Pérdida del gusto y olfato por Covid-19: ¿qué dice la evidencia científica?

En la mayoría de las personas infectadas el olfato y el gusto se recuperan en cuestión de semanas una vez se ha superado la enfermedad, pero hay casos en los que puede tardar varios meses.

Nariz (Foto. Freepik)
23 enero 2021 | 00:00 h
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El coronavirus SARS-CoV-2 ha planteado (y plantea) dos grandes problemas desde la aparición de los primeros casos y que han contribuido notablemente a su rápida expansión. El primero de ellos hace referencia a la amplia sintomatología que se asocia con el virus. Hecho que dificulta en muchos casos un correcto diagnóstico. El segundo problema es precisamente el lado opuesto del primero: el gran número de infectados asintomáticos que, sin ser conscientes de la infección, diseminan el virus.

Dentro del cuadro sintomatológico asociado a la Covid-19, la pérdida del gusto y del olfato en algunos pacientes es una de las consecuencias más llamativas. Algunos de ellos no han recuperado estos sentidos una vez superada la enfermedad y, en algunos casos, perciben los olores de forma distinta. ¿Qué dice la evidencia científica al respecto?

Para responder a esta pregunta tomamos como referencia la revisión de estudios realizada por Nature. De acuerdo a esta, la pérdida del olfato es un síntoma bastante común entre las personas infectadas. Una revisión publicada el pasado mes de junio recopiló datos sobre 8.438 pacientes revelando que el 41% había experimentado pérdida del olfato. Otro estudio realizado en agosto bajo la dirección de la investigadora Shima T. Moein del Instituto de Investigación en Ciencias Fundamentales de Teherán, realizó pruebas de olfato a 100 personas con Covid-19. El 96% de los participantes presentaba alguna disfunción olfativa, mientas que el 18% desarrolló anosmia, es decir, pérdida total de este sentido.

El 96% de los participantes presentaba alguna disfunción olfativa, mientas que el 18% desarrolló anosmia, es decir, pérdida total de este sentido

“Por norma general estos pacientes indican que han perdido el olfato de repente”, asegura Moein destacando que este es un síntoma que debería alertarnos rápidamente ya que, a menudo, puede ser la única manifestación de la enfermedad lo que sugiere que este fenómeno está separado de la posible congestión nasal inducida por el virus. Motivos por los que cada vez son más los investigadores que piden que la pérdida del gusto o del olfato sean consideradas como pruebas diagnósticas de la Covid-19.

¿POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS PIERDEN EL OLFATO?

El motivo por el que algunas personas infectadas pierden el olfato no está claro. Aunque los mecanismos que llevan a esta situación no se comprenden completamente, existe un consenso emergente de que ocurre cuando el SARS-CoV-2 infecta determinadas células. Cuando, al inicio de la pandemia, comenzaron a reportarse casos de pérdida de olfato, algunos expertos temieron que el virus estuviera infectando las neuronas sensibles a los olores y responsables de enviar señales al bulbo olfatorio presente en el cerebro. Un planteamiento alarmante ya que indicaría que el virus podía acceder al cerebro. Sin embargo, estudios realizados en pacientes fallecidos han demostrado que el virus rara vez llega al cerebro.

Un equipo dirigido por Sandeep Robert Datta, neurobiólogo de la Escuela de Medicina de Harvard descubrió que las células sensoriales de la nariz son las que probablemente estaban siendo infectadas. El epitelio olfativo es un epitelio sensorial especializado dentro de la cavidad nasal y que está involucrado en el olor. Este consta de cuatro tipos de células: neuronas sensoriales, células de apoyo, células basales y células en cepillo. Las neuronas olfativas son el tipo de neuronas sensoriales receptoras del epitelio olfativo.

A medida que una persona recupera el sentido del olfato, los olores a menudo se registran como desagradables y diferentes a cómo los recordaban. Un fenómeno denominado parosmia

La investigación pone de manifiesto que el virus no infecta de forma directa a las células olfatorias de la nariz sino a otras adyacentes que son las encargadas de ofrecer a las primeras un soporte estructural y que son conocidas como células sustentaculares del epitelio olfativo. Esto sugiere que el SARS-CoV-2 infecta a las células soporte dejando a las neuronas vulnerables y privadas de nutrientes.

Una investigación desarrollada por investigadores italianos publicada en ACS Chemical Neuroscience indica que la pérdida del olfato y del gusto se produce al mismo tiempo que un aumento en los niveles de sangre de una molécula de señalización de inflamación denominada interleucina.

En la mayoría de las personas infectadas el olfato y el gusto se recuperan en cuestión de semanas una vez se ha superado la enfermedad. De acuerdo a las conclusiones de un estudio publicado en American Journal of Otolaryngology el pasado mes de julio revela que el 72% de las personas con Covid-19 presentaban disfunción olfativa y el 84% disfunción en el sentido del gusto. Los expertos afirman que en las personas en las que estos sentidos no se recuperan de forma rápida, sino que lo hacen durante un periodo prolongado de tiempo, puede tener consecuencias.

Por ejemplo, a medida que una persona recupera el sentido del olfato, los olores a menudo se registran como desagradables y diferentes a cómo los recordaban. Un fenómeno denominado parosmia. Una situación que puede extenderse durante varios meses y podría deberse a que las neuronas sensoriales olfativas tardan en reconectarse.

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