Tom Holland confiesa que sufrió alcoholismo: ¿qué riesgos conlleva para la salud mental?

El alcohol funciona como un inhibidor emocional, así que las personas tienden a recurrir a él para aliviar un mal estado mental, cayendo en la rueda de la dependencia

Tom Holland (Foto. @tomholland2013)
Tom Holland (Foto. @tomholland2013)
Verónica Serrano
25 mayo 2023 | 15:00 h

A sus 26 años de edad, Tom Holland ha confesado que ha sufrido alcoholismo. El joven actor ha explicado que ha tenido que intentar deja de beber varias veces y es que, durante la pandemia y el confinamiento, “estaba borracho todo el rato”. Además, el hecho de interpretar personajes de acción película tras película no ayudaba a la causa.

Por otro lado, la fama y el peso de las redes sociales “son sobreestimulantes”, según él mismo ha confesado, y todo ello ha terminado haciendo mella en su salud mental. Por este motivo, decidió borrarse du perfil de Twitter y atender sus propias necesidades. El actor ya ha conseguido salir de esa espiral y ha revelado que lleva más de un año sin probar una gota de alcohol, e incita a que todo aquel que lo necesite pida ayuda para ganar la batalla.  

ALCOHOL Y SALUD MENTAL

El alcoholismo está considerado una enfermedad crónica, consistente en el deseo incontrolable de tomar bebidas alcohólicas. El consumo excesivo de alcohol hace que el cuerpo necesite cada vez más cantidad para conseguir un estado de embriaguez, por lo que los daños para la salud son cada vez mayores.

Por otro lado, cuando un alcohólico quiere dejar de tomar alcohol pasa por el síndrome de abstinencia, ya que el consumo de estas sustancias genera adicción y el cerebro adapta su funcionalidad a esa dependencia. Así que las consecuencias para la salud mental también son evidentes.

Hay estudios científicos que evidencian una clara relación entre el consumo de alcohol con el desarrollo de trastornos mentales como la depresión, ansiedad, siendo estos trastornos causados por la adicción y no por el estado de la persona. Otros trastornos derivados son los los brotes de psicosis, el riesgo de suicidio y la pérdida de deterioro cognitivo, asociada a la pérdida de actividad neuronal.

El consumo de alcohol poduce cambios patológicos en el cerebro

Si la persona ya presentaba previamente cuadros de este tipo, el consumo de alcohol como inhibidor emocional agravará aún más la situación de estas personas, que permanecen en un estado de vulnerabilidad. Y es que el alcohol produce cambios patológicos en el comportamiento del cerebro, ya que disminuye la serotonina, el neurotransmisor que regula los estados de ánimo.

Por otro lado, cuando el cuerpo está acostumbrado a recibir dosis de alcohol, sentirá la necesidad de seguir recibiéndola, lo que puede llevar a impulsos nerviosos y brotes de ansiedad. Adicionalmente, si el alcohol entra en juego con medicamentos, los daños pueden ser muy graves, llegando a la intoxicación o incluso a la letalidad.

En caso de que estos fármacos estén destinados a tratar trastornos psiquiátricos, inhibirá su efecto con la ineficacia del fármaco, agravando todavía más el tratamiento de los síntomas por los que fueron diagnosticados. Puede provocar alucinaciones, aumentar la sensación de malestar con nuestro yo interior y llevar a impulsos suicidas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído