La pandemia saca a la luz las carencias del calendario vacunal en adultos

La vacunación en adultos plantea numerosos retos que deben abordarse ante el progresivo envejecimiento de la población y el desafío de la inmunosenescencia.

Vacunación de personas mayores (Foto. Freepik)
7 noviembre 2021 | 00:00 h

Las vacunas contra la Covid-19 se erigen como la gran esperanza de la Humanidad para poner fin a la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. Desde hace décadas las vacunas se han convertido en uno de nuestros mejores aliados a la hora de salvaguardar la salud pública frente a múltiples enfermedades que son prevenibles por vacunación.

Un sentimiento que se ha visto reforzado en los últimos meses y que va mucho más allá de la crisis sanitaria en la que nos encontramos inmersos. De forma histórica, la vacunación se ha asociado con las personas jóvenes, pero esta desempeña un papel fundamental en la población adulta, crucial en aquellas de edad más avanzada.

La mejora en la calidad de vida experimentada a lo largo de las últimas décadas ha incrementado progresivamente la esperanza de vida al nacer. Cada vez vivimos más años, pero en muchas ocasiones, este aumento se asocia con enfermedades no solo vinculadas al envejecimiento sino a muchas otras que pueden ser prevenidas mediante vacunación.

Las enfermedades prevenibles por vacunación tienen una gran carga en las personas mayores y es necesario recordar que existen vacunas disponibles y eficaces para los ancianos. El problema es que las tasas de cobertura son inadecuadas.

La vacunación en la edad adulta ha sido uno de los temas analizados en “V Foro de Salud Pública: Vacunas, ciencia y longevidad”, organizado por Wecare-u con el apoyo de Fundamed y GSK. Un punto de encuentro en el que Jaime Pérez, médico especialista en Medicina Preventiva de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Murcia, ha puesto el foco en los retos y dificultades que plantea la vacunación en adultos.

“El adulto ha sido siempre el gran olvidado de la vacunación hasta muy recientemente”, comenzaba su exposición señalando como uno de los principales problemas la dificultad que plantean las estrategias de captación. “Las coberturas en general son bajas, pero no siempre”. En este sentido ha señalado que influyen factores como el hecho de que el adulto tenga la consciencia de que la enfermedad es importante y que la vacuna es eficaz y segura. “Si es así, el adulto se vacuna. Tenemos que documentar muy bien la incidencia de la enfermedad y tener muy buenas vacunas ya que esto va a contribuir mucho a contar con altas coberturas”.

“Hay que trabajar la promoción del concepto de envejecimiento saludable”, ya que con el aumento de la esperanza de vida se incrementan las enfermedades crónicas y nos enfrentamos al gran reto de la inmunosenescencia

A la hora de hablar de la vacunación de los adultos debemos tener en cuenta múltiples factores como son la edad, la ocupación laboral, la existencia de patologías previas, viajes o comportamientos de riesgo por ejemplo. “Esto hace que sea muy complicado establecer un calendario vacunal como el infantil”.

¿POR QUÉ NO SE VACUNAN LOS ADULTOS?

“En primer lugar, porque hasta hace muy poco tiempo la conciencia era de que las vacunas eran infantiles. El pensamiento era que de adulto te vacunabas de la gripe al llegar a cierta edad, lo que además supone una característica negativa porque nadie quiere ser mayor en esta sociedad”, señala Pérez. A este punto de partida se suman otros problemas como el hecho de que prima la asistencia sobre prevención y muchos adultos no visitan de forma regular los médicos. En este punto Pérez ha añadido el problema existente desde el punto de vista sanitario que no suelen pensar en las vacunas cuando atienden a los adultos.

El experto ha criticado que uno de los principales motivos por los que los adultos no se vacunan es que “no valoramos correctamente el riesgo”. “No hay responsable único de vacunación y esto es muy importante. La Pediatría y la Enfermería Pediátrica tienen uno de sus puntos fundamentales en la vacunación, pero en los adultos no hay un sanitario único que se dedique a la vacunación”, expresa apostillando que los profesionales sanitarios no piensan muchas veces “de forma transversal en el paciente”.

En este complejo prisma encontramos más aristas como el mayor miedo de los adultos a los posibles efectos adversos de las vacunas. “Esto se ha comprobado notablemente con la vacunación contra la Covid-19”, apostilla Pérez. Cabe destacar también la falta de acceso y que las vacunas del adulto tienen peor fama que las infantiles. “Estamos tan acostumbrados a los buenos resultados con las vacunas infantiles que cualquier cosa que suponga bajar el 95% de efectividad nos parece malo. Por un lado tenemos que mejorar la calidad para llegar a estándares muy buenos, y por el otro también, cuando esto no se produce hay que valorar el impacto y no solo la efectividad. Esto es clave porque a veces nosotros mismos somos nuestro peor enemigo”.

Ha destacado que es necesario además un cambio de mentalidad para medir y analizar las coberturas vacunales más allá de las campañas de la gripe. “Lo que no se evalúa sistemáticamente no se puede mejorar”, ha aseverado.

¿POR QUÉ DEBEN VACUNARSE LOS ADULTOS?

El principal motivo reside en que cada vez somos más y más mayores tal y como se ha referido al inicio de estas líneas. Especialmente si tenemos en cuenta que hay vacunas con protección no permanente que requieren de la administración de dosis de recuerdo.

Se suma el problema de que parte de la población adulta no se vacunó en la infancia como es el caso de la varicela. Es importante destacar que las políticas vacunales son cambiantes y van añadiendo nuevos antígenos y sueros. No podemos olvidar la inmigración y los viajeros ya que los calendarios vacunales no son iguales en todos los países y las coberturas difieren mucho entre los distintos territorios.

“Hay que trabajar la promoción del concepto de envejecimiento saludable”, ya que con el aumento de la esperanza de vida se incrementan las enfermedades crónicas y nos enfrentamos al gran reto de la inmunosenescencia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.