La vacuna contra la tuberculosis no protege al personal sanitario frente a la Covid-19

Un estudio revela que la vacuna BCG contra la tuberculosis alteraba la respuesta inmunitaria frente al Covid-19, pero no protege contra la enfermedad sintomática

Vacuna (Foto: Freepik)
Vacuna (Foto: Freepik)

Los beneficios de refuerzo inmunitario de la vacuna contra la tuberculosis, la BCG, no protegen a los trabajadores sanitarios contra el Covid-19. Así lo ha demostrado un ensayo internacional publicado en la revista 'New England Journal of Medicine'.

El ensayo BRACE, dirigido por el Instituto Murdoch de Investigación Infantil, en Australia, para comprobar si la vacuna BCG podía proteger a los trabajadores sanitarios contra el SARS-CoV-2 en los seis primeros meses tras la vacunación, no redujo el riesgo de desarrollar Covid-19 entre quienes se encontraban en la primera línea de la pandemia.

La BCG se desarrolló originalmente para prevenir la tuberculosis y todavía se administra a más de 130 millones de bebés en todo el mundo cada año con ese fin.

El ensayo BRACE se basó en investigaciones anteriores, que demostraron que la BCG también potenciaba la inmunidad "de primera línea" en los lactantes y protegía contra las infecciones respiratorias en adolescentes y adultos. Se esperaba que la vacuna pudiera reutilizarse para ganar un tiempo crucial en una pandemia como la de Covid-19 hasta que se desarrollaran y probaran vacunas específicas para la enfermedad.

En la investigación, basada en la segunda fase del ensayo controlado aleatorizado BRACE, participaron 3.988 de los casi 7.000 profesionales sanitarios que se inscribieron en 36 centros de Australia, Países Bajos, Reino Unido, España y Brasil. La UMC de Utrecht (Países Bajos), la Universidad de Exeter (Reino Unido) y la Fundación Oswaldo Cruz (Brasil) colaboraron en la supervisión de las ramas internacionales del ensayo.

El riesgo de Covid-19 sintomático fue del 14,7% en el grupo BCG y del 12,3% en el grupo placebo durante los seis primeros meses tras la incorporación al ensayo. La investigación no pudo determinar si la vacuna redujo las hospitalizaciones o la mortalidad debido al escaso número de participantes con Covid-19 grave.

Nigel Curtis: "Cuando analizamos las células inmunitarias de nuestros trabajadores sanitarios, vimos que la vacuna BCG alteraba la respuesta inmunitaria frente al Covid-19"

Nigel Curtis, catedrático del Murdoch Children's y de la Universidad de Melbourne e investigador principal de BRACE, afirma que el hecho de que la Covid-19 sintomática se observara con una frecuencia ligeramente mayor en el grupo de la BCG podría explicarse por la mayor respuesta inmunitaria inducida por la vacuna.

"Cuando analizamos las células inmunitarias de nuestros trabajadores sanitarios, vimos que la vacuna BCG alteraba la respuesta inmunitaria frente al Covid-19", señala.

"Los síntomas reflejan que el sistema inmunitario está trabajando duro para combatir el virus --prosigue--. Una respuesta más fuerte inducida por la BCG podría ser beneficiosa para eliminar el virus más rápidamente y proteger contra la progresión a una enfermedad más grave. Hubo algunas pruebas de esto en los participantes del ensayo mayores de 60 años, en los que los síntomas de Covid-19 fueron más cortos en el grupo vacunado con BCG".

Curtis señala que, debido a que las vacunas Covid-19 se habían desarrollado e implantado a la velocidad del rayo y se había dado prioridad al personal sanitario, se reclutaron menos participantes de los previstos inicialmente. En consecuencia, el menor número de casos impidió al equipo investigar si la BCG protegía contra la hospitalización y la muerte por Covid-19, añade.

Un estudio dirigido por Murdoch Children's, publicado en la revista 'Clinical & Translational Immunology' el año pasado con muestras de sangre de los participantes en BRACE, también demostró que la vacuna BCG proporcionaba una respuesta inmunitaria consistente con la protección frente a la Covid-19 grave.

El profesor John Campbell, de la Universidad de Exeter (Reino Unido), que dirigió la rama británica de BRACE, asegura que el ensayo representaba una importante oportunidad para probar el potencial de la vacuna BCG.

"Los resultados plantean cuestiones importantes sobre la forma en que la BCG puede modificar el curso de distintas enfermedades víricas y nos permiten comprender mejor si la vacuna puede proteger frente a una serie de infecciones distintas de su principal objetivo, la tuberculosis", afirma.

Por su parte, el doctor Julio Croda, de la Fundación Oswaldo Cruz, en Brasil, señala que la mayoría de los casos sintomáticos de Covid-19 se registraron en la rama brasileña del ensayo.

John Campbell: "Los resultados nos permiten comprender mejor si la vacuna puede proteger frente a una serie de infecciones distintas de su principal objetivo, la tuberculosis"

"Esto demuestra la elevada carga de la enfermedad en Brasil durante toda la pandemia", confirma. Aunque la BCG no protege contra la Covid-19 sintomática, también utilizaremos los datos para evaluar si la BCG protege a los trabajadores sanitarios frente a la infección tuberculosa latente. Una cuestión abierta, especialmente para las poblaciones con alto riesgo de contraer la enfermedad".

El profesor Curtis señala que los ensayos de esta envergadura y complejidad normalmente tardan entre ocho y doce meses en organizarse y reclutarse, pero BRACE pudo empezar en tres semanas gracias a la dedicación de los investigadores y los equipos de apoyo del Murdoch Children's, junto con el apoyo filantrópico la Fundación Bill y Melinda Gates, Sarah y Lachlan Murdoch, el Royal Children's Hospital Melbourne, la Fundación Minderoo, el Gobierno de Australia Meridional y la Fundación Peter Sowerby del Reino Unido.

"Este ensayo pone de relieve la importancia de los ensayos controlados aleatorios a gran escala para probar hipótesis y evaluar la eficacia de fármacos o vacunas nuevos o modificados", destaca.

El Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Ghebreyesus, subraya la importancia de este tipo de ensayos al principio de la pandemia e insistió en la necesidad de que la vacuna BCG sólo se administrara en los países en vías de desarrollo.

Curtis indica que el análisis de los datos del ensayo estaba en curso y que se esperaban más resultados sobre el efecto de la BCG a finales de este año, incluido el impacto de la vacuna en otras infecciones, como las enfermedades respiratorias y el efecto en las respuestas a la vacuna Covid-19. El equipo del ensayo también está utilizando muestras de sangre recogidas de los participantes para descubrir biomarcadores del riesgo de Covid-19.

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