La planta número 22 del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla (ubicado en el barrio de Carabanchel), de alto aislamiento y reservada para el tratamiento de pacientes con enfermedades infectocontagiosas de riesgo, se encuentra clausurada desde el pasado 8 de julio sin que la dirección del centro haya ofrecido ningún tipo de información según ha podido confirmar ConSalud.es a través de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).
Tal y como informan desde el sindicato, las urgencias y la UCI del hospital, radicado en una de las zonas más afectadas por la Covid-19 de Madrid, “están saturadas por la afluencia de casos y la falta de personal, lo que hace más incomprensible el cierre de la citada planta”.
El 13 de abril de 2007 se suscribió el convenio de colaboración entre el Ministerio de Defensa y la Comunidad de Madrid en materia de asistencia sanitaria y para la realización de determinadas actuaciones en el terreno de la formación, de la participación de la sociedad civil en la defensa nacional y de la optimización de los recursos sanitarios. Dicho convenio se publicó por Resolución 87/2007, de 4 de julio, de la Subsecretaría de Defensa.
El Ministerio de Defensa colabora a través del hospital en la prestación de asistencia sanitaria especializada a los usuarios del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de Madrid. ConSalud.es se ha puesto en contacto con el Gómez Ulla siendo remitidos, tras preguntar por el cierre de la planta 22, al Ministerio de Defensa. La respuesta obtenida por este medio por parte del Ministerio de Defensa ha sido que “ni confirman ni desmienten”, remitiendo la solicitud de información a una petición vía correo electrónico de la que, a fecha de publicación de este artículo, no se ha recibido respuesta.
Alrededor de 50 empleados entre los que se encuentran médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería y celadores (contratados en su día para esta unidad) han sido repartidos por todo el hospital
CSIF informa que, a través de las informaciones ofrecidas por trabajadores del propio hospital, alrededor de 50 empleados entre los que se encuentran médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería y celadores (contratados en su día para esta unidad) han sido repartidos por todo el hospital. “Incluso realizando funciones que poco tienen que ver ni con el Covid-19 ni con su formación en bioseguridad para trabajar con pacientes infectocontagiosos de alto riesgo y en la biocontención en esa planta”, explican desde CSIF.
“Los trabajadores consultados aseguran a CSIF que el cierre de la planta 22 y el reparto de sus trabajadores por todo el hospital responde al deseo del director del Gómez Ulla de deshacerse de los contratos indefinidos de estos empleados. Una modalidad de contrato que se estableció por la importancia de la labor a desarrollar por parte de este personal”, manifiestan desde CSIF.
“Es una gran irresponsabilidad, una insensatez y un enorme peligro mantener cerrada esta planta, una de las siete unidades de aislamiento de alto nivel que existen en España”
La planta 22 estuvo abierta al inicio de la pandemia y su cierre, el pasado 8 de julio, “es una gran irresponsabilidad, una insensatez y un enorme peligro mantener cerrada esta planta, una de las siete unidades de aislamiento de alto nivel que existen en España”, señalan desde CSIF.
“Entretanto, el Gómez Ulla ha desplegado un hospital de campaña en su aparcamiento para labores de triaje, por si continúan al alza los contagios por Covid. Lo que no está claro es con qué personal va a funcionar dicho hospital de campaña, ya que los empleados que actualmente trabajan allí aseguran que no dan abasto con el volumen actual de trabajo, con las urgencias y la UCI saturadas y varias plantas dedicadas a enfermos Covid”, concluyen desde el sindicato.