La monitorización neurofisiológica intraoperatoria ayuda a prevenir y minimizar posibles lesiones

El Dr. Pérez de Vargas Martínez, jefe de Servicio de Neurología y Neurofisiología Clínica del Quirónsalud San José, explica que permite conocer el estado de las funciones neurológicas durante la cirugía

Dr. Alberto Pérez de Vargas, jefe de Servicio de Neurología y Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud San José. (Foto. Quirónsalud)
Dr. Alberto Pérez de Vargas, jefe de Servicio de Neurología y Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud San José. (Foto. Quirónsalud)
Ander Azpiroz
8 abril 2024 | 12:45 h
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La incidencia de lesiones neurológicas posquirúrgicas en la cirugía de la columna ha ido disminuyendo sensiblemente (diferentes estudios cifran esta reducción en el 50%) gracias a la introducción de la monitorización neurofisiológica intraoperatoria (MNIO), a través de la cual se realiza un registro continuado de la función nerviosa durante la intervención quirúrgica.

El Dr. Alberto Pérez de Vargas Martínez, jefe de Servicio de Neurología y Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud San José, explica que la principal ventaja que aporta MNIO es que permite conocer el estado de las funciones neurológicas durante la cirugía, identificando estructuras, guiando al cirujano, y minimizando los riesgos de lesión.

“Gracias al registro continuo de la actividad eléctrica nerviosa podemos identificar in situ cualquier alteración en el sistema nervioso detectando los cambios que preceden a una lesión neurológica, lo que nos permitirá evitar ésta o, en su caso, intervenir inmediatamente para tratar de evitar daños neurológicos permanentes”, afirma el doctor.

Su primer uso, que data del 1937 de la mano de Penfield W., fue utilizado para la cirugía de la epilepsia, concretamente con la estimulación cortical directa para definir el homúnculo motor y sensitivo. Ya en los años 70 empezó a utilizarse el electroencefalograma para la detección precoz de eventos isquémicos durante endarterectomías de carótida.

“Gracias al registro continuo de la actividad eléctrica nerviosa podemos identificar in situ cualquier alteración en el sistema nervioso detectando los cambios que preceden a una lesión neurológica, lo que nos permitirá evitar ésta o, en su caso, intervenir inmediatamente"

Más tarde, también a mediados de esta década, empezaron a utilizarse los potenciales evocados somatosensoriales, y, a partir de los años 80, la estimulación eléctrica transcraneal, con objeto de disminuir y prevenir déficits motores en cirugías de raquis y cerebro.

Hasta el inicio del uso de los potenciales evocados, las únicas formas de valorar un posible daño del sistema nervioso eran, por un lado, la corrección mediante tracción vertebral preoperatoria para cuantificar el grado de tracción que se podía ejercer sin producir daño neurológico y, por otro, “el test del despertar” intraoperatorio, en el que se observaban alteraciones motoras en los movimientos del paciente una vez realizada la corrección, antes de dar por finalizada la intervención quirúrgica.

A día de hoy, la monitorización intraoperatoria es una técnica muy utilizada para cirugías en el sistema nervioso central y periférico, tanto en Traumatología como en Neurocirugía, “aunque en general puede ser útil en cualquier acto quirúrgico en el que se vean implicadas estructuras nerviosas que necesiten ser preservadas, dado que con ella prevenimos posibles lesiones peri-postoperatorias proporcionando mayor seguridad al cirujano y al acto quirúrgico”, señala el experto.

En Traumatología, sobre todo en cirugías de raquis, para evitar paresias y trastornos sensitivos en cirugía reparativa de nervios periféricos, extirpación de tumores o traspisiciones a nervios no Funcionales. En el caso de la Neurocirugía, se utiliza en cirugías cerebrales para evitar eventos isquémicos, preservar áreas elocuentes y evitar paresias y trastornos sensitivos. Por último, en cirugía de tiroides, se utiliza para evitar parálisis de cuerdas vocales por daño del nervio laríngeo recurrente.

EL QUIRÓNSALUD SAN JOSÉ COMO CENTRO DE EXCELENCIA

En este panorama, el Hospital Quirónsalud San José se ha convertido en centro de referencia en atención materno-infantil de la sanidad privada madrileña, cuyo objetivo se centra en la excelencia de la atención integral a los menores y a su entorno familiar. Cuenta con cirugía neonatal y pediátrica y con todas las especialidades de este tipo.

Todo ello, gracias a los profundos cambios acometidos en los últimos años, que pasan por la innovación en los equipos médicos y quirúrgico, la evolución de las técnicas de tratamiento, la incorporación de las últimas tecnologías y la modernización de sus instalaciones.

El Hospital Quirónsalud San José se ha convertido en centro de referencia en atención materno-infantil de la sanidad privada madrileña, cuyo objetivo se centra en la excelencia de la atención integral a los menores y a su entorno familiar

Ahora, brindan una cartera de servicios que cubre con la casi totalidad de las especialidades, con equipos de referencia como en el caso de la Angiología y Cirugía Vascular, donde dispone de unos profesionales altamente cualificados que desarrollan técnicas avanzadas de cirugía mínimamente invasiva, para lo que se dispone de los últimos avances técnicos en medicina.

También cuenta con otras especialidades como Traumatología, Oftalmología, Urología, Dermatología, Endocrinología, Medicina Interna, Cardiología, entre otros, así como un Servicio de Ginecología y Obstetricia de referencia y una prestación puntera en Diagnóstico por la imagen.  

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