De la vigilancia de emergencia por Covid-19 a la vigilancia rutinaria de patógenos respiratorios

El ECDC alienta a los países a pasar de una vigilancia de emergencia a la puesta en marcha de sistemas de vigilancia sostenibles en el tiempo y orientados a la vigilancia rutinaria de patógenos respiratorios.

Científica analizando muestras en un microscopio (Foto. Freepik)
Científica analizando muestras en un microscopio (Foto. Freepik)

La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha enfrentado a la humanidad a la peor crisis sanitaria en los últimos 100 años. Los gobiernos nacionales tuvieron que poner en marcha prácticamente desde cero sistemas de vigilancia y monitorización para controlar la evolución del virus dentro de sus fronteras. Más de un año y medio después y gracias al avance de las campañas de vacunación masiva en los distintos países, la fotografía que reporta el viejo continente es muy diferente a la realidad vivida a mediados de 2020.

A lo largo de este tiempo la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) y del Espacio Económico Europeo (EEE) han establecido sistemas de vigilancia integrales centrados en la Covid-19, que han permitido recoger, analizar y reportar una gran proporción de los casos positivos que se han producido.

Uno de los puntos más criticados en relación a estos sistemas ha sido la falta de acuerdo entre los distintos países para fijar políticas comunes en la definición de casos y pruebas diagnósticas, lo que ha complicado significativamente la comparación entre las distintas naciones.

Los sistemas deben permitir la vigilancia integrada de la Covid-19, influenza y otros patógenos respiratorios que probablemente estén co-circulando entre la población

Partiendo del momento epidemiológico en el que nos encontramos, marcado por la vacunación contra la Covid-19, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha hecho pública una guía a través de la que alienta a los países a pasar de una vigilancia de emergencia a la puesta en marcha de sistemas de vigilancia sostenibles en el tiempo y orientados a la vigilancia rutinaria de patógenos respiratorios, más allá del SARS-CoV-2.  Estos son los principales puntos recogidos en el referido documento:

  • Los sistemas deben permitir la vigilancia integrada de la Covid-19, influenza y otros patógenos respiratorios que probablemente estén co-circulando entre la población.
  • Los sistemas de vigilancia actuales centrados en la influenza no son lo suficientemente sensibles y representativos para permitir una vigilancia conjunta de la Covid-19. Motivo por el que los países deben considerar ampliar la cobertura de proveedores centinela para mejorar la sensibilidad y recolectar suficientes muestras para una caracterización adicional.
  • Los países deben centrarse en notificar casos sintomáticos, es decir, casos que se han probado debido a que representan síntomas compatibles con Covid-19, ya que esto mejorará la realización de las comparaciones.
  • Si no es posible realizar pruebas exhaustivas de todos los que presentan síntomas, se debe analizar un subconjunto representativo de casos sintomáticos, preferiblemente mediante PCR.
  • Se debe secuenciar un subconjunto representativo de muestras positivas para SARS-CoV-2. La vigilancia genómica de muestras representativas debe ir acompañada de un muestreo exhaustivo específico en entornos o poblaciones especiales.
  • El seguimiento de la eficacia de la vacuna debe llevarse a cabo mediante estudios ad hoc, posiblemente integrados en sistemas de vigilancia.
  • Los países deben continuar con la monitorización de la mortalidad y considerar las encuestas seroepidemiológicas entre los sistemas complementarios que ayudarán a alcanzarlos los principales  objetivos de vigilancia.
Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído