“La siesta es un mecanismo fundamental para el desarrollo neurocognitivo y de conducta del niño"

El Dr. Gonzalo Pin, autor de 'La vida es sueño', explica para Estetic que la duración de las siestas varía en cada niño, pero en cualquier caso hay que "respetarlas" porque "el sueño es una ventana opaca que nos enseña cómo va madurando el niño"

Dr. Gonzalo Pin (Foto. Javier Ocaña)
Dr. Gonzalo Pin (Foto. Javier Ocaña)
4 febrero 2024 | 10:00 h

El descanso es uno de los pilares de la vida saludable. En los niños, un sueño de calidad se hace incluso más necesario para permitir su buen desarrollo y crecimiento. Pero cada unidad familiar es un mundo y no siempre se siguen las directrices de los profesionales, bien por desconocimiento o por las distintas dificultades que puedan surgir en las propias familias. Con el libro ‘El sueño es vida’, el Dr. Gonzalo Pin, pediatra y coordinador del Grupo del Sueño de la AEP, pretende sumar su granito de arena para concienciar sobre la importancia de un buen descanso infantil, resolviendo todas las preguntas que puedan surgirnos al respecto. 

El experto ha hablado en exclusiva para Estetic para profundizar en varios temas, entre ellos, las siestas. Muchos adultos las tienen demonizadas al considerar que son “una pérdida de tiempo”, pero ignoran que es un hábito muy saludable, necesario, entre los más pequeños. En palabras del doctor, las siestas “ayudan a la regulación del mecanismo de control del sueño, que es lo que los científicos denominan homeostasis del sueño”.

Cuando el niño está despierto, su cuerpo va gastando energía y ese consumo “genera una serie de sustancias que se van acumulando en su organismo, generalmente en su sistema nervioso central, y llega un punto en el que tiene que limpiarlas”. El experto señala que esa forma de limpiar o de “poner en punto cero” que tiene el organismo para continuar con el aprendizaje y la actividad es la siesta.  

Según el experto, este mecanismo empieza a funcionar a partir de los dos meses de vida y madura entre el tercer y el cuarto año. Por este motivo, “al principio el niño tiene siestas muy frecuentes y, a medida que este sistema va madurando, va haciendo que el acúmulo de las sustancias sea más lento y la limpieza más rápida”. En definitiva, los niños necesitan menos siestas según van creciendo, pero no deja de ser “un mecanismo fundamental para el desarrollo neurocognitivo y de conducta del niño que hay que respetar”. “Cada niño tiene su ritmo, que es el que necesita su cerebro para ser limpiado”, por eso también es importante no quitarlas de golpe o reconducirlas.

¿DE QUÉ DUACIÓN DEBEN SER LAS SIESTAS DE LOS NIÑOS?

Atendiendo a las estadísticas, las siestas en niños tienden a variar entre los 10 y los 90 minutos, aproximadamente. No obstante, el experto insiste en el hecho de que “cada niño es un mundo” y que lo ideal es que los padres respeten los ritmos de sus hijos. Tanto es así que las siestas aportan información de valor, ya que “el sueño es una ventana opaca que nos enseña cómo va madurando el niño”.

"El descanso es uno de los Derechos del Niño"

De hecho, dormir la siesta sigue siendo aconsejable en la vida adulta, pues está comprobado cómo “las pequeñas siestas de 6 minutos mejoran el rendimiento posterior de las personas y disminuyen los accidentes en los accidentes in itinere y domésticos”. El doctor lamenta que la velocidad de acción de la sociedad actual nos “impide” practicar la siesta y, como experto, le gustaría ver instaurada “la oportunidad de poder dormir la siesta, que no la obligación”.

SIESTAS EN LOS COLEGIOS: ¿SÍ O NO?

El Dr. Pin es rápido en su respuesta: “Sí. De hecho, el descanso es uno de los Derechos del Niño”. Asimismo, nos cuenta que en China la siesta forma parte del currículum desde el 2012 y todos los preescolares la duermen. En España, hace unos años hubo movimientos que buscaban retirar la siesta de los colegios para que el niño empleara ese tiempo en otras labores, pero “afortunadamente, poco a poco las escuelas infantiles van reconociendo la importancia de la siesta en los niños de tres y cuatro años y se están reintroduciendo”, celebra el pediatra.

DORMIR EN EXCESO, TAMBIÉN UN PROBLEMA

Al igual que dormir poco tiene un perjuicio sobre el desarrollo cognitivo del niño, dormir de más es perjudicial para su salud. “Como todo en la salud, el equilibrio lo es todo. Por lo tanto, un exceso de sueño puede ser un indicativo de que algo no está funcionando bien”.

Del mismo modo que existen percentiles de talla o peso para evaluar el desarrollo de los más pequeños en función de su edad, también los encontramos para el sueño. En este caso, lo importante es evaluar cuál es la conducta el niño al día siguiente: ¿Tiene un desarrollo normal? ¿Tiene un nivel de aprendizaje óptimo? ¿Una conducta normal? Si las respuestas son positivas, es de presuponer que la calidad, cantidad y ritmo de sueño son buenos. De lo contrario, el experto aconseja acudir al pediatra para obtener una valoración clínica.

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