El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha sido condenado en más de cien ocasiones por contar con empleados fantasmas de otras fundaciones y empresas contratadas, entre ellas la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud. Así, durante la época en la que María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda, fue consejera de Salud de la Junta de Andalucía, la Fundación Progreso y Salud habría contratado como asesores técnicos a diferentes personas que una vez firmaban el contrato desaparecían de la sede de este organismo y pasaban a realizar sus tareas en instalaciones del SAS.