El piel con piel, ¿una moda o un método beneficioso para la mamá y el bebé?

Desde hace unos años, el contacto piel con piel entre la mamá y el recién nacido se ha convertido en un método cada vez más utilizado en los hospitales tras el parto.

El piel con piel es un método con todo a su favor para la mamá y el bebé
3 junio 2018 | 00:00 h
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Los tiempos cambian y la manera de “acoger” al bebé nada más nacer también. Las guías y la bibliografía científica recogen desde hace años los beneficios de un método cada vez más extendido: el contacto piel con piel.

Se trata, como su nombre indica, del contacto piel con piel del recién nacido con el pecho de su madre nada más nacer. “Se hace directamente al dar a luz, sin haber limpiado al recién nacido”, apunta María Pérez Herreros, matrona del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro, centro madrileño con gran experiencia en la aplicación de este método.

Tal y como explica Pérez Hereros, se lleva principalmente en partos con mínima intervención. Y, en el caso de que la mamá no pueda realizarlo, lo llevaría a cabo el/la acompañante.

 “En nuestro hospital desde hace unos años comenzamos con cesárea con acompañante. En estos casos, no urgentes, sino programados, se permite el acceso de una persona elegida por la mamá y se lleva a cabo el piel con piel”

En el Hospital de Valdemoro también se aplica en cesáreas programadas. “En nuestro hospital desde hace unos años comenzamos con cesárea con acompañante. En estos casos, no urgentes, sino programados, se permite el acceso de una persona elegida por la mamá y se lleva a cabo el piel con piel”, explica esta experta. “De hecho, la monitorización materna se pone en la espalda para que el pecho esté descubierto y así se permite el contacto entre ambos durante la cirugía. Después, se les traslada a una unidad de recuperación aislada para continuar con el piel con piel. Y desde esta sala se comienza con la lactancia, siempre que la mujer lo desee”, añade.

Según Pérez Herreros, en el caso de los neonatos, en algunas unidades de Neonatología se utiliza el denominado método de madre cánguro, como un tipo de tratamiento para los bebés.

BENEFICIO PARA LA MAMÁS Y EL BEBÉ

Los beneficios para la salud en ambos son amplios, principalmente para la adaptación y a nivel físico. “Para el bebé ayuda a la adaptación a la vida extrauterina, ya que los latidos de la mamá y la respiración acompasan y mejoran la estabilidad cardiopulmonar y cardiorrespiratoria del bebé, además de reducir sus niveles de estrés”, apunta esta matrona.

Asimismo, según esta experta, se trata de bebés que lloran mucho menos, ya que el piel con piel aumenta su tolerancia al dolor. “Hemos comprobado que, por ejemplo, al pichar al bebé encima de la madre, este apenas llora o incluso no llora”, explica.

"Se trata de bebés que lloran muchos menos, ya que el piel con piel aumenta su tolerancia al dolor"

A su vez, el contacto piel con piel “regula la temperatura, el niño consume menos energía y hay menos riesgo de hipoglucemia y mejora la adaptación al metabolismo”.

Respecto a la mamá, Pérez Herreros destaca la importancia del piel con piel para la lactancia. “Al estar cerca del pecho de la mamá, el bebé de manera espontánea se acerca al pezón y permite un mejor agarre. Es maravilloso ver cómo poco a poco el recién nacido de manera natural busca el pezón de su madre”. Asimismo, disminuye el dolor en la regurgitación mamaria al iniciar la lactancia precozmente.

Por otro lado, el vínculo entre ambos se sigue fomentando. Esto provoca un empoderamiento en la mamá y, a nivel físico, “aumenta la oxitocina, lo que permite que la mamá esté más tranquila, ayuda a la producción de leche y ayuda también a evitar la hemorragia”, concluye la matrona del Hospital de Valdemoro.

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