La frontoplastia: de tratamiento rejuvenecedor para reducir la frente a cirugía contra el bullying

La Dra. Beatriz Berenguer, del Hospital Universitario La Luz, es especialista en estas intervenciones que luchan contra los complejos de pacientes por el tamaño de su frente

Mujer tapándose la frente. (Foto: Hospital Universitario La Luz)
Mujer tapándose la frente. (Foto: Hospital Universitario La Luz)
CS
8 enero 2024 | 12:55 h

La frontoplastia es una intervención que consiste en adelantar la línea capilar para que la frente se vea más reducida. El perfil de pacientes es mayoritariamente mujeres jóvenes entre las que predomina un complejo de frente grande. Además, esta cirugía ha pasado de ser una simple remodelación contra el envejecimiento a una intervención para personas que sufren complejos o han padecido bullying en algún momento de su vida.

La doctora Beatriz Berenguer, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitario La Luz, es pionera en realizar frontoplastias. Esta intervención consiste en realizar una incisión en la línea capilar original del paciente. Según la doctora, esta cirugía se realiza en zigzag para evitar que la cicatriz se retraiga. “Además, el ojo detecta peor las líneas quebradas que las rectas, por lo que esa cicatriz queda mucho más disimulada”, comenta. A partir de ahí, despegan el cuero cabelludo y lo relajan mediante unas incisiones especiales desde la parte de abajo del mismo.

“De esa forma, lo convertimos en una especie de acordeón para poder avanzarlo hasta la línea que consideremos que sea una proporción y una forma adecuadas en la frente. Luego retiramos una tira de piel de la frente y avanzamos el cuero cabelludo, es decir, la línea capilar”, añade.

Tanto una frente grande como pequeña, las personas pueden sufrir algún complejo relacionado. Sin embargo, esta técnica, hasta hace relativamente poco, “se llevaba a cabo más como una técnica de rejuvenecimiento, sobre todo para mejorar las arrugas de la frente, pero, desde la introducción de las toxinas botulínicas, esa indicación se redujo bastante”, afirma la doctora.

Dra. Beatriz Berenguer

"Son personas a las que les han hecho bullying en el colegio por tener la frente muy grande"

Con el paso del tiempo, los pacientes empezaron a recurrir a esta cirugía por las proporciones de la frente: “Tenían un complejo muy grande. Son personas a las que les han hecho bullying en el colegio por tener la frente muy grande. La mayoría de ellas lleva flequillo desde la infancia. Por supuesto, nunca se hacen coleta ni se retiran el pelo de la cara y, aun teniendo flequillo, les agobia el viento o mojarse el pelo al nadar o en el gimnasio”, sostiene.

Estos casos confirmaron que la frontoplastia es una cirugía muy poco conocida. “Al principio era desconocida para los pacientes, incluso para muchos cirujanos, que no sabían que se hacía”, apunta. No obstante, la especialista ha divulgado mucha información sobre esta cirugía, por lo que, “poco a poco, la gente va siendo más consciente de que, efectivamente, es algo que también se puede tratar”.

En su mayoría, el perfil del paciente es una mujer joven que, tras la adolescencia, “una etapa en la que es muy frecuente que le hayan hecho comentarios”, añade la Dra. Berenguer, empieza a tener el complejo. Además, “coincide con el momento en el que está formando su propia imagen. Luego, ya en la veintena, más o menos, se informan, empiezan a indagar si hay alguna solución para eso y, entonces, encuentran esta posibilidad”.

“LAS PACIENTES APENAS TIENEN DOLOR”

El postoperatorio de la frontoplastia tiene una recuperación sencilla en la mayoría de los pacientes. “Las pacientes me dicen que apenas tienen dolor”, explica la doctora. Los primeros tres días es fundamental que lleven un casco de venga, pero una vez transcurrido el tiempo, se retira y pueden hacer vida normal.

Asimismo, la hinchazón de la cara es muy leve, aunque en ocasiones se pueden presentar zonas moradas que bajan a los párpados. “La mayoría de las veces, cuando las pacientes se quitan el vendaje, el aspecto ya es normal. Además, como muchas llevan flequillo, se disimulan los puntos hasta que se los retiramos, que suele ocurrir a los 10 o 12 días desde la intervención”, subraya Berenguer.

"A las pacientes que habitualmente llevan flequillo les recomendamos que lo mantengan un tiempo porque también les ayuda"

Durante dos meses, las pacientes presentan menos sensibilidad en la parte superior del cuero cabelludo, donde pueden notar acorchamiento. Además, deben tener cuidado con los secadores y planchas, que podrían provocar quemaduras. En los primeros seis-doce meses, la cicatriz debe estar protegida del sol: “A las pacientes que habitualmente llevan flequillo les recomendamos que lo mantengan un tiempo porque también les ayuda. A las que no lo tienen, les indicamos que se apliquen cremas protectoras hasta que la cicatriz vaya clareando”, indica la especialista.

En general, la especialista destaca que lo que más preocupa a las pacientes es la cicatriz porque es larga y está en la cara, “pero, bien cuidada y cuando la técnica se conoce y se hace bien, porque la incisión hay que realizarla de una forma especial para que, luego, el pelo crezca lo más cerca de la cicatriz o incluso a través de la propia cicatriz, en la mayoría de los casos, queda muy disimulada”.

En un reducido número de casos, sostiene, la cicatriz puede quedar un poco más clara, más blanca que la piel de la frente, algo que puede solucionarse “o bien con un poco de corrector o bien con tatuaje. Incluso, a veces se complementa con unos injertos capilares para que esos pelos queden lo más cerca de la línea capilar y se note lo menos posible”, concluye.

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