¿Realmente son eficaces las mascarillas higiénicas reutilizables?

El uso de mascarillas de tela reutilizables debe estar supeditado al contexto en el que nos encontremos y se deben seguir una serie de criterios en su confección para garantizar la seguridad y eficacia.

Mujer confeccionando una mascarilla de tela (Foto. Freepik)
Mujer confeccionando una mascarilla de tela (Foto. Freepik)
CS
6 marzo 2021 | 00:00 h

En los inicios de la pandemia la escasez de mascarillas quirúrgicas llevó a las autoridades sanitarias a no recomendar su uso entre la población general con el objetivo de asegurar el reducido suministro para el personal sanitario. Con el paso del tiempo la evidencia científica relativa al SARS-CoV-2 ha ido aumentando y pocos meses después las mascarillas se erigieron como uno de los elementos de prevención más eficaces derivando en la obligatoriedad de su uso.

Mucho se ha escrito sobre estas y la eficacia que ofrecen los distintos tipos existentes en el mercado, especialmente sobre aquellas que están fabricadas con tela como las que se confeccionaban muchas personas de forma artesanal en los primeros meses de la pandemia y que ahora se comercializan bajo múltiples marcas y proveedores. La pregunta es clara: ¿realmente son eficaces a la hora de protegernos y proteger al resto?

A medida que la producción y suministro de mascarillas quirúrgicas se fue incrementando las autoridades sanitarias recomiendan el uso de estas como primera opción. Especialmente ante las altas tasas de incidencia en muchas regiones y la expansión de las nuevas variantes del virus. Países como Francia han prohibido el uso de mascarillas de tela o aquellas de fabricación caseras alegando que las nuevas variantes habían cambiado por completo el juego. Una decisión adoptada por el Ministerio de Sanidad francés el pasado 22 de enero alegando que la capacidad de filtración de estas mascarillas es inferior a la ofrecida por las quirúrgicas por lo que solo permite el uso de estas últimas, mascarillas FFP2 y las de tela fabricadas bajo los estándares de calidad que siguen las quirúrgicas.

Austria ha declarado como obligatorio el uso de mascarillas FFP2 en el interior de espacios públicos. Alemania ha decretado la obligatoriedad de utilizar mascarillas quirúrgicas en supermercados y transporte público. Misma decisión adoptada por Reino Unido.

Las mascarillas tipo EPI, clasificadas como FFP1, FFP2 y FFP3 ofrecen un nivel de filtración de partículas en suspensión del 78%, 92% y 98% respectivamente. en el caso de las quirúrgicas de tipo I y II hablamos de una capacidad de filtración bacteriana del 95% y 98% respectivamente

El 1 de diciembre de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó sus recomendaciones relativas a las mascarillas quirúrgicas indicando especialmente su uso para las personas con riesgo de enfermedad grave por Covid-19 y los mayores de 60 años. “Para todos los demás se recomienda una mascarilla de tela de tres capas reutilizable, la filtración, la transpirabilidad y el ajuste de la mascarilla son elementos muy importantes. Si la mascarilla se fabrica en casa la OMS recomienda que sea con material absorbente interno de algodón, una tela no absorbente como el poliéster en el exterior y una capa intermedia que actúe como filtro como el polipropileno hilado no tejido”, explicaba un portavoz de la OMS en British Journal Medicine.

Las características de las mascarillas de tela varían en función de los fabricantes. Multitud de estudios han demostrado la eficacia de las mascarillas a la hora de controlar los nuevos contagios y se recomienda que las personas sanas utilicen mascarillas quirúrgicas. Lo más beneficioso, desde el punto de vista medioambiental y económico, es que sean reutilizables por lo que las de tela se erigen como las más adecuadas. Pero para que realmente sean eficaces contra el virus deben cumplir con la norma UNE 0065. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo publica en su página web un documento en el que recoge todas las especificaciones que deben cumplir las mascarillas de tela.

En términos de protección debemos de ser conscientes de que ninguna mascarilla puede garantizar un 100% de protección. Las mascarillas tipo EPI, clasificadas como FFP1, FFP2 y FFP3 ofrecen un nivel de filtración de partículas en suspensión del 78%, 92% y 98% respectivamente. en el caso de las quirúrgicas de tipo I y II hablamos de una capacidad de filtración bacteriana del 95% y 98% respectivamente. Es necesario señala que en el caso de las mascarillas tipo EPI medimos la capacidad de filtración de partículas mayores de 0,3 micras, mientras que en las quirúrgicas e higiénicas se mide la eficacia de filtración bacteriana.

En base a lo expuesto el uso de una u otra está determinado por el contexto de la situación. En espacios en los que la probabilidad de concentración de partículas sea reducida (buena ventilación, sin infectados y con distancia social) bastaría con el uso de mascarillas quirúrgicas o higiénicas. Es muy importante recordar que, independientemente del tipo de mascarilla que utilicemos, es necesario proteger a los demás cuando tosamos o estornudemos.

Ante el uso de mascarillas higiénicas reutilizables es vital que cumplan con la normativa vigente y ser conscientes del tipo de protección que ofrece para no ponernos en riesgo ni exponer a otros. Además, es fundamental conocer el proceso para su correcta limpieza y desinfección. En este caso deben seguirse las recomendaciones estipuladas por cada fabricante o las del Ministerio de Sanidad: lavado entre 60-90℃.

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