La exposición a la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de hospitalización por Covid-19

En cuanto a la exposición a la contaminación de forma continuada y su posible relación con un mayor riesgo de enfermedad por coronavirus, los resultados son, por el momento, inconsistentes.

Contaminación del aire (Foto. ConSalud)
Contaminación del aire (Foto. ConSalud)

Los efectos nocivos para nuestra salud derivados de la exposición continuada a la contaminación atmosférica han sido ampliamente documentados a través de una creciente evidencia científica. Diversos estudios han relacionado en los últimos meses el riesgo que la contaminación supone en caso de infección por SARS-CoV-2. En este sentido ponemos el foco en una reciente investigación realizada por el Grupo de Investigación Ambiental de la Escuela de Salud Pública de Londres.

¿Aumenta la contaminación del aire la posibilidad de infección por SARS-CoV-2 o empeora el pronóstico? Este ha sido el punto de partida de la revisión de estudios realizada junto con la Unidad de Toxicología de la Universidad de Cambridge. La principal conclusión hallada pone de manifiesto que la exposición continuada a la contaminación atmosféricaaumenta el riesgo de hospitalización en personas infectadas, de acuerdo a un pequeño pero confiable grupo de estudios.

Los autores de esta revisión explican que esto puede deberse al vínculo ya demostrado entre la contaminación del aire y las enfermedades pulmonares y cardíacas, sobre estas la evidencia científica ha determinado que son factores de riesgo en caso de infección por SARS-CoV-2. En cuanto a la exposición a la contaminación de forma continuada y su posible relación con un mayor riesgo de enfermedad por coronavirus, los resultados son, por el momento, inconsistentes.

“Al principio de la pandemia, muchos estudios sobre la contaminación del aire y la COVID-19 eran de mala calidad ya que se necesitaba más tiempo. Nuestro informe revisa todos los estudios sobre contaminación del aire y la COVID-19, encontrando un pequeño grupo de estudios de calidad que muestran un vínculo entre la exposición a largo plazo a la contaminación del aire y las admisiones hospitalarias por COVID-19”

Existe evidencia que indica que la exposición de forma prolongada a la contaminación atmosférica podría aumentar las posibilidades de infección. Una conclusión que encuentra su origen en algunos estudios que han encontrado que los contaminantes incrementan las cantidades de la proteína que permite que el SARS-CoV-2 se adhiera a las células pulmonares en modelos animales. Los estudios realizados al respecto con seres humanos son de mala calidad y no concluyentes tal y como informan desde el Imperial College de Londres.

“Al principio de la pandemia, muchos estudios sobre la contaminación del aire y la COVID-19 eran de mala calidad ya que se necesitaba más tiempo. Nuestro informe revisa todos los estudios sobre contaminación del aire y la COVID-19, encontrando un pequeño grupo de estudios de calidad que muestran un vínculo entre la exposición a largo plazo a la contaminación del aire y las admisiones hospitalarias por COVID-19”, explica la doctora Heather Walton, autora principal. “Esto es plausible ya que sabemos que la contaminación del aire contribuye a que las personas con enfermedades pulmonares y cardíacas sean más vulnerables al ingreso hospitalario en caso de COVID-19”.

“No está claro si la contaminación del aire aumenta las probabilidades de que las personas se infecten por coronavirus. Los estudios con muestra de seres humanos son de mala calidad. Los primeros estudios sugieren que la contaminación del aire por partículas podría ‘transportar’ el virus a distancias más largas no han sido confirmados por investigaciones posteriores. Sin embargo, los estudios en animales han demostrado un aumento en la proteína que el virus utiliza para adherirse a las células pulmonares, lo que proporciona un posible mecanismo para aumentar la infección viral por lo que necesitamos más investigaciones”, expone.

“La investigación, en cualquier área, se acumula con el tiempo y, dado que el SARS-CoV-2 es nuevo y no se comprende completamente, tendremos que continuar evaluando nuevos estudios sobre la contaminación del aire y la COVID-19 a medida que se publiquen y la comprensión continúe aumentando”, concluye.

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