¿Para qué sirve la codeína?

La codeína es un opioide que se encuentra autorizado para el tratamiento sintomático del dolor de intensidad leve o moderada y de la tos improductiva.

Hombre enfermo (Foto. Freepik)
Hombre enfermo (Foto. Freepik)
Patricia Merino - Redactora
30 noviembre 2021 | 10:00 h
Archivado en:

La codeína es un opioide que se encuentra autorizado para el tratamiento sintomático del dolor de intensidad leve o moderada y de la tos improductiva.

Se administra por vía oral y se elimina mayoritariamente por metabolismo hepático con una semivida de eliminación de 2,5­-4 horas. Su efecto se manifiesta a los 30-45 minutos y se mantiene durante 1-2 horas (el efecto analgésico) o 4-6 horas (el efecto antitusígeno).

La codeína es un opioide que se encuentra autorizado para el tratamiento sintomático del dolor de intensidad leve o moderada y de la tos improductiva

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) el uso de codeína para el tratamiento de la tos asociada a procesos catarrales en población pediátrica está contraindicado en menores de 12 años de edad; aquellos pacientes que se sabe son metabolizadores ultrarrápidos, debido a que presentan un alto riesgo de sufrir una intoxicación por morfina; y mujeres durante la lactancia, debido al riesgo que presentaría el niño de sufrir reacciones adversas graves en caso de que la madre fuese metabolizadora ultrarrápida.

Por otro lado, no es aconsejable el uso de codeína en pacientes de 12 a 18 años de edad que presenten compromiso de la función respiratoria debida por ejemplo a trastornos neuromusculares, patología respiratoria o cardiaca grave, infecciones pulmonares, trauma múltiple o pacientes que hayan sido sometidos a procedimientos quirúrgicos extensos.

Como todos los medicamentos, la codeína también puede provocar efectos secundarios. En este sentido, el Sergas detalla que el estreñimiento es el efecto más frecuente. También, náuseas, vómitos y sequedad de boca.

Asimismo, dentro del sistema nervioso se pueden producir: mareos, vértigo, somnolencia y mareos. También, aunque raramente y solo en dosis altas, agitación, alucinaciones o convulsiones. Igualmente, se pueden manifestar: alteraciones de la visión, erupción cutánea, prurito o palpitaciones.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído