¿Qué es el hambre emocional y cómo evitarlo?

El aburrimiento, el estrés, el malestar… nos incitan a realizar esas continuas visitas a la nevera en las que, probablemente, optemos por alimentos que no son sanos

Comer saludable (Foto. Freepik)
Comer saludable (Foto. Freepik)
Lorena García - Redactora
18 febrero 2022 | 15:00 h

Cuando comes, ¿engulles alimentos o lo haces de manera consciente? En más ocasiones de las que nos gustaría, permitimos que ciertas emociones o estímulos se apoderen de nosotros y, en consecuencia, no somos conscientes de lo que estamos comiendo, ni cuánta cantidad, especialmente en esta situación de cuarentena que nos obliga a permanecer en casa, debido a la alerta sanitaria por el coronavirus.

El aburrimiento, el estrés, el malestar… nos incitan a realizar esas continuas visitas a la nevera en las que, probablemente, optemos por alimentos que no son sanos.

Como su propio nombre indica, el hambre emocional es el tipo de hambre que está ligado a las emociones que crean malestar, ya sea el estrés, la frustración, la tristeza, etcétera. En este sentido, Inés Menéndez Cuiñas, residente del servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, nos detalla que "el alimento funciona aquí como una ‘recompensa’ que trata de paliar nuestro malestar, si bien es cierto que de forma muy temporal y, a menudo, con un desagradable sentimiento de culpa posterior".

El hambre emocional es el tipo de hambre que está ligado a las emociones que crean malestar, ya sea el estrés, la frustración, la tristeza

Es aconsejable seguir estas pautas, actuando siempre hacia el autocuidado:

  • Tomar conciencia de cómo nos sentimos
  • Intentar "escuchar" y "permitir" ese sentimiento que nos está surgiendo
  • Encontrar otras opciones para gestionar el malestar, si es preciso

Además, la residente nos propone lo siguiente: "Podemos, por ejemplo, detenernos y realizar respiraciones conscientes o reservar algún instante en nuestro día a día para hacer aquello que nos reporte satisfacción, por pequeña que esta sea".

Por otra parte, tenemos el hambre por estímulos. La manera en la que se colocan los alimentos y su decoración en el plato, el olor que emanan e incluso el sonido pueden despertar este tipo de hambre por estímulos. Como matiza la residente, se trata de "comer motivados por aquello que percibimos a través de cualquiera de nuestros sentidos".

Además, podemos encontrar el hambre tras una dieta restrictiva. Se conoce como hambre pos-restrictiva a aquella que se produce tras determinadas dietas en las que se han limitado mucho los alimentos. Según apunta la profesional, "es frecuente que suceda un efecto péndulo, es decir, pasar del extremo restrictivo a comer en exceso".

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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