España, cada vez más medicada contra el dolor: aumento del consumo de analgésicos y opioides

Se calcula que en España el 32% de la población adulta sufre algún tipo de dolor, el 5% diario, y el 20% crónico, según datos de la Sociedad Española de Neurología

Mujer tomando una pastilla contra el dolor (Foto. Freepik)
Mujer tomando una pastilla contra el dolor (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
17 octubre 2022 | 13:00 h

El 32% de la población adulta de nuestro país sufre algún tipo de dolor. Este dato de la Sociedad Española de Neurología (SEN) refleja que unas 13 millones de personas sufren migrañas, cefaleas, dolor de espalda, lumbar… Un 5% de la población adulta manifiesta dolor diariamente, un 30% en las últimas 48 horas según un estudio de la SEN y un 40% en la última semana. El dolor, que desde 2010 la Organización Mundial de la Salud pide que se catalogue como enfermedad en sí misma, afecta a cada vez más personas.

Su tratamiento dependerá de cada tipo de dolor y su origen, de la oportunidad de acceder a una unidad multidisciplinar y especializada y de la realidad de cada paciente. Los tratamientos farmacéuticos siguen siendo los más utilizados, y según las estadísticas de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps) el consumo de estos fármacos ha crecido.

En los últimos años, según datos que ofrece el Ministerio de Sanidad, se ha producido un aumento del consumo de medicamentos en general. En 2021, con respecto a 2020, el consumo aumentó un 4,3%, y entre los top 10 de los fármacos más dispensados se encontraron los analgésicos y los opioides.

El analgésico no opioide más consumido es el paracetamol, suponiendo el 83,55% del consumo de este tipo de fármacos

Solo en 2021 se vendieron 81,3 millones de analgésicos no opioides. Un consumo que, según se extrae de datos de la Aemps, ha ido cayendo de forma general, mientras las dosis diarias por habitante han crecido. Así en 2019 el consumo era de 32,9 dosis diarias por 1.000 habitantes; en 2020, 37,5 dosis por 1.000 habitantes y día, y en 2021, 40 por 1.000 habitantes y día; mientras que el consumo de principios activos ha ido cayendo en la última década estabilizándose los últimos tres años. El analgésico no opioide más consumido es el paracetamol, suponiendo el 83,55% del consumo de este tipo de fármacos.

Sobre los opioides, el consumo ha ido creciendo año tras años, principalmente con las combinaciones con codeína. Hasta un 12% ha aumentado la toma de opioides en enero y marzo de 2022 con respecto al mismo periodo del año anterior. “Los últimos informes publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el Ministerio de Sanidad y otras instituciones autonómicas indican un aumento creciente de este consumo, particularmente de fentanilo de liberación inmediata por vía transmucosa, transdérmica y de tapentadol”, explicaba Sanidad hace casi un año ante la presentación del ‘Plan de Optimización de la utilización de analgésicos opioides en el dolor crónico no oncológico’ en el SNS. Un plan que limitaba el acceso a estos fármacos a pacientes que no tenían otra opción para tener una mínima calidad de vida, señalaban desde la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR).

EL PAPEL DE LOS ANTIINFLAMATORIOS

Otro de los fármacos estrellas contra el dolor son los antiinflamatorios. El consumo de antiinflamatorios de forma continuada puede tener un impacto en la salud, como ocurre con el abuso de otros fármacos y que veremos más adelante. Con todo, distintas investigaciones han reflejado que el consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, mejoran el control del dolor y tienen menos efectos adversos que la codeína.

Según datos de la AEMPS, el consumo de AINEs era de 37,89 dosis diarias por 1.000 habitantes en 2016, siendo el más consumido el ibuprofeno

Así lo reflejó un estudio publicado en la revista 'Canadian Medical Association Journal', que señala que los pacientes que tomaron AINE tuvieron puntuaciones de dolor más bajas a las 6 y 12 horas después del tratamiento que los pacientes que tomaron codeína. Un estudio sobre el consumo de fármacos utilizados en el tratamiento del dolor musculoesquelético en una cohorte de trabajadores manuales de Zaragoza publicado en la 'Revista Española del Dolor' reflejó que en esta población el 41,5% consumen AINEs. Un dato mayor que la media española. Según datos de la AEMPS, el consumo de AINEs era de 37,89 dosis diarias por 1.000 habitantes en 2016, siendo el más consumido el ibuprofeno (13,67 dosis) seguido por el naproxeno (8,56 dosis) y el dexketoprofeno (2,99 dosis).

IMPACTO EN LA SALUD DEL CONSUMO ABUSIVO

Todos estos tratamientos, menos el ibuprofeno en dosis de 400mg, precisan receta médica. El dolor, si deja de tener el sentido de alarma y se alarga en el tiempo, tiene que recibir un tratamiento específico más seguros que estos tratamientos que en los últimos años se ha visto que pueden tener un importante impacto en la salud. Ejemplo de ello, la última actualización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) sobre el consumo de ibuprofeno con codeína.

“El paracetamol, el nolotil, el ibuprofeno, todos ellos si se usan de forma prolongada tienen un impacto en la salud y pueden producir entre otros efectos daño hepático”, recordaba en Consalud.es el Dr. Pedro Ibor, vicepresidente de Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR). Estos productos son los más vendidos, la sociedad acude a ellos con mayor frecuencia, y pese a que precisan de receta médica para ser adquiridos en farmacia, hay personas que abusan de productos como los antiinflamatorios sin ser conscientes de que su uso prologado puede llevar a daños como hemorragias digestivas. “Es posible que una persona con lumbago le vaya bien el ibuprofeno. Pero tiene que ser consciente de que solo lo puede tomar unos días, por lo que sería más ágil que acudieran al médico y se les prescribiera el tratamiento más adecuado”, señalaba el Dr. Manuel Mejías, coordinador del GT de Dolor y Cuidados Paliativos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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