Tal y como expone el Barómetro Sanitario realizado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los usuarios de los diferentes servicios sanitarios del Sistema Nacional de Salud (SNS) se muestran satisfechos con la atención recibida a lo largo de 2018.
En una escala de puntuación de 1 a 10, la satisfacción general de la ciudadanía con el sistema sanitario público se sitúa en 6,57 puntos. Sin embargo, existe un punto clave en la sanidad pública en el que los ciudadanos muestran, año tras año, su disconformidad y su oposición: el problema de las listas de espera.
Un 77,9% de los usuarios que han contratado un seguro privado lo han hecho, ante todo, porque "se atiende con más rapidez que en la pública"
Por este motivo, son muchos los ciudadanos que apuestan por un seguro privado para acortar los tiempos de espera. De hecho, un 77,9% de los usuarios que han contratado un seguro privado lo han hecho, ante todo, porque "se atiende con más rapidez que en la pública". En algunas regiones, como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, el porcentaje asciende a 94,2% y 87,2%, respectivamente.
La segunda razón escogida por este grupo de ciudadanos es "porque se puede ir al especialista directamente sin consultar con el médico de cabecera", si bien es cierto que el porcentaje es significativamente menor que en la primera opción elegida por los usuarios de la privada (37,3%).
IDIS reclama que "el sistema público y privado converjan al igual que ocurre en los países de la Unión Europea"
En este contexto, algunas organizaciones como el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS) han venido mostrado, de forma reiterada, su "apoyo y cooperación" con las administraciones públicas para poner en marcha un plan de choque frente a las listas de espera que permita "reducirlas al mínimo".
Por todo ello, la institución que representa a la sanidad privada ha reiterado su apuesta por una sanidad inclusiva, sinérgica y marcada por una visión estratégica de cooperación mutua en beneficio del paciente y del profesional. Una sanidad, explican, en la que el sistema público y privado converjan al igual que ocurre en los países de la Unión Europea (UE).