7 de cada 10 niños con exceso de peso son percibidos por sus padres dentro de un peso normal

La obesidad se ha duplicado en el caso de las niñas y las adolescentes (5,3% frente a 10,1%) mientras que en los niños y los adolescentes la cifra permanece estable (15,9% frente al 15,1%)

Obesidad infantil (Foto: Freepik)
10 noviembre 2022 | 00:00 h

Crecer sanos no siempre es fácil. Existen obstáculos que dificultan que niños, niñas y adolescentes crezcan de forma saludable: no siempre tienen acceso a una alimentación adecuada; a veces no tienen tiempo o no cuentan con espacios adecuados para jugar o hacer deporte y, en ocasiones, no se dan las condiciones ideales para su bienestar emocional o para dormir lo necesario.

Asimismo, crecer así conlleva importantes consecuencias para su salud que pueden afectarles tanto en la infancia como en la edad adulta. Algunas de estas consecuencias son físicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, mayor riesgo de cáncer; otras son mentales, como baja autoestima, depresión o ansiedad; otras son sociales, como estigma, discriminación o dificultades para relacionarse; y todas ellas suponen una menor calidad de vida.

Según el último dato disponible para España del estudio Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad (ALADINO), 4 de cada 10 niños y niñas tienen exceso de peso, 23,3% sobrepeso y 17,3% obesidad, siendo la obesidad más frecuente entre los niños y el sobrepeso entre las niñas.

En los últimos veinte años  la obesidad abdominal en niños y adolescentes, ha sido aún más relevante, pasando de un 16% a un 22,8%

Durante la adolescencia, según el Estudio Physical Activity, Sedentarism and Obesity in Spanish Youth (PASOS ), el exceso de peso en España se sitúa en el 32,5%, siendo el descenso de la obesidad el responsable de esta reducción, pasando del 17,3% al 9,7%, mientras que el sobrepeso desciende ligeramente hasta el 22,8%. A pesar de la diferencia respecto a la infancia, se sigue considerando una epidemia para esta franja de edad.

En la última década, el exceso de peso infantil en niños y niñas de 6 a 9 años muestra una estabilización en niveles altos de prevalencia. Si ampliamos el análisis a la edad infantojuvenil (8-16 años) y la evolución a las dos últimas décadas, los datos del Estudio PASOS muestran que la obesidad se ha duplicado en el caso de las niñas y las adolescentes (5,3% frente a 10,1%) mientras que en los niños y los adolescentes la cifra permanece estable (15,9% frente al 15,1%).

Si además tenemos en cuenta la obesidad abdominal, un indicador muy asociado a efectos adversos para la salud, el crecimiento de la obesidad infantil y adolescente en los últimos veinte años ha sido aún más relevante, pasando de un 16% a un 22,8%, debido principalmente a la duplicación de la obesidad en las niñas y adolescentes (de 9,3% a 20%).

Si comparamos con el resto de Europa, España se encuentra en el cuarto país con la tasa más alta de obesidad (situándose detrás de Chipre, Italia y Grecia) y sobrepeso en niños, un 19% sufren obesidad y un 42% sufren obesidad más sobrepeso. En cuanto a las niñas, nuestro país se sitúa en el segundo lugar, detrás de Chipre con un 17% de niñas con obesidad y un 41% con obesidad más sobrepeso.

TRANSMISIÓN FAMILIAR

La obesidad infantil se transmite en las familias desde las fases iniciales de la vida. Es más frecuente si los progenitores tienen obesidad, si durante el embarazo hay una ganancia de peso excesiva o diabetes gestacional o si la lactancia materna no es exclusiva durante los primeros meses de vida. También influye, la renta del hogar y otros factores de vulnerabilidad social, las percepciones familiares sobre la obesidad y los hábitos saludables de las familias.

4 de cada 10 niños y niñas tienen exceso de peso, 23,3% sobrepeso y 17,3% obesidad

Según los datos del Estudio ALADINO 2019, los progenitores en España infraestiman de forma importante el exceso de peso infantil: el 69,1% de los niños y niñas con exceso de peso son percibidos por sus progenitores dentro de un peso normal.

Esta percepción distorsionada es más frecuente si alguno de los progenitores tiene exceso de peso, si el hogar tiene un menor nivel de estudios o de ingresos o si el hijo es varón. Una de las principales dificultades que conlleva una percepción inadecuada del exceso de peso infantil es que minimiza el problema y retrasa su abordaje.

Todas estas cifras supondrán una reducción de la calidad de vida de la población y una gran presión en el sistema sanitario. Es por ello, que los gobiernos nacionales y del resto del mundo, trabajan para promover estilos de vida saludable y regulaciones que faciliten una práctica sana para reducir las cifras de obesidad infantil.

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