Miedo, ansiedad y desesperación: analizamos las reacciones comunes al Estado de Alarma

Pedro Rodríguez Sánchez miembro del Consejo General de la Psicología de España y especialista en Psicología Clínica, analiza las consecuencias del Estado de Alarma en la salud psicológica y mental de la población.

El Estado de Alarma genera en la población una serie de problemas psicológicos y anímicos que hay que saber controlar (Foto. Freepik)
El Estado de Alarma genera en la población una serie de problemas psicológicos y anímicos que hay que saber controlar (Foto. Freepik)

Después de una larga deliberación que se inició el pasado jueves, el Gobierno de Pedro Sánchez, a través de una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, declaraba el Estado de Alarma. La crisis sanitaria que atraviesa España como consecuencia de la expansión del coronavirus (covid-19) ha llevado al Ejecutivo a activar el artículo 116.2 de la Constitución con aplicación efectiva en todo el territorio español.

En resumen, el Estado de Alarma jerarquiza y refuerza la autoridad estatal ante la crisis sanitaria. Una de las principales medidas ha sido la recomendación de no salir de sus casas a la totalidad de la población salvo excepciones muy acotadas. Durante los próximos 15 días (periodo de aplicación efectivo del Estado de Alarma), todos los españoles debemos permanecer, salvo causa de fuerza mayor, necesidad de abastecimiento de bienes de primera necesidad, acudir al puesto de trabajo o necesidad de atención médica urgente, en nuestras casas. El confinamiento de la población se erige como el mejor de los aliados para frenar los nuevos contagios por coronavirus.

Una situación que plantea muchas dudas y para la que nadie está preparado. Las imágenes de las grandes urbes españolas prácticamente desiertas resultan impactantes y este confinamiento de la población en sus hogares, merece un análisis detallado sobre las consecuencias desde el punto de vista psicológico que puede tener.

Desde ConSalud.es hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Pedro Rodríguez Sánchez, miembro del Consejo General de la Psicología de España, y especialista en Psicología Clínica. Pedro Rodríguez (16)

La entrevista comienza explicando que, ante esta situación, “es posible pensar que nos vamos a encontrar con importantes y abundantes reacciones de ansiedad ante la situación que estamos atravesando”.

"Es por esto que es muy importante empezar a contar con programas y dispositivos que permitan la intervención psicológica"

“Es por esto que es muy importante empezar a contar con programas y dispositivos que permitan la intervención psicológica ante estas posibles apariciones. Está demostrado que, ante situaciones de crisis, cuando ponemos en marcha dispositivos que permiten una prevención, tienen después una implicación y se nota en que la aparición de efectos, una vez finalizada la situación (aparición de trastornos de estrés postraumático) van a ser mucho menores”, destaca Pedro Rodríguez.

“Desde nuestro Colegio estamos intentando montar este dispositivo que empezará a actuar próximamente (entre el lunes y el martes)”, explica destacando la necesidad vital de “sensibilizar a las Administraciones de que deben poner en marcha este dispositivo de intervención psicológica para la atención a las necesidades y a los problemas psicológicos que se deriven de la situación en una menor presencia de efectos reactivos a la situación vivida, evitando por ejemplo una menor aparición de episodios de estrés postraumático una vez superada la situación estresante”.

MIEDO, ANSIEDAD Y DESESPERACIÓN, REACCIONES NORMALES

A lo largo de las próximas semanas los españoles nos enfrentamos a una situación de confinamiento en nuestros hogares. Un escenario imprevisto que tiene consecuencias en nuestro estado de ánimo y salud psicológica.

“Las reacciones más habituales son las de miedo en primer lugar, y luego de ansiedad. Más tarde serán reacciones de desánimo y desesperación. Por eso es importante que también digamos que, en cierta medida, estas reacciones son normales, proporcionadas y adecuadas a la situación que estamos atravesando”.

"Estas reacciones son normales, proporcionadas y adecuadas a la situación que estamos atravesando"

En este sentido ha indicado que una de las mejores medidas para combatir estas reacciones “es intentar no estar repitiendo de forma constante que estamos ante un problema serio, que esto no va a tener solución… porque muchas veces, somos nosotros mismos los que con nuestros pensamientos acabamos cargándonos de elementos que acaban haciendo que la ansiedad y las reacciones emocionales que se producen sean incontrolables”.

LA COMUNICACIÓN CON LOS NIÑOS Y JÓVENES

“Hay que diferenciar entre niños y jóvenes porque no estamos hablando de las mismas capacidades y de las mismas características cognitivas para poder entender las situaciones”, matiza Pedro Rodríguez en relación a la comunicación de la situación con los más jóvenes.

“A los niños hay que hablarles de una manera concreta y adaptada a su capacidad de entendimiento y anticipación y abstracción”, expone recalcando la necesidad de mantener a los más pequeños informados sobre la situación “a nivel de un lenguaje conceptual que ellos puedan comprender”.

“A los niños hay que hablarles de una manera concreta y adaptada a su capacidad de entendimiento y anticipación y abstracción”

En cuanto a los jóvenes, “el mensaje fundamental es decirles que nadie está exento de contraer una enfermedad. Hay que decirles que todos somos vulnerables y que, aunque por la edad y por conservar una serie de mecanismos de salud por ser jóvenes tengan menos riesgo, hay que decirles que el problema no está solo en que nos podamos contaminar”.

“El problema con este coronavirus, es que nos podemos encontrar con muchas personas que pueden ser portadores y ser asintomáticos, pero que tienen la capacidad de poder transmitirlo a personas que van a tener más riesgos y que, por tanto, van a ser más vulnerables”, manifiesta recalcando que el mensaje que se debe hacer llegar a los más jóvenes es que “no sean omnipotentes, también les puede afectar y aunque tengan menos riesgo, pueden ser portadores y afectar a personas más sensibles”.

LAS CONSECUENCIAS DE UN GRAN VOLUMEN DE INFORMACIÓN

El especialista en psicología clínica explica sobre el gran volumen de información relacionada con el coronavirus que estamos recibiendo que “si es veraz y oportuna, nunca sobra”.

“El problema nace cuando no se da información y las personas vemos que nuestro alrededor está alterado y, si no contamos con información, lo que haremos será intentar rellenar esos huecos con información que en muchos de los casos no será veraz ni contrastada”.

No hay que tener miedo en informar, aunque sea de consecuencias que pueden alarmar, sabiendo que la información, cuando es veraz, nos permite determinar qué acciones podemos hacer y qué medidas podemos tomar. Por lo tanto, por favor, sigamos informando”, ha recalcado señalando que un problema en este sentido puede residir en “aquellas personas que no sepan comprender la información”.

"Si no contamos con información, lo que haremos será intentar rellenar esos huecos con información que en muchos de los casos no será veraz ni contrastada"

En el caso de estas “se pueden generar efectos secundarios no deseados”. “Pero, en general, la mayoría de la población queremos que nos informen, no nos vamos a obsesionar con ella y la vamos a emplear para planificar conductas y generar actitudes adecuadas a la situación que estamos viviendo”.

EPISODIOS DE “HISTERIA COLECTIVA”

Ante la situación que estamos viviendo y, a pesar de las informaciones de las autoridades pertinentes, hemos sido testigos de ingentes masas de población que se han lanzado a los supermercados en aras de un abastecimiento desmesurado.

Pedro Rodríguez explica que, ante este tipo de situaciones, “siempre se producen comportamientos individuales”. “Una situación de este calibre no nos pilla a todos por igual, con la misma fortaleza psíquica ni en las mismas condiciones a nivel emocional y anímico. Está además el problema de la situación presente en algunas personas previo a la aparición de la crisis y que el escenario actual agrava”.

“Es importante no destacar episodios de histeria colectiva o comportamientos anómalos de una forma generalizada”

“Es importante no destacar episodios de histeria colectiva o comportamientos anómalos de una forma generalizada”, expone indicando que, por ejemplo, en el caso expuesto de los supermercados, no se trata de más del 10% de la población.

“Estos comportamientos existen y ocurren, pero no deben ser magnificados. Los hacen unas pocas personas. En estos casos aplico la idea que suele decir que ‘hace más ruido un árbol que cae en un bosque que un bosque que está creciendo’. En este sentido, caben destacar los comportamientos maravillosos que se están produciendo de forma global y generalizada para afrontar la situación que estamos atravesando”.

CONSEJOS PARA EL ESTADO DE ALARMA

“Todos tenemos que mentalizarnos, visualizar y anticipar lo que significan 15 días metidos en casa en los que prácticamente no vamos a salir salvo en las pequeñas excepciones contempladas”.

"No se trata de quedarse sentado en un sofá rumiando el problema"

En este sentido destaca la necesidad de organización “en función de las cosas que nos entretienen, las que nos ocupan y producen interés. Además de esto, podemos aprovechar para organizar cosasque tenemos pendientes como papeles, armarios… hay que procurar hacer, en la medida de los posible, actividad física, aunque sean cuatro ejercicios que puedan parecer tontos, pero nos ayudarán a mantener un buen tono físico y repercutirán en la salud mental”.

“Hay que sacar del problema cosas positivas”, expresa poniendo como ejemplos los libros que podemos aprovechar a leer, escuchar música de forma tranquila o ver todas aquellas películas y series que tenemos pendientes. “Se trata de organizarse porque siempre hay cosas que hacer. No se trata de quedarse sentado en un sofá rumiando el problema”, por lo que resulta positivo seguir unos horarios y organizar nuestras aficiones y tareas domésticas.

“Lo más importante desde el punto de vista mental es no caer en esa tendencia de rumiar el problema en el sentido de tener pensamientos negativos como que nos están engañando con la situación. Ya que eso, ni es verdad ni nos va a aportar nada y únicamente vamos a entrar en una situación de bucle y bloqueo que repercutirán en una mayor sintomatología de ansiedad, negativismo y una mala perspectiva”.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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