La transformación digital es un proceso del que no están exentos ni siquiera los sistemas sanitarios. Tanto a nivel nacional como internacional se está apostando por implementar la digitalización con el objetivo de mejorar la asistencia. Un paso para el que hay que contar con el paciente, como destaca el estudio ‘Cronicidad y estrategias de e-salud: la importancia del perfil digital’, desarrollado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes con el apoyo de IQVIA y presentado este miércoles. Una alfabetización digital de los pacientes “garantizará un acceso equitativo a la e-salud”, subraya el informe.
Son múltiples las aplicaciones de las tecnologías en el ámbito sanitario: bases de datos que permiten ampliar el conocimiento de los profesionales y con ello mejorar la investigación, el diagnóstico y el abordaje de diferentes patologías; telemedicina, que permite a los profesionales consultar entre ellos o coordinarse en la atención de los pacientes; aplicaciones con aprendizaje automático o inteligencia artificial que facilitan el seguimiento de estos pacientes, o la teleconsulta, que permite a los pacientes recibir atención sin tener que trasladarse.
Solo el 53% de las personas encuestada considera que se maneja muy bien (30%) o de forma ágil (23%) con las videollamadas, las aplicaciones móviles e internet
Todo ello está actualmente al alcance de profesionales sanitarios y pacientes, pero lo cierto es que para estos últimos el acceso no siempre es equitativo. Como resultado, aunque las teleconsultas han aumentado, principalmente en ámbitos como la salud mental, atención primaria o dermatología, su crecimiento ha ido disminuyendo tras la pandemia Covid-19.
PERFIL DIGITAL DE LOS PACIENTES
La razón de este poco uso se debe en gran parte a la situación digital de los pacientes crónicos, que son los que al final más atención sanitaria precisan y los que deciden el formato que prefieren para recibir su atención. La realidad es que solo el 53% de las personas encuestada considera que se maneja muy bien (30%) o de forma ágil (23%) con las videollamadas, las aplicaciones móviles e internet.
De tal forma que el 47% de los encuestados presentaban poca o ninguna agilidad con las nuevas tecnologías. No en vano, aunque el 54,3% de la población española de 15 y más años de edad presenta una condición de salud crónica, este porcentaje se concentra principalmente en mayores de 50 años, con un perfil digital menos desarrollado y con una mayor aversión al uso de la tecnología que una persona más joven.
Así, todavía el 60% de los pacientes crónicos piden de forma presencial las citas, seguido del 31% por teléfono y el 17% por aplicación móvil. Y en cuanto a las citas, el 80% es presencial, el 31% telefónica y el 3% videollamada. Una realidad que apenas varía por grupos de edad encuestados, aunque sí en cuanto a poder adquisitivo.
Todavía el 60% de los pacientes crónicos piden de forma presencial las citas, seguido del 31% por teléfono y el 17% por aplicación móvil
En entornos socioeconómicos de nivel bajo y mediobajo, se observa menor uso del canal presencial (55-54% respectivamente) y mayor telefónico, mientras que los de nivel muy bajo, medio, medio-alto y alto y muy alto presentan una marcada preferencia del formato presencial (más del 80% e incluso en el 90% en aquellos con un poder adquisitivo menor). Según recoge el informe, estos datos podrían indicar que las personas con nivel bajo y medio-bajo tienen “mayores dificultades para acudir presencialmente a la consulta por falta de tiempo o por la situación laboral”.
Con todo, los datos muestran el grueso de población de perfil económico medio con el 51% de encuestados con dificultades para el uso de las tecnologías. Ante ello, el informe destaca la importancia de que los pacientes crónicos cuenten con conocimiento y habilidades digitales. “Son fundamentales para la implementación exitosa de estrategias de e-salud”, manifiesta el documento.
En este contexto, señalan la necesidad de “realizar esfuerzos para mejorar el nivel de alfabetización digital, y realizar una implementación gradual, pasando por un modelo de asistencia sanitaria mixta, donde coexistan canales digital y tradicional”. Una medida con la que aseguran que se garantizará el “acceso equitativo a la e-salud, y también empoderará a los pacientes crónicos y promoverá su participación activa en la gestión de su propia salud”.