La depresión infanto-juvenil necesita programas de prevención: “La salud mental se ha deteriorado”

El paradigma de la salud mental infanto-juvenil preocupa a los especialistas ante un incremento de los trastornos de depresión en los más pequeños

Niño con problemas de depresión. (Foto: Freepik)
Niño con problemas de depresión. (Foto: Freepik)

Cada vez son más los factores que influyen en la aparición de depresión en niños y adolescentes. La irritabilidad, el cansancio, el malestar o el sentimiento de inutilidad constante pueden ser signos de depresión en los más pequeños de la casa. A la variedad de los síntomas emocionales y físicos se suma la alta incidencia de casos, cada vez mayor, propiciadas por numerosas causas destacando el uso recurrente de las tecnologías y los casos de bullyingen centros escolares.

La depresión en la infancia representa una prevalencia de entre el 10 y el 20%, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Además, es la primera causa de suicidio, siendo esta la tercera causa de muerte en jóvenes entre los 10 y los 24 años. “La salud mental se ha deteriorado en la infancia y la adolescencia durante los últimos años, especialmente desde el inicio de la pandemia”, señala el doctor Pedro Javier Rodríguez, presidente de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (SPI-AEP) a ConSalud.es.

“Se observa que se han cuadruplicado las dificultades relacionadas con el estado de ánimo, especialmente la depresión”

Las cifras han aumentado sobre todo en la depresión. “Se observa que se han cuadruplicado las dificultades relacionadas con el estado de ánimo, especialmente la depresión”, apunta el doctor. “Esto nos preocupa mucho porque la depresión es el principal factor de riesgode suicidio en adolescentes, que ahora mismo está considerada como la primera causa de muerte no natural en este grupo de edad en España”, argumenta el presidente de la SPI-AEP.

Esta prevalencia está condicionada por numerosos factores que, en la actualidad, plantean un riesgo para la salud mental de los más jóvenes. Aunque existen numerosas causas influyentes, durante la infancia y la adolescencia se producen cambios en el desarrollo del cerebro que pueden incrementar la vulnerabilidad. Así lo afirma el doctor, que señala a los numerosos “cambios emocionales y sociales en los que el adolescente va forjando su identidad y necesidad de autonomía donde los cambios físicos y mentales hacen que la exposición a determinados factores de riesgo influyan en el desarrollo mental del niño y del adolescente”.

“Hemos observado que la pandemia ha sido un factor muy importante en el incremento de la vulnerabilidad a todo tipo de trastornos mentales, especialmente en adolescentes”

A los estímulos actuales y los factores de riesgo individuales se suman los problemas asociados a la pandemia de Covid-19. “Hemos observado que la pandemia ha sido un factor muy importante en el incremento de la vulnerabilidad a todo tipo de trastornos mentales, especialmente en adolescentes”, matiza el doctor. “La socialización limitada y la vuelta a la normalidad ha implicado muchas restricciones que han propiciado un efecto devastador sobre la psicología de niños y adolescentes”, añade.

Además, el uso de la tecnología también está influyendo de forma directa en la salud mental de los más pequeños. Internet tiene cada vez más presencia en los hogares españoles y, desde la pandemia, este uso también se ha incrementado. “El uso de las tecnologías con elevado tipo de utilización se ha mantenido después de la pandemia”, reconoce Rodríguez. Este periodo obligo a la mayoría de los hogares españoles a limitar su vida a las nuevas tecnologías debido al teletrabajo, la educación a distancia o la obligación de permanecer confinados.

“Ahora mismo estamos muy preocupados por esta sobreutilización de todas las tecnologías, redes sociales, chats de todo tipo, porque desvirtúa la comunicación y socialización normal en niños y adolescentes, y puede incrementar los problemas de salud mental, especialmente todo lo relacionado con autolesiones, depresión e intentos de suicidio”, menciona el especialista e insiste, “el mundo virtual no es el mundo real”.

RETOS EN SALUD MENTAL INFANTO-JUVENIL

La salud mental de los niños y adolescentes está en riesgo. Como explica el doctor, las nuevas tecnologías, los riesgos socioeconómicos y la influencia de las redes sociales han cambiado el paradigma. Para frenar estos datos, los especialistas plantean estrategias dentro y fuera de la familia para gestionar la educación de los más jóvenes. En los casos de depresión, el tiempo de calidad con la familia y los seres queridos, será esencial. En términos de estrategias nacionales, la prevención es el factor fundamental para conseguir una estabilidad en la salud mental infanto-juvenil.

“Las estrategias que deben seguir la familia o tutores de niños y adolescentes con depresión, o con otro problema de salud mental, tiene que ver en muchas ocasiones con el día a día”, apunta Rodríguez. “La falta de tiempo de calidad con nuestros hijos, o de realizar actividades conjuntas, así como la disminución de la comunicación y del contacto social, incrementa la vulnerabilidad de los más pequeños”, subraya.

“Necesitamos programas de prevención de trastornos mentales y del comportamiento más frecuentes en la infancia y la adolescencia”

Estos retos individuales también precisan de estrategias complementarias. “Necesitamos programas de prevención de trastornos mentales y del comportamiento más frecuentes en la infancia y la adolescencia”, declara el doctor. Además, el especialista defiende la formación en salud mental, que debería incrementarse en todos los profesionales, tanto pediatras, como médicos de familia, hasta profesores y todas las personas vinculadas al espectro educativo infanto-juvenil.

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