: Ángel Mariscal)
Exhibición de perros de protección para víctimas de violencia de género. (Foto: Ángel Mariscal)
Itziar Pintado
24 noviembre 2023 | 13:00 h

Los perros han pasado de ser únicamente animales de compañía para convertirse en parte de la familia. El vínculo humano-animal se está haciendo más fuerte y los perros representan una parte fundamental de la vida de numerosas personas, en concreto, del 43% de los hogares españoles. Además, esta realidad trae consigo numerosas ventajas, no solo el bienestar que supone tener un perro cerca, también otros beneficios como la asistencia a personas mayores, pacientes con patologías y hasta seguridad a víctimas de violencia de género.

En relación a esta última y en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el próximo 25 de noviembre, los perros también desempeñan una labor esencial. En torno a esta idea surge en 2009 ‘Proyecto Pepo’, una iniciativa de la Fundación Mariscal basada en la protección de usuarias que han sido víctimas de violencia de género. Ángel Mariscal, propitario de Security Dogs, grupo dedicado a la seguridad y protección de personas, es el encargado de impulsar este proyecto que vela por la libertad y confianza de estas mujeres.

Durante una exposición internacional, en una exhibición de perros de seguridad, en el ring central de uno de los pabellones de la Feria de Madrid, Mariscal observó a una mujer llorando durante toda la demostración hasta que, al finalizar, se acercó a ella para preguntarle qué pasaba. “Me dijo que si podía entrenar a su perro para protegerla de las continuas agresiones que estaba sufriendo por parte de su expareja”, explica Ángel Mariscal en una entrevista para este medio. “Ahí empezó todo”, añade.

Según los últimos datos registrados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 32.644 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en España desde el primer registro de víctimas. A esta cifra se suma la del resto de mujeres que han sufrido en algún momento de su vida alguna experiencia de violencia de género. Ante esta realidad, el proyecto busca devolver la vida a todas aquellas mujeres que viven privadas de libertad en su día a día para prevenir los posibles ataques de su agresor.

“Estos perros trabajan en base al instinto de protección”

 

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“Estos perros trabajan en base al instinto de protección”, matiza Mariscal. Esta es la principal diferencia entre el perro de seguridad y el perro de protección para mujeres víctimas de violencia de género. El trabajo de Mariscal con estos canes comenzó en otra dirección, sin entrenar el instinto de caza, ni el de defensa, ni el de seguridad. Estos ‘pepos’ entrenan para que, solo su presencia, disuada a los maltratadores.

“Si el perro es grande, solo por su apariencia conseguirá disuadir al agresor”

Por este motivo, los perros deben tener unas características físicas y psicológicas concretas. “Cuando hablamos de características es muy importante la apariencia”, puntualiza Mariscal. “Si el perro es grande, solo por su apariencia conseguirá disuadir al agresor”, añade. En cuanto a las particularidades psicológicas, el perro “debe ser social y equilibrado, ademas de tener arraigado el instinto de protección”, asegura el experto.

En cuanto a la actuación, el perro no está adiestrado para atacar en cualquier situación. “La determinación la tiene la usuaria”, asevera Mariscal, y añade, “es la euforia de la adiestradora la que activa la protección en el perro”. Además, estos animales no están educados para morder: “El perro lleva un bozal de impacto con el que puede golpear al agresor, pero en ningún momento va a morder”.

Perro bozal

PROTECCIÓN Y ADIESTRAMIENTO

Estos perros están capacitados para proteger a todas las víctimas de violencia de género, aunque las usuarias deberán superar determinados filtros para acceder a este servicio. Además, este proceso de protección y adiestramiento se basa en un trabajo largo tanto para la mujer como para el animal, con el objetivo de valorar cada caso y verificar el entorno en el que convivirán la usuaria y el perro.

En un primer momento, se realiza una entrevista “para determinar si la usuaria puede entrar en el proyecto”, manifiesta Mariscal. Tras superar este filtro, “una psicóloga experta en violencia de género da luz verde para que pueda entrar”, añade. Después de este paso comienza el proceso formativo. El primer curso es el de veinte horas, “un curso que obliga la ley”. Después, la usuaria recibe el perro y comienza el curso de monitor canino. “Después de este curso de 150 horas ya son adiestradoras”, matiza Mariscal.

“Todo lo que con la terapia convencional se tarda años, con el perro es casi inmediato”

Esta práctica es “relativamente novedosa” y aún no es muy conocida, "aunque ya hemos entregado más de 100 perros”, explica el experto. Además, el perro de protección ofrece gran cantidad de beneficios debido al bienestar que genera en la mujer. Asimismo, ofrece muy buenos resultados “como el empoderamiento, la vuelta a las relaciones sociales o a salir a la calle”, insiste el adiestrador. “Todo lo que con la terapia convencional se tarda años, con el perro es casi inmediato”, concluye.

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