La comunidad científica preocupada ante la aparición de nuevos reservorios animales del SARS-CoV-2

Un reciente estudio revela que una importante parte de los ciervos comunes al noroeste de Estados Unidos cuentan con anticuerpos contra el SARS-CoV-2.

Ciervo de cola blanca
Ciervo de cola blanca
CS
9 agosto 2021 | 13:00 h

Los orígenes del SARS-CoV-2 continúan siendo un misterio. Desde el inicio de la pandemia multitud de estudios, investigaciones e hipótesis han surgido, pero a día de hoy, la verdad se desconoce. El pasado 9 de febrero el equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) enviado a China para investigar los orígenes del coronavirus concluyeron que el SARS-CoV-2 es de origen animal y no existía evidencia que apuntase a que se hubiera producido transmisión antes de la detección de los primeros casos en diciembre de 2019 en Wuhan.

Diversos estudios a lo largo de estos meses han confirmado que el virus ya circulaba en China y otras partes del mundo antes de la alerta por los primeros brotes de Wuhan. La investigación de la OMS está inconclusa y más tarde su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reconocía que China no compartió “los datos brutos” de los primeros casos. Motivo por el que solicitó al país asiático "sea transparente, abierta y que coopere, particularmente en los datos brutos sobre los primeros días de la pandemia".

El 15 de julio el director general de la OMS reconocía que la teoría de la posible fuga de un laboratorio del virus no se tuvo suficientemente en cuenta. Unas declaraciones que cayeron como un jarro de agua fría sobre las autoridades chinas que se han negado a que el equipo de la OMS desarrolle la segunda fase de su investigación sobre los orígenes del virus. Una decisión que ha generado todo tipo de debates y polémicas y que no contribuyen a despejar las dudas sobre la transparencia de la gestión del Gobierno chino en los momentos iniciales de la pandemia.

La comunidad científica ha repetido de forma incansable que conocer los orígenes del virus es de vital importancia para poder controlar la pandemia y, su preocupación, va en aumento ante la aparición de distintos reservorios del virus en el mundo animal que se suman a los viejos conocidos.

PANGOLINES Y MURCIÉLAGOS, EN EL PUNTO DE MIRA

Si tomamos como referencia las conclusiones del informe de la OMS se determina que el virus es de origen animal y, en algún momento, dio el salto a los seres humanos a través de un reservorio sobre el que todavía se desconoce su identidad. En el punto de mira desde el inicio de la pandemia han estado los pangolines y los murciélagos.

Una nueva investigación desarrollada por científicos australianos y cuyos resultados han sido publicados en la revista Nature Scientific Reports, aporta nuevos datos.

De acuerdo a los hallazgos el SARS-CoV-2 está idealmente adaptado para infectar células humanas en lugar de células de murciélagos o pangolines, los animales con los que posiblemente se ha asociado su origen y el salto a los seres humanos

De acuerdo a los hallazgos el SARS-CoV-2 está idealmente adaptado para infectar células humanas en lugar de células de murciélagos o pangolines, los animales con los que posiblemente se ha asociado su origen y el salto a los seres humanos. El estudio se ha basado en el uso de modelos matemáticos de alto rendimiento focalizados en analizar la evolución del virus desde el inicio de la pandemia y predecir su capacidad para infectar a los seres humanos, así como a un total de 12 animales exóticos y domésticos.

El principal objetivo de esta investigación era del de encontrar cualquier vector animal intermedio que pudiera haber desempeñado un papel en la transmisión de un virus de murciélago a los seres humanos, así como comprender cualquier riesgo planteado por la susceptibilidad de los animales de compañía como perros o gatos, y otros domésticos como las vacas, ovejas, cerdos o caballos.

Los resultados mostraron que el SARS-CoV-2 se unía a ACE2 en las células humanas con mayor fuerza que en cualquiera de las especies analizadas, incluyendo los murciélagos y los pangolines. Si una de las especies animales estudiadas fuera el origen, normalmente se esperaría que mostrara mayor unión al virus.

“El modelo informático encontró que la capacidad del virus para unirse a la proteína ACE2 del murciélago era pobre en relación con su capacidad para unirse a las células humanas, esto argumenta en contra de que el virus se transmita directamente de los murciélagos a los humanos. Por lo tanto, si el virus tiene una fuente natural, solo podría haber llegado a los humanos a través de una especie intermediaria que aún no se ha encontrado”, afirma el profesor Nikolai Petrovsky, de la Universidad de Flinders y uno de los autores del estudio.

Los investigadores no dudan en mostrar una gran preocupación ante la aparición de nuevos “reservorios” animales: poblaciones de seres vivos que pueden albergar el SARS-CoV-2 y que podrían proporcionar un refugio al virus para evolucionar, propagarse entre distintas especies y acabar infectando de nuevo a los humanos

El modelo matemático empleado por el equipo revela que el SARS-CoV-2 se adhiere también relativamente fuerte a ACE2 en los pangolines, un animal exótico que en Asia se utiliza como alimento o para la fabricación de medicinas. Los investigadores deducen además que algunos animales domésticos como los perros, los gatos y las vacas, también sean susceptibles a la infección por SARS-CoV-2.

CIERVOS CON ANTICUERPOS EN EE.UU.

El SARS-CoV-2 se ha detectado en multitud de animales, destacando los brotes en algunas granjas de visones. Una reciente investigación publicada de forma pre-impresa en bioRxiv pone el foco en la primera exposición generalizada de una población de animales salvajes al coronavirus: los ciervos de cola blanca del noroeste de Estados Unidos. La investigación ha estado dirigida por Susan Shriner, del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Su equipo ha analizado 385 muestras de sangre recolectadas como parte de las actividades regulares de vigilancia de vida silvestre entre enero y marzo de 2021 en los Estados de Michigan, Pensilvania, Illinois y Nueva York. El 40% de las muestras presentaba anticuerpos contra el SARS-CoV-2.

Las pruebas de los investigadores de muestras archivadas revelaron anticuerpos en tres muestras recogidas al principio de 2020, cuando el virus comenzaba a circular en Estados Unidos. En total, un tercio de las muestras de 2020 y 2021 presentaban anticuerpos contra el virus.

Arinjay Banerjee, virólogo de la Universidad de Saskatchewan en Saskatoon (Canadá) explica en Nature que un tercio de la población de este tipo de ciervo presenta anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Los responsables del estudio alertan de que se trata de un hecho intrigante dada la cantidad de animales que se han visto expuestos al virus. Motivo por el que destacan que se requieren más estudios para evaluar si los ciervos de cola blanca pueden infectarse entre sí y transmitir el virus a otras especias animales como los domésticos.

Los investigadores no dudan en mostrar una gran preocupación ante la aparición de nuevos “reservorios” animales: poblaciones de seres vivos que pueden albergar el SARS-CoV-2 y que podrían proporcionar un refugio al virus para evolucionar, propagarse entre distintas especies y acabar infectando de nuevo a los humanos, incluso una vez que la pandemia haya acabado.

El origen de la infección en los ciervos es un misterio. La investigación apunta al contacto con personas, otros animales e incluso aguas residuales contaminadas con el virus. Se pone ahora el foco en la cadena alimenticia ya que sus depredadores naturales y otros animales con los que están en contacto pueden erigirse como nuevos reservorios.

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