Carmen Lomana ha desaparecido unos días de la agenda pública y es que, tal y como ha confirmado en el programa ‘Espejo Público’, donde colabora, ha tenido que ser intervenida de urgencia después de que los médicos le detectaran un tumor en la parótida.
Aunque se trataba de un tumor benigno, en estos casos es de vital importancia un diagnóstico precoz para evitar que el tiempo juegue en contra y se termine desarrollando una metástasis en el cerebro. Como la propia Lomana comentaba, ella misma se había detectado un bulto en la zona de las paperas, pero al no sentir dolor, no le había dado importancia. Sin embargo, siguiendo los consejos de sus amigas, acudió al médico.
Los tumores en las parótidas son un problema bastante común
Fue después de hacerse las pruebas cuando se produjo el diagnóstico, así que le prepararon una intervención con carácter urgente. “Quiero hacer un llamamiento: si os veis algo raro en vuestro cuerpo, id al médico. En este este caso aunque era pequeño creció hacia dentro y ese era el problema", advierte la celebrity. Afortunadamente, la intervención salió con éxito y Carmen Lomana ya ha vuelto a hacer vida normal, pero recomienda no dejar pasar el tiempo en cuestiones de salud.
¿QUÉ SON LAS GLÁNDULAS PARÓTIDAS?
La zona en la que a Carmen Lomana le apareció el bulto era en una de las glándulas parótidas. Cada persona cuenta con 2 de ellas, situadas en los laterales de la cara, muy próxima a las orejas. Su función es la de producir saliva junto al resto de glándulas salivales para mantener la lubricación de la boca.
Los tumores en las parótidas se producen por el crecimiento de células en ellas, y aunque en la mayoría de casos no son cancerosos, hay que acudir a los profesionales sanitarios para que descarten cualquier riesgo, pues en alguna ocasión estos tumores sí son malignos.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE TUMORES
Los tumores en las parótidas son un problema muy común y aunque la mayoría puedan ser benignos, todos ellos necesitan de un tratamiento. Para su detección se recurre a los siguiente métodos:
- Exploración física: con una autoexploración podemos detectarnos a nosotros mismos posibles bultos en la zona, que nos hagan sospechar y acudir al especialista. Los médicos también nos examinarán la zona en busca de posibles abultamientos.
- Prestar atención a los síntomas: en algunos casos son indoloros, pero en otros puede darse una ligera hinchazón en la zona, cierta debilidad y dolor o dificultad en la deglución.
- Biopsia del tejido: mediante la obtención de muestras del tejido, se analizarán las células para determinar si se trata de un tumor benigno o maligno.
- Pruebas con técnicas por imagen: gracias a la tecnología, como por ejemplo, ecografías, se puede detectar exactamente la zona en la que se encuentra el bulto y decidir cuál será el mejor procedimiento para su extirpación.
Precisamente, la extirpación del tumor es el tratamiento indicado en las glándulas parótidas. Puede extraerse la glándula por completo o sólo una parte de ella, dejando el tejido sano. Pero también se puede eliminar incluso más parte del tejido en casos más avanzados, ya que el crecimiento de las células podría llegar a los músculos y huesos. Y si se trata de tumores malignos, se puede requerir de tratamientos adicionales como radioterapia y quimioterapia para la destrucción de las células cancerosas.