La dermatóloga Ana Molina y la cosmeticorexia en adolescentes: "No necesitan todos esos productos"

La doctora explica para Estetic los riesgos a los que se exponen los niños y adolescentes obsesionados con el uso de los cosméticos en pieles que no han envejecido y que todavía son muy sensibles

La Dra. Ana Molina (@dr.anamolina), dermatóloga, Directora de Comunicación de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) (Foto cedida a ConSalud)
La Dra. Ana Molina (@dr.anamolina), dermatóloga, Directora de Comunicación de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) (Foto cedida a ConSalud)
Verónica Serrano
6 marzo 2024 | 10:00 h

Desde hace un tiempo, los dermatólogos vienen alertando del auge en el interés y uso de los cosméticos entre la población adolescente, una práctica que ya se ha apodado como cosmeticorexia. Cada vez más jóvenes, incluso en edad preadolescente, están demostrando una creciente “obsesión por la aplicación de productos cosméticos y por el aspecto de la piel”, tal y como lo ha descrito la Dra. Ana Molina (@dr.anamolina), dermatóloga, Directora de Comunicación de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y divulgadora sobre el cuidado de la piel en redes sociales.

Hoy la experta nos aporta la opinión profesional y también nos explica cuál es el papel que juegan las redes sociales en esta preocupante tendencia.

¿Estáis notando los dermatólogos un aumento de los casos de adolescente obsesionados y obsesionadas con la cosmética?

Desde hace unos años venimos notando un aumento del interés por las rutinas de skincare gracias a las redes sociales. Pero recientemente, esto se ha popularizado también entre los niños y niñas preadolescentes y adolescentes. Muchos de ellos hacen las rutinas con sus padres: la mayoría son niñas con sus madres, aunque también hay casos de niños y niñas que se exponen individualmente en redes sociales y comparten sus rutinas de cuidado de la piel. Muchas de esas rutinas tienen más de diez pasos y utilizan productos que, en muchas ocasiones, no los necesitan. Por ejemplo, incluyen cremas antiarrugas, retinol o activos antiedad, cuando en realidad estos niños y niñas no los necesitan porque sus pieles no están envejecidas. Lo único que deberían aplicarse es un fotoprotector, ya que los 20 primeros años de vida es la etapa de una persona en la que más daño solar se acumula y, por lo tanto, existe más predisposición a desarrollar cáncer de piel.

Como experta en la salud de la piel, ¿a qué edad aconsejas comenzar con el cuidado de este órgano?

La piel hay que cuidarla desde que nacemos. Existen fotoprotectores aptos para bebés que se pueden y deben usar desde los 0 meses de vida. Sin embargo, existe una diferencia con respecto a cuidar la piel con los productos que necesitamos a cada edad. Por ejemplo, en bebés o en niños pequeños lo necesario es una buena crema hidratante y un buen fotoprotector. Conforme entramos en la preadolescencia y adolescencia, podemos añadir alguna crema con hidroxiácidos para luchar contra los primeros granitos. Durante esta etapa, la piel se vuelve más grasa por el chute de hormonas masculinas y el aumento de los andrógenos. 

"Algunos de los activos que vemos en estos niños son productos que usamos los dermatólogos para tratar patologías concretas, pero no para tratar el envejecimiento a estas edades"

Algunos de los activos que observamos en estos niños que exponen sus rutinas en redes sociales son productos que usamos los dermatólogos con fines concretos y para tratar patologías concretas, como puede ser el uso de retinoides para el acné o la psoriasis, pero no para tratar el envejecimiento a estas edades, que es lo que estamos viendo. Además, puede haber irritaciones innecesarias porque se suelen utilizar sin un control médico dermatológico.

¿Qué productos deberían incluir los adolescentes en el cuidado de la piel?

Un adolescente va a tener una piel más grasa debido a ese aumento de las hormonas masculinas, los andrógenos, que van a provocar un aumento de la producción sebácea y también un taponamiento del folículo piloso. Y, por tanto, la aparición de pequeños granitos, comedones, puntos negros, puntos blancos y acné, lo que va a necesitar principalmente es un buen producto de limpieza. A ser posible, que contenga hidroxiácidos como el ácido salicílico para ayudar a limpiar mejor el poro y que ese exceso de sebo que está produciendo no se quede enquistado. También recomendamos algún producto hidratante, tipo sérum o loción, que incluya activos que han demostrado eficacia contra el acné. Aquí podemos encontrar el ácido salicílico, el glicólico, el láctico, el azelaico, el peróxido de benzoilo, etc. Se trata de activos que le sirvan para combatir esas primeras lesiones de acné. Y no nos podemos olvidar de un fotoprotector adecuado para pieles grasas o pieles con tendencia acneica, que sean no comedogénicos y que les permita proteger su piel del sol a pesar del acné.

¿En qué casos recomendarías llevar a cabo una rutina de cuidado de la piel a edades tempranas?

Nosotros recomendamos llevar una rutina de cuidado de la piel a todas las edades, como he explicado anteriormente. El problema es que estos niños están siguiendo rutinas inadecuadas, de muchos pasos, completamente innecesarias y sin supervisión médica por el dermatólogo. Esto es algo contraproducente, porque hay cosméticos que, mezclados entre sí, pueden provocar reacciones alérgicas, aumentar las irritaciones o incluso fomentar el efecto cóctel. Cuando mezclamos muchos cosméticos entre sí, podemos potenciar sus efectos potencialmente irritantes o alérgicos. 

"Existe el doble riesgo de desarrollar irritaciones y alergias cutáneas"

Estamos viendo cómo los niños siguen las rutinas de cuidado facial que comparte el influencer del turno, porque al final es el tipo de contenido que siguen en redes sociales. El problema es que el influencer no controla de cuidado de la piel, no entiende de principios activos ni de skincare. Los adolescentes se inspiran en otros adolescentes o en estos personajes públicos, buscando mejorar el aspecto de su piel y, al final, consiguen el efecto contrario. Estos ejemplos nos sirven para reflejar que ‘más’ no siempre es mejor, sino que ‘menos es más’. A cada edad hay que usar los productos adecuados y necesarios. 

¿Qué riesgo existe de que se produzcan reacciones alérgicas o alteraciones cutáneas por el inicio temprano de una rutina de belleza inadecuada?

El riesgo es doble. Por un lado, existe el riesgo de desarrollar irritaciones y, por otro, el riesgo a las alergias cutáneas, que no son lo mismo. Hay dos tipos de dermatitis por cosméticos: están las dermatitis de contacto irritativas y las dermatitis de contacto alérgicas. 

Las dermatitis de contacto irritativas por cosméticos pueden aparecer en cualquier persona, ya sean niños, adolescentes o adultos, y se dan cuando usan cosméticos potencialmente irritantes. Pueden ser productos con hidroxiácidos o con retinoides, es decir, principios activos exfoliantes que hacen un pelado de la piel y que podemos tolerar mejor o peor, según nuestro tipo de piel. En niños y adolescentes, teniendo en cuenta que su piel es más sensible y que no está acostumbrada al uso de estos cosméticos, empleados sin ningún tipo de supervisión médica, existirá una probabilidad mayor de desarrollar la dermatitis irritativa. Y este problema puede aparecer por un producto concreto o bien por el efecto cóctel provocado por la suma de varios productos potencialmente irritantes usados de forma inadecuada.  

También podemos encontrar las dermatitis de contacto alérgicas, que se producen solo en algunos pacientes y que se caracterizan por desarrollar alergia a alguno de los principios activos de estos cosméticos. Aquí no importa tanto que el principio activo sea irritante o no, ya que este tipo de dermatitis  se puede desarrollar ante cualquier ingrediente del cosmético, incluidos los excipientes. Por ejemplo, el catón da bastantes problemas y está presente en la mayoría de geles de ducha y limpiadores faciales. La peculiaridad de las dermatitis de contacto alérgicas es que normalmente tenemos que sensibilizarnos al producto. 

¿A qué edad deberían empezar a incorporar nuevos pasos en la rutina de cuidado de la piel, después de la adolescencia?

La rutina de un niño como mucho debe incluir hidratación y fotoprotección. Cuando llega la preadolescencia, en la que empiezan a salir esos primeros signos de acné y, sobre todo, cuando llega la adolescencia propiamente dicha, conviene añadir un buen limpiador facial para poder retirar bien todos los restos de sebo y prevenir la contaminación por bacterias causada por el acné. También será interesante utilizar un sérum o una loción para tratar el acné que incorpore alfahidroxiácidos. 

"Que los preadolescentes y adolescentes le estén dando tanto valor al aspecto de su piel puede tener un impacto muy importante en cómo se construyen a sí mismos"

Una vez que ha pasado la adolescencia, no hay una edad determinada para empezar a utilizar activos cosméticos antiedad. A partir de la segunda década de la vida (20 - 30 años), cuando ya somos adultos jóvenes, podemos empezar a incluir productos que incluyan en su composición retinoides a baja concentración, principalmente retinol para tratar los primeros síntomas del envejecimiento. Aunque son síntomas mínimos. 

¿En qué medida consideras que las redes sociales son responsables de la cosmeticorexia?

Creo que las redes sociales tienen mucho que ver en esta moda de la cosmeticorexia, sobre todo en niños y adolescentes, porque permiten viralizar estos mensajes mucho más rápido y, especialmente, porque son las plataformas donde precisamente se distribuye este tipo de contenidos. Yo lo veo como una continuación de una moda que ya empezó hace unos años y que consistía en que las madres les regalasen a sus hijas,  bien por el día de la madre o bien por el cumpleaños de la niña, tratamientos de belleza para hacerse juntas. Hablo de tratamientos como la manicura, pedicura, maquillaje, depilación facial, dermaplaning, microblading… Esto no solo se popularizó para hacer conjuntamente de madre e hija como regalo, sino que en las propias fiestas con las amiguitas, se hiciera una especie de ‘party de belleza’ a la que incluso iba la esteticien. 

¿Qué consejo les darías a estos adolescentes que forman parte de esta preocupante moda? 

Daría tanto un consejo a los padres, como un consejo a los adolescentes. A los adolescentes les diría que no necesitan todos estos productos para el cuidado de la piel. Ahora mismo, tienen una piel muy sana, que prácticamente no ha envejecido y lo fundamental es que utilicen el fotoprotector facial. De hecho, les plantearía que si solo pudieran elegir un producto, que se queden con la crema solar, porque es lo verdaderamente importante y no las rutinas de skincare 10 o 15 pasos. Si les inquieta el cuidado de su piel, les pido que por favor consulten con el dermatólogo.

Y a los padres les diría lo mismo. La adolescencia es la etapa en la que la piel va a sufrir cambios por cuestiones hormonales y, lamentablemente, no se va a ver tan bien como cuando sus hijos eran niños o niñas. Va a haber imperfecciones, granitos e impurezas. Si en esta etapa ponemos el foco en la piel, no vamos a hacer ningún bien a nuestros jóvenes. Además, añadiría que tengan cuidado, porque más allá de los riesgos a nivel cutáneo, a estas edades tan tempranas o en plena adolescencia los niños están forjando su autoimagen, su autoconcepto e incluso su autoestima. Que los preadolescentes y adolescentes le estén dando tanto valor al aspecto de su piel puede tener un impacto muy importante en cómo se construyen a sí mismos. Por lo tanto, si quieren realmente hacer algo efectivo, lo mejor es que consulten con el dermatólogo. 

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído