Paciente de EPOC: “Cada vez va a peor, no puedo hacer la comida o limpiar, y es difícil caminar”

La EPOC es una enfermedad que afecta a tres millones de personas en España y es la cuarta causa de mortalidad en nuestro país

Fernando Uceta, paciente EPOC (Foto. Cedida por él)
17 noviembre 2021 | 13:00 h

A Fernando Uceta le diagnosticaron hace diez años enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida por sus siglas EPOC. Esta enfermedad, que al principio no la notó, ha supuesto un límite en su vida que va aumentando. “Cada vez va a peor, no puedes hacerte la comida o limpiar, y es más difícil caminar”, cuenta a Consalud.es Uceta, quien además es coordinador de APEPOC Cataluña.

Como él, tres millones de personas en España sufren esta enfermedad que supone la obstrucción del flujo de aire desde los pulmones debido a un fallo en los bronquios. Esta patología, que tiene si principal causa en el tabaquismo, provoca dificultad para respirar, tos, producción de mucosidad y silbido en la respiración. Aunque su tratamiento va mejorando y evolucionando, el EPOC es la cuarta causa de muerte en nuestro país y la tercera en el mundo según recuerda la Asociación de Pacientes de EPOC (APEPOC) con motivo del Día Mundial de la EPOC celebrado este miércoles 17 de noviembre.

Fernando Uceta fue diagnosticado en 2011 como efisema, pero ya en 2009 tenía síntomas, aunque se le diagnosticó como una bronquitis. “Yo no me di cuenta de que me pasaba algo hasta que todo era un esfuerzo extremo, pero si  trabajaba en un escritorio o iba en metro no me daba cuenta”. La radiografía le diagnosticó bronquitis, y ahí “se quedo el asunto”. Pero esta es una enfermedad crónica y que “evoluciona”, así que llegó el momento de hacerle una tomografía computarizada o TAC y se descubrió que efectivamente tenía EPOC.

Su enfermedad sigue evolucionando, “según avanza cada vez te cuesta más hacer las cosas” y “al final un simple resfriado puede convertirse en un gran problema”

Para él ha supuesto “limitación de movimientos, pérdida de amistades, estigma social”. “La gente en general se aparta porque no puedes estar a su nivel de actividad y porque es desagradable ver a alguien con la respiración limitada”, cuenta Fernando Uceta sobre esta enfermedad “que crea un estigma ante la sociedad”.

Su enfermedad sigue evolucionando, “según avanza cada vez te cuesta más hacer las cosas” y “al final un simple resfriado puede convertirse en un gran problema”. Por eso vigila la evolución de los catarros que puede llevarle a urgencias, y desde hace dos años con mayor preocupación debido a la Covid-19. “Cogerla para mí sería un desenlace fatal”, señala. Esto le ha mantenido encerrado en su casa por miedo a los contagios, primero con la gripe en invierno, y ahora también con la Covid.

Cuando todo empezó hace una década, en un primer momento recibió broncodilatadores, un fármaco, que como su nombre indica, produce la dilatación de los bronquios de dos a cinco minutos después de su administración por vía inhalatoria. Sin embargo, es un tratamiento que sirve principalmente para un alivio rápido de los síntomas pero que no se mantiene en el tiempo.

“Hace cuatro años que tengo oxigenoterapia a domicilio”, añade Uceta. Este es el mejor tratamiento demostrado para la EPOC grave con una baja tasa de oxígeno en sangre. Mejora el estado funcional de los pacientes, su calidad de vida y por tanto su supervivencia, que en la fase aguda tiene una mortalidad especialmente alta.

MOVILIDAD CON EL OXÍGENO

Al final se trata de una enfermedad altamente discapacitante que limita las actividades diarias, que complica actuaciones tan sencillas como caminar o comer, limpiar o salir a cenar con amigos. También limita el ir a trabajar, cuando hablamos de una enfermedad que debuta a veces en grupos de edad a partir de los 40 años. De hecho, el 10% de la población mayor de 40 años tiene EPOC.

El oxígeno portátil está pensado principalmente para facilitar que los pacientes aumenten la actividad física, y también que puedan mantener su vida laboral

Técnicas de oxígeno líquido pueden permitir al paciente llevar una mochila portátil para poder hacer algo de actividad sin necesidad de preocuparse tanto por la insuficiencia respiratoria. Esta se rellana con el tanque o la nodriza que el paciente tenga en su domicilio y permite una mayor autonomía, hacer viajes o salir a la calle.

También existen alternativas como el concentrador portátil, que puede disponer de un carrito con ruedas para trasportarlo. En este caso el oxígeno lo extrae del aire ambiente. Funciona con una batería que se deberá cargar enchufando a la red eléctrica en el domicilio antes de salir. Permite que los pacientes tengan una autonomía de cuatro horas al día fuera de su casa con oxígeno.

Estas alternativas están pensadas principalmente para facilitar que los pacientes aumenten la actividad física, y también que puedan mantener su día a día y vida laboral sin que su salud suponga un gran límite o la propia terapia limite tanto su autonomía, lo que supone un gran impacto psicológico para el paciente.

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