La filosofía de la nutrición energética con Gemma Hortet: “Conocernos es la base para mejorarnos”

Tal y como explica la experta en Estetic, la nutrición energética contempla todos los factores externos que nos afectan en el día a día y que también influyen en nuestro metabolismo y, en definitiva, en nuestro balance de energía

Gemma Hortet, dietista holística especializada en nutrición energética y vitalidad  (Foto cedida a ConSalud)
Gemma Hortet, dietista holística especializada en nutrición energética y vitalidad (Foto cedida a ConSalud)
16 abril 2024 | 10:00 h

Como suele decirse, somos almas únicas e irrepetibles. Estamos sujetos a multitud de variables y eso es precisamente lo que nos define como únicos. Y, aunque puede que nunca lo hubieras imaginado, la alimentación también tiene mucho partido que jugar en este campo. ¿Has sentido alguna vez que, a pesar de comer saludable, no tienes suficiente energía para afrontar tu día a día? 

Para Gemma Hortet, dietista holística, especializada en nutrición energética y autora de ‘Alimenta tu vitalidad’, en función de nuestro nivel de energía, de nuestra constitución, de nuestra profesión, nuestro estado emocional, de dónde vivamos o de la estación del año en la que nos encontremos, necesitamos “un plan de nutrición específico”. Pero ese plan, diseñado por profesionales de la nutrición, debe ir acompañado de un aprendizaje para regular nuestra energía y sacar más provecho de nuestra vitalidad. Esta es la filosofía de la nutrición energética.

La nutrición energética no es otra cosa que percibir “el efecto que produce el alimento en nuestro cuerpo una vez lo hayamos consumido”, explica Hortet en declaraciones para Estetic. Se trata de un tipo de alimentación que se adapta a las necesidades de cada persona pues, tal y como defiende al experta, “todas las alimentaciones tendrían que hacer eso”. Sin embargo, el rasgo distintivo de este método nace del equilibrio entre cuerpo y mente.

“Con nuestros hábitos de vida y con la alimentación que llevamos a cabo estamos perdiendo mucha energía"

“Sabemos que un ser humano por ciencia necesita una cantidad determinada de minerales y vitaminas esenciales, proteínas, grasas y agua, etc. Esto ha de ofrecerse de manera adecuada a la persona que vamos a nutrir. Pero somos más que un cuerpo físico y la alimentación es muy emocional”, especifica la dietista. Nos lo aclara con el siguiente ejemplo:

“Si una persona vive una vida con mucha intensidad al mediodía, por ejemplo, la comida de ese momento ha de adaptarse a un cortisol elevado a energía en la mente. Por muy nutritivas que sean unas lentejas, seguramente le van a sentar muy mal si tiene toda la energía en la mente en ese momento. A esa persona le irá mejor tomar una crema de verduras con un par de huevos poché o una merluza a la papillote con calabaza y rúcula porque por la técnica culinaria usada y por las características de estos alimentos, se va a digerir sin necesitar de mucho fuego digestivo y no se le va a indigestar”.

Lo cierto es que todos los factores externos deben considerarse a la hora de planificar nuestro protocolo de alimentación, así como los elementos internos, inherentes al individuo. Por lo tanto, además de nuestro estado de salud, entran en juego aspectos como el ritmo diario, el horario laboral o la profesión, ya que toman parte activa en nuestro metabolismo.

CONOCERSE A UNO MISMO, CLAVE EN LA NUTRICIÓN ENERGÉTICA

El elevado ritmo de vida al que parece que nos empuja la vida moderna nos hace sentir cansados y sin energía. Para intentar encontrar la balanza, muchas veces recurrimos a la suplementación sin ayuda profesional para buscar un aporte extra de nutrientes y minerales esenciales.  Pero, más bien, se trata de “no perder la energía que tenemos”. “Con nuestros hábitos de vida y con la alimentación que llevamos a cabo estamos perdiendo mucha energía y esto ha de cambiarse”, señala la experta. A lo que añade que “la mayoría de las veces no es cuestión de aportar cosas nuevas, sino de hacer limpieza de las que estamos haciendo que no nos sirven”.

Para entenderlo mejor, Hortet nos explica que en aquellas personas que cenan mucha cantidad de comida y que, además, lo hacen bastante tarde, este simple hábito “quita mucha energía”, pues “cuando oscurece el sistema digestivo empieza a no ser tan funcional”. Otro ejemplo es picar entre horas, otro hábito que fomenta la activación constante de la insulina y del sistema digestivo, “robando energía que necesitarías para otras partes de tu cuerpo”.

“No dejar pasar unas 12 horas entre la cena y el desayuno impide una buena detoxificación del cuerpo”

Del mismo modo, “no dejar pasar unas 12 horas entre la cena y el desayuno impide una buena detoxificación del cuerpo”. O, por ejemplo, atendiendo a la temporada del año en la que nos encontremos, comer ensaladas en invierno favorecería el enfriamiento del sistema digestivo. De esa forma, el cuerpo también robaría más energía que podría serle útil para otras funciones.

Por todo ello, lo más importante y la base de la nutrición energética es conocernos, puesto que “conocernos es la base para mejorarnos”. Con la ayuda de un profesional especializado y de guías específicas como el libro de Gemma Hortet, ‘Alimenta tu vitalidad’, podremos adquirir conocimientos para mejorar el sistema digestivo, el cuerpo, el sueño, el físico, la salud emocional… Y, con ello, aprender a disfrutar de nuevo”, concluye la dietista.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.