El CNIO identifica fármacos potencialmente capaces de reducir la mortalidad de la Covid-19

Los resultados sugieren que la mayor mortalidad por COVID-19 en hombres podría deberse a las propiedades antiinflamatorias de las hormonas femeninas.

Óscar Fernández Capetillo, jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del CNIO (Foto. Antonio tabernero. CNIO)
Óscar Fernández Capetillo, jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del CNIO (Foto. Antonio tabernero. CNIO)
CS
31 enero 2022 | 11:30 h
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Investigadores del CNIO han identificado una lista jerarquizada de compuestos que potencialmente podrían ayudar a reducir la mortalidad en los enfermos más graves de Covid-19, centrándose en su poder para frenar la 'tormenta de citoquinas'. Así, su uso podría, además, ser extensivos a otras patologías en las que también se produce el fenómeno inflamatorio.

Según explica Óscar Fernández-Capetillo, jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y uno de los autores del artículo publicado en Scientific Reports, la inflamación es una defensa del cuerpo para luchar contra los patógenos. Sin embargo, cuando se produce de manera desmesurada y generalizada puede ser un agravante de la patología y ocasionar, incluso, la muerte. Una de las formas en que se produce esta respuesta excesiva se conoce como 'tormenta de citoquinas', un proceso inflamatorio producido por estas proteínas, las citoquinas, que envían una señal al sistema inmunitario para que se active. “Esta respuesta es la que frecuentemente mata a los afectados por SARS-CoV-2 y no tanto el virus en sí”, explica el invetigador.

Algunas de estas moléculas han sido ya validadas en estudios posteriores, y otras están en ensayos clínicos

Aunque el fallo respiratorio asociado al Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (ARDS, por sus siglas en inglés) es la principal causa de mortalidad de la COVID-19, una acumulación de evidencia muestra que la letalidad en un subgrupo de los pacientes graves ocurre debido a la aparición tardía de una 'tormenta de citoquinas inflamatoria', señala el artículo.

Con la finalidad de encontrar “antídotos”, los investigadores utilizaron los estudios científicos incipientes que surgieron a partir de abril de 2020 y que identificaban los cambios de expresión de genes de las células del pulmón de los pacientes con SARS-CoV-2 que morían por una tormenta de citoquinas. Estos datos se usaron para interrogar la  base de datos Connectivity Map, desarrollada por el Broad Institute, perteneciente al MIT y la Universidad de  Harvard, que contiene los cambios en la expresión génica que inducencerca de 5.000 compuestos,incluyendo todos los medicamentos aprobados para su uso clínico.

TRATAMIENTOS CONTRA EL CÁNCER COMO ANTÍDOTO CONTRA LA COVID-19 

En palabras de Fernández-Capetillo, el objetivo era identificar potenciales “antídotos”, compuestos que indujesen cambios en la expresión de genes opuestos a los que se observan en los pacientes de COVID-19. “El estudio predice que los glucocorticoides como la dexametasonadeberían ser efectivos para combatir la mortalidad en los pacientes de COVID-19, lo que era reconfortante ya que, de hecho,estos medicamentos son, entre otros, los que seusanen los hospitales para combatir la muerte por COVID-19”.

Para su sorpresa, los investigadores identificaron y validaron posteriormente in vitro que los inhibidores de la proteína MEK, comúnmente utilizados en tratamientos oncológicos, tenían un fuerte efecto antiinflamatorio. “Creo que esta propiedad antiinflamatoria delos inhibidores de MEKes bastante desconocida, y es importante que se conozca porque aumenta nuestro arsenal de compuestos antiinflamatorios que contribuyen a mitigar la tormenta de citoquinasque se pueden dar en varios contextos, como después de un trasplante, quimioterapia, y otras enfermedades infecciosas incluidala COVID-19”, comenta el bioquímico.

Los investigadores enfatizan que, en cualquier caso, cualquier terapia basada en fármacos antiinflamatorios, incluidos los glucocorticoides, debe ser restringida a las fases tardías y severas de la COVID-19, ya que el uso de terapias antiinflamatorias en fases tempranas de la enfermedad limitaría la eficacia del sistema inmune en su lucha contra la infección.

Otro aspecto reseñable es que todos los análisis del estudio convergen en indicar que las hormonas femeninas podrían combatir la tormenta de citoquinas, lo que podría contribuir a entenderpor qué los hombres sufren una mayor severidad de la patología. “También, sería consecuente con el hecho de que la diferencia de mortandad por sexo se mitiga en edades avanzadas, cuando ya aparece la menopausia y los niveles de estrógenos disminuyen”, explica Fernández-Capetillo.

El estudio identifica además medicamentos que potencialmente podrían agravar la severidad de la tormenta de citoquinas, y que por lo tanto estarían contraindicados en los pacientes de COVID-19

El trabajo, que ofrece una visión panorámica de las drogas conocidas y disponibles con potencial para combatir la tormenta de citoquinas, se puso a finales de 2020 en un repositorio público, “con el objetivo de poner el conocimiento al alcance del mayor número de gente posible”, mientras se revisaba el paper. “Prácticamente todas las moléculas que en su momento predijimos, han sido validadas en trabajos posteriores por otros grupos, lo que es gratificante”, indica el investigador.

Finalmente, y además de predecir drogas que podrían combatir la tormenta de citoquinas, el trabajo también reporta compuestos que potencialmente podrían agravar esta patología. "Como podría esperarse, esta lista incluye drogas que, o bien activan el sistema inmune, o potencian la inflamación. Pero, además, revela posibles interacciones con algunos tratamientos oncológicos o con la ruta de señalización por insulina que podrían también tener un impacto negativo en la severidad de la tormenta de citoquinas de los pacientes de COVID-19", señalan desde el CNIO.

Con la ayuda de la Unidad de Bioinformática del CNIO, el estudio “ha sido en gran medida fruto del trabajo perseverante de la estudiante Laura Sánchez-Burgos quien,durante lo más duro del confinamiento en Madrid, recurrió a aproximaciones computacionales para poder, desde casa, ser de ayuda e investigar en problemas relevantes asociados al SARS-CoV-2”, destaca Fernández-Capetillo.

En cualquier caso, tal y como aclaran los autores en el propio texto del artículo, el objetivo de este estudio no es proponer indicaciones clínicas concretas para ninguno de estos agentes, sino simplemente contribuir en el contexto de la crisis sanitaria actual, proporcionando ideas sobre fármacos que podrían ayudar a combatir la mortalidad en pacientes de COVID-19, y que otros grupos pudiesen comprobar experimentalmente en modelos preclínicos de la enfermedad.

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