Las mascarillas se han convertido en un atuendo esencial debido a la crisis sanitaria causada por el coronavirus Covid-19. No obstante, con el avance en las fases de la desescalada y la apertura de limitaciones a la población, han ido apareciendo otros complementos cada vez más populares entre la ciudadanía.
Primero fue el gel hidroalcohólico, más tarde los guantes… y ahora también las pantallas de protección facial. En concreto, se trata de viseras de acetato de estructura circular que se encajan en la cabeza y cubren la cara con una superficie plástica. Pero, ¿ofrecen la misma protección que una mascarilla?
“La pantalla facial proporciona protección ocular frente a salpicaduras”
La respuesta es no. Los expertos recomiendan el uso de estas pantallas como elemento adicional a las mascarillas. “La mascarilla al ser un dispositivo ajustado a la superficie facial es una medida eficaz para evitar la dispersión las secreciones respiratorias, mientras que la pantalla facial no evita que al toser o estornudar las gotas o secreciones respiratorias puedan contaminar nuestro entorno. La pantalla facial proporciona protección ocular frente a salpicaduras”, explica la Dra. María Dolores Martín Ríos, Jefa del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de los cuatro hospitales públicos gestionados por Quirónsalud en la Comunidad de Madrid, en una entrevista a ConSalud.es.
La doctora explica que se trata de un dispositivo de utilidad en situaciones de escasez de material en entornos sanitarios, donde existe un alto riesgo de exposición a salpicaduras. Asimismo, insiste en que no hay recomendación específica del uso de máscaras de protección facial en la población general. En cualquier caso, añade, “si se usa, se trataría de un complemento que no debe sustituir a la mascarilla”. Además, es necesario tener precauciones al manipularla tras su uso ya que pueden estar contaminadas y es fundamental realizar una correcta limpieza y desinfección de las mismas.