Las pesadillas aparecen en la niñez, pero nos acompañarán durante toda nuestra vida. Cuando éramos pequeños, solíamos sentir miedo real y nos gustaba estar acompañados de un adulto para sentir protección. Algunos papás y mamás incluso deciden meterse en la cama con sus pequeños para que se tranquilicen pero, ¿es esto recomendable?
Para salir de dudas, en Estetic hemos entrevistado a Ana Planelles, la cara visible de @duchacenayadormir, que acaba de publicar su nuevo libro sobre el descanso de los más pequeños de la casa, ‘El solucionario del sueño infantil’. Un manual necesario con “soluciones prácticas y rápidas a las dudas que puede tener una familia” y que viene a actualizar los libros predecesores sobre sueño infantil, “normalmente muy estrictos y algo anticuados”, explica a nuestra redacción.
Con ella, hemos querido profundizar en el tema de las pesadillas, ya que muchos padres no saben muy bien cómo abordar estas situaciones. La experta cree que, precisamente, las familias necesitan más información sobre las “distintas situaciones que se pueden encontrar”, ya que si bien se les prepara de cara al parto, otros aspectos como estos momentos más cotidianos quedan totalmente por descubrir.
PESADILLAS VS. TERRORES NOCTURNOS: DIFERENCIAS
Las pesadillas son un acto incontrolable que ocurre mientras dormimos, fruto de nuestro subconsciente. Por lo general, suelen producirse a partir de los 2 años, ya que antes de esta edad, “la capacidad de imaginar miedos está limitada”, nos cuenta Ana. Esa etapa suele durar hasta los 10 años, mientras los niños se encuentran en la fase REM, o lo que es lo mismo, la más superficial del sueño.
“Recomiendo que se acompañe al niño en la habitación, pero no que se metan en la cama con ellos"
En cambio, los peques también pueden sufrir terrores nocturnos, que se dan cuando “están completamente dormidos” y “no se acuerdan al día siguiente”, a diferencia de las pesadillas. Según la experta, se dan con más frecuencia entre los 2 y los 6 años y son episodios que suelen durar entre cinco y quince minutos, en los que los niños pueden “llorar, gritar y hacer movimientos bruscos sin ser conscientes”.
PESADILLAS EN NIÑOS, ¿CÓMO ABORDAR LA SITUACIÓN?
Cuando nuestros hijos comiencen la etapa de las pesadillas, Ana nos recomienda mostrarles todo nuestro apoyo, “entendiendo lo que les pasa y validando su emoción, porque ellos sienten el miedo de verdad”. Sin embargo, desaconseja que les preguntemos abiertamente por el sueño que han tenido, y mucho menos justo después de que se haya despertado, ya que nosotros mismos podríamos infundir esos miedos con preguntas aparentemente inocentes. En caso de que sea nuestro hijo o hija quien nos cuente abiertamente de qué trataba su pesadilla, ahí deberíamos “darle la vuelta a la historia para que su último recuerdo sea feliz”, aunque “sin quitarle importancia”, destaca.
“Podemos contarle algo bonito para que deje de pensar en lo que le da miedo, tirar de recursos ‘mágicos’, que a esa edad funcionan muy bien, y por supuesto, si lo necesita, acompañarles para que se vuelvan a sentir seguros”, nos cuenta Ana. En cambio, no recomienda que les intentemos entretener o persuadir con otros estímulos, como por ejemplo, leyéndoles un cuento o dándoles algo de comer. Eso contribuiría a que se espabilaran y les costase volver a coger el sueño.
"Hay que entender qué les pasa y validar su emoción, ellos sienten el miedo de verdad"
Una de las preguntas que más se hacen los padres es si deberían quedarse a dormir con el niño después de tener una pesadilla y hemos querido despejar la duda con la experta. “Recomiendo que se acompañe al niño en la habitación. La verdad es que no suelo recomendar que se metan en la cama con ellos, porque luego conseguir dejar de hacerlo puede costar mucho, pero si los padres se quieren quedar porque facilita la logística, no es mala opción. Eso le puede aportar seguridad al niño”. Eso sí, algo que no puede faltar es decirle al peque que se van a quedar con él, para que esté tranquilo.
Adicionalmente, Ana nos deja otros consejos encaminados a favorecer el sueño de nuestros hijos. Aunque por lo general se recomienda la oscuridad mientras duermen, en los días en los que sientan miedo podemos utilizar una lucecita cálida que le aporte seguridad, descartando la luz azul porque “interfiere con la producción de melatonina y no favorece el descanso”. También recuerda la importancia se seguir un estilo de vida saludable, con un horario de sueño regulado y una alimentación sana y libre de azúcares en la cena para “minimizar las pesadillas”.